Llevo el dedo índice sobre mis labios para indicarle a Patrick que guarde silencio mientras camina hacia esta parte del avión. Mia se ha quedado dormida. Cuando Patrick me informó hace una semana que viajaríamos a la Riviera Francesa, su propuesta vino con otras sorpresas. Para empezar no tenía ni idea de que Patrick posee un jet privado, al parecer es así como se traslada de un lado otro; además, tampoco sabía que estos aviones son una casa flotante. Hace un par de días le pregunté si era buena idea llevar unas mantas o algo para sobrellevar las horas de vuelo y el muy tonto se rió en mi cara, luego me explicó que no era necesario, sólo me bastaba llevar mi documentación y la de Mia y algo de ropa (“Pero no demasiado"). Cuando me dijo que en el avión tendríamos todo lo necesario, no me imaginé que lo dijera de forma literal. Hay un pequeño compartimiento qué finge las veces de un recibidor y otro que hace las veces de un comedor, sin mencionar que tiene libros, televisión, juegos de
—Quiero vivir en Francia para siempre— Dice Mia después de darle un largo sorbo a su jugo de fresa.—¿Ah, sí?— Digo divertida.Apoyo mis antebrazos en la mesa y al igual que ella le doy un sorbo a mi batido de melón —¿Puedo saber por qué quieres vivir aquí para siempre?—Porque en casa, a esta hora ya me estás diciendo que vaya a dormir, en cambio en Francia estamos tomando batidos y comiendo panes.—Estos panes, se llaman croissant— Digo con una sonrisa —Y si estamos en un café, a las diez de la noche, comiendo, es porque en casa serían las doce del mediodía. Por lo tanto, ninguna de las tiene sueño, tenemos hambre— Levanto el croissant de mi plato y le doy un mordisco imitando a un animal hambriento, lo que hace que mi hija estalle en carcajadas.Por supuesto que la cosa que me gusta más en el mundo
Doy un paso hacia atrás cuando veo que viene hacia mí, es una mera reacción porque no me siento amenazada, hay una reja entre los dos y Patrick se ha detenido justo a tiempo, ha cerrado sus manos alrededor de las barreras de la reja y me ha mirado con confusión, no con enojo.—¿Jack? ¿Jack está aquí contigo?— Más que confundido, parece aterrorizado.—Por supuesto que está conmigo— Respondo de inmediato «¿qué pretende?» —Un hombre me llamó gritando en francés, sólo entendí tu nombre y que estabas en la policía, ve a saber tú por qué. Ni siquiera sabía dónde estaba estacomisaría — Fui alzando mi voz poco a poco hasta que grito: —¡Por supuesto que llamé a Jack! Es él quién sabe qué hacer en estas circunstancias, é
Unos fuertes brazos me rodean por detrás. Sucuerpo de apega al mío mientras que sus brazos se acomodan sobre mi pecho.—¿Cuál es tu miedo más ridículo?— Me dice, acomodando su rostro sobre mi hombro, yo giro el mío y lo observo consternada.—¿Qué?— Sueno confundida.—Es mi turno de hacerte otra pregunta ¿recuerdas?— Me da un beso en la sien y repite: —¿Cuál es tu miedo más ridículo? Ya sabes, esa cosa que para otros parece algo tonto pero a ti realmente te genera pavor.Ya tenemos una semana en Francia y el altercado en la noche en la que llegamos parece haber sido un punto y aparte en su vida y en nuestra relación. No sé si "relación" es la forma más adecuada de referirme a lo nuestro, creo que "sociedad" o " trato" es más acorde pero también
—Si estudiaste para ser actriz ¿por qué no trabajas en las películas?— Me cuestiona Mia mientras camina tomada de mi mano, rumbo al auditorio del hotel donde están llevándola cabo las audiciones para el papel.—Porque no me gradué— Miento. Bueno, realmente no lo hice, no me gradué pero hay muchos actores que no estudian arte dramática y aún así son muy bueno en lo que hacen.—¿Y por qué no te graduaste?—Porque... Tenía otras cosas que hacer— Trato de esquivar su pregunta con esa respuesta escueta y aceleró el paso para llegar al auditorio antes de que haga más preguntas.Cuando abro las puertas, veo a Hugo Abernaty, el director, a Mandy Roberts, a Sam Branagh y a Patrick sentados en las butacas, supervisando la audición.—Hey, Camila ¿vienes por la audición?— El auxiliar
Escucho una especie de ronquido cerca de mi cabeza y siento como mi almohada se mueve levemente. Entreabro mis ojos con lentitud y veo, en medio de la oscuridad que abraza la habitación, la radiante luz de mi celular.Lo tomo porque obviamente no es una alarma, está programada para sonar a las seis y media pero aún no amanece, así que veo que se trata de una vídeo llamada de Josie.—¿Josie, qué sucede?— Digo con la voz un tanto ronca a causa del sueño. Son las tres y veinte de la mañana así que pienso que algo grave ha tenido que suceder.—¡Agh, Camila! Perdóname— Pronuncia mientras arruga su entrecejo —Me olvidé por completo que hay casi medio día de diferencia. Pensé que estabas...— Se detiene y saco de la cabeza, la veo hacer Lo mientras yo me incorporo en la cama y apoyo mi espalda contra la parte trasera de está
Patrick cruza sus brazos sobre su estómago, me dedica una mirada expectante pero pacífica.—¿Sucede algo?— Apenas alza sus cejas esperando una respuesta de mi parte.«Detesto esto. Muchísimo».Yo no debería estar tan alterada como lo estoy. No debería estar con un pantalón de chándal y una camiseta gigante delante de su puerta, a las tres de la mañana, con la respiración agitada y las manos apretadas con fuerza. Él no debería estar con esa expresión tan serena, como si nada sucediera. Porque sucede. Sucede que el me arrebató la emoción de enterarme que me habían elegido para el personaje que audicioné, todo para publicar un estúpido post en internet, todo para beneficiarse él de mi logro. Lo que me hace cuestionarme hasta que punto quiere ayudarme, hasta que punto realmente puede ser mi amigo, hasta
Una cálida mano se posa sobre mi pierna. Yo trato de leer la pauta que está sobre el escritorio, delante de mí, pero no puedo prestarle atención a otra cosa que no sea la mano de Patrick ascendiendo hábilmente hasta que se cuela bajo la tela del short ansiando traspasar mi ropa interior. Yo toso, para disimular un gemido que se acaba de fugar entre mis labios. Todos se giran para mirarme, para intentar saber por qué he hecho ese ruido extraño.—Creo que es alergia— Me excuso pobremente pero creo que funciona.El director sigue hablando, todos siguen prestando atención, menos yo. Menos Patrick. Lo observo y me resulta increíble como mantiene una expresión serena, ajena a lo que está sucediendo debajo de la mesa. Pueden llamarlo venganza o justicia, lo cierto es que yo también bajo mi mano hasta su entrepierna. Patrick muerde su labio inferior sin piedad y gira su rostro para mirarme, yo le sostengo la mirada alzando una ceja, divertida. Él acaba cediendo y aparta su mano de mí, Yo hago