Estoy terminando de peinar a Mia a la vez que ella me está contando el arco argumental de Capitán Fantástico. Yo nunca he visto las películas. Obviamente he visto imágenes y algunos fragmentos en televisión pero nada más. Cuando estrenaron la primera película, Mia estaba tan emocionada por ver la que le pedí el favor a Josie de llevarla (ella también iba a llevar a Eddie y a Peter), no iba a pagar una entrada por ir a ver la cara de Patrick en una pantalla grande. Jamás. Con Mia podía ver lo que sea, tenemos la costumbre de ir al menos dos veces por mes al cine, pero yo no iría a verlo a él. Sin embargo, no podía prohibir a mi hija que la viese, no cuando tenía tantas ganas de hacerlo.
Pero yo me perdí del fenómeno de la película y no sé nada más aparte de que es una saga de superhéroes pero ahora ella me ha dejado
Cuando mi celular suena, alzo mi mano para que Josie quien está hablando, me de un segundo para contestar.—¿Sí?—Estoy llegando— Me informa Patrick.—¿Estás seguro de esto?— Le pregunto mientras me giro hacia la puerta del apartamento, dándole la espalda a todos los demás aunque puedo sentir la mirada de Josie y la mirada de Karen puestas en mí, tratando de descifrar la conversación que mantengo sobre el volumen del televisor con el que los niños están entretenidos.—Ellos quieren una noticia ¿no? Pues se la vamos a dar. Vine a por ti para llevarte al trabajo, nos verán juntos ¡Listo! Tendrán la foto que quiereny se irán a buscar otra noticia.Yo suelto un largo suspiro y asiento aunque, obviamente, sé que él no me puede ver.—Está bien.Cuelgo la llamada y
Después de tomarse un selfie con Oba, antes de que el resto de los empleados y los clientes empezaran a llegar, Patrick se despidió de mí y me dijo que lo llamase para cualquier cosa. La verdad no tuve necesidad de hacerlo, en el trabajo todo transcurrió muy normal. Casi parecía que el mundo no había descubierto que ahora era la mejor amiga de Patrick Connelly, excepto por Oba que de vez en cuando intentaba sacar algo de información extra respecto a nosotros.—Oba, no es tu problema— Le dije más de tres veces a lo largo de la noche, a la tercera vez que se lo dije, perdí la cuenta de cuantas veces más hizo el intento de saber cómo, cuándo y dónde conocí a Patrick.En la mañana, cuando el sol ha salido, me pongo en marcha para dejar el bar. Antes de tomar el autobús, me compro un café grande, un espreso, cuando me subo en el autobús qué me lleva a casa, me acomodo en el último puesto y me permito descansar los párpados un par de minutos. Cuando estoy llegando puedo ver el alboroto de l
En la vida he tenido que aprender muchas lecciones, casi todas a la mala. Pero supongo que esa es la mejor forma de aprender algo: nunca olvidas el dolor ni lo que viene con ello. Con eso no quiero decir que soy una masoquista, que me gusta sufrir porque me hace convertirme en mejor persona, no, con eso quiero decir que el sufrimiento es inevitable pero siempre podemos sacar provecho de algo, lo que sea. Una de las cosas que he aprendido es que mentir no nos lleva a ningún sitio. Sí, seguro que una mentira piadosa nos puede sacar de un atolladero o una mentira muy gorda nos puede dejar una recompensa de nueve millones de dólares, pero en medio, donde las cosas no son blancas o negras, donde hay un espectro completo de grises, es preferible elegir la verdad. Y prefiero ser honesta con mi hija. Mia es una niña muy inteligente y hay cosas que ya debería comprender, a veces tratar de proteger a alguien es la peor forma de hacerle daño. —Mia, tengo algo que decirte— Pronuncio cuando me si
Espero a que la mujer que me atendió hace un par de horas, deje sobre el mostrador las dos tazas de café que ordenó Patrick, para retomar la conversación que iniciamos tan pronto la muchedumbre de periodistas de fue y decidimos volver a este lugar para conversar en privado.—¿Cómo supiste que estaba aquí?— Pregunto mientras rasgo el borde de un sobrecito de azúcar.—No lo supe, fue una simple coincidencia— Extiendo mi mano para entregarle el otro sobre y el sacude la cabeza negando, me encojo de hombros y lo dejo sobre el plato, junto a la taza —Te llamé, muchas veces, para saber dónde estabas pero, obviamente no me atendiste— Lo escucho mientras disuelvo el azúcar en el café con ayuda de la pequeña pajita de plástico —Así que recordé lo que me dijiste, que te habías quedado sin un lugar dónde vivir y co
Aclaro mi garganta y entonces digo:—Dime algo ¿eres tan bueno en la cama como lo eres con las armas?—Te diré que sí y podrías no creerme— Dice en un tono confiado —Entonces podrías preguntarle a cualquier mujer al norte de la ciudad y conformarán mis palabras. Pero podrías elegir no creerles también, así que ¿qué te parece esto? cuando salgamos de aquí, puedes comprobarlo tu misma.—¿Qué te hace pensar que saldremos vivos de aquí?—Tú misma lo has dicho, son muy bueno con estas. De hecho, soy el mejor.Suelto una carcajada cuando leo la línea en el guión "Hace girar las armas en sus manos". Me resulta patético, divertido y entretenido a la vez.—Esta película será terrible pero va a hacer explotar la taquilla— Comentomientras espero
No, no estoy actuando desde los celos. Para estar celosa, tengo que sentir celos y para sentir celos Patrick debería importarme. Y no lo hace. Cuando lo veo, me produce exactamente lo mismo que un saco de patatas.«Un saco de patatas no te pone la piel de gallina» Me susurra una voz maquiavélica. Creo que es mi subconsciente o la parte de mi cabeza qué se ha escapado de los límites de la cordura porque definitivamente eso no es cierto, Patrick no me hace sentir nada.Esto no es un acto de celos, es un acto de dignidad. No dejaré que Patrick se crea que tiene el derecho de venir hasta acá con su actitud de macho alfa, capaz de conquistar a quien quiera, mientras que yo tengo que jugar al rol de esposa sumisa. Sí, sé que el plan fue ese: jugar a la amiga/novia/esposa perfecta. Pero ningún hombre me ha puesto los cuernos, y no dejaré que él lo haga. Da igual si tenemos algo d
Cuando el vaso de limonada toca el cristal de la mesa, me libro de mis propios pensamientos. Josie me mira, alza ambas cejas, algo me dice que está esperando una respuesta pero, la verdad, llevo casi media hora sin prestarle atención.Hace una semana que se dio a conocer la noticia de que Patrick y yo estábamos saliendo. Básicamente él publicó una foto de los dos una cita que decía algo así como "Una oportunidad para amar de nuevo, una oportunidad para hacerlo bien". A mi me pareció una chorrada y bromeé diciéndole que si realmente estuviésemos saliendo, lo habría dejado después de leer ese escrito. Él rió, simplemente rió y es que últimamente entre los dos han sucedido... cosas.No solo el beso en su tráiler que evidentemente despertó muchas cosas en mí, sino todo lo que surgió después. Si mána
Mía dobla la hoja que hasta hace un segundo estaba pintando y la deja justo delante de mí. Cuando bajo la mirada hasta esta puedo leer: "PARA MAMÁ". Aunque su caligrafía no es la mejor -por ahora- me sorprende lo rápido que ha aprendido a escribir.Esbozo una sonrisa por el mero gesto, con mucha curiosidad toma la hoja, la desdoblo y veo que en el interior nos ha dibujado. Somos ella y yo tomadas de la mano y más abajo se lee "TE QUIERO MUCHO MAMÁ", cada letra en un color diferente.—Está hermoso, Mia. De verás— Le regaló una sonrisa a mi hija y agrego: —Lo colgaré en la nevera, todo el que venga verá qué mi hija me quiere, soy muy afortunada por tener el amor de una niña tan maravillosa como tú.Ella se baja de su silla, rodea la mesa y camina hasta mí. Se sienta en mis piernas y yo la abrazo, entonces mirándome a la cara me dice:—¿Ya Patrick no es tu novio?— No voy a negar que su pregunta me sorprende pero tampoco me toma desprevenida.Mía tiene cinco años, no dos, ha visto suficie