Diego y yo salimos de la academia y nos dirigimos a un cafΓ© cercano para relajarnos despuΓ©s del ensayo. La tarde estaba fresca y agradable, y el ambiente del cafΓ© era acogedor. Nos sentamos en una mesa junto a la ventana, desde donde podΓamos ver la calle llena de vida.βMe alegra que hayas venido al ensayo βdije, sonriendo a Diego mientras tomΓ‘bamos asientoβ. Tu presencia me dio mucha confianza.Diego sonriΓ³ y tomΓ³ un sorbo de su cafΓ©.βMe alegra escuchar eso. DisfrutΓ© mucho viΓ©ndote tocar. Eres increΓble, SofΓa.SentΓ un rubor en mis mejillas y bajΓ© la mirada, agradecida por sus palabras.βGracias, Diego. Significa mucho para mΓ.Pasamos un rato conversando sobre la mΓΊsica y nuestros planes para el futuro. Diego me contΓ³ sobre algunos proyectos en los que estaba trabajando, y yo le hablΓ© de mis expectativas para la temporada con la orquesta. Su entusiasmo y apoyo me hacΓan sentir mΓ‘s segura y motivada.De repente, Diego cambiΓ³ de tema, su expresiΓ³n se volviΓ³ un poco mΓ‘s seria.βSofΓ
Mientras caminaba hacia la puerta de mi casa, sentΓ una mezcla de emociones: enojo, confusiΓ³n y algo mΓ‘s que no podΓa identificar. Me detuve antes de entrar y me girΓ© para mirar a Leonardo, que seguΓa sentado en el coche, observΓ‘ndome con una expresiΓ³n de arrepentimiento.Nos quedamos en silencio por un momento, simplemente mirΓ‘ndonos. Finalmente, Leonardo cambiΓ³ su expresiΓ³n endureciΓ©ndose. Sin decir una palabra mΓ‘s, se girΓ³ y encendiΓ³ el motor, y justo cuando iba a abrir la puerta de mi casa, escuchΓ© el chirrido de las llantas del coche de Leonardo al alejarse rΓ‘pidamente.Me quedΓ© inmΓ³vil por un momento, sintiendo una mezcla de tristeza y esperanza. SabΓa que la noche habΓa sido un torbellino de emociones y que las cosas no serΓan fΓ‘ciles de ahora en adelante. EntrΓ© a mi casa, cerrando la puerta detrΓ‘s de mΓ, y me apoyΓ© contra ella, dejando escapar un suspiro. La incertidumbre sobre lo que vendrΓa despuΓ©s me pesaba, pero tambiΓ©n sentΓa una extraΓ±a sensaciΓ³n de alivio.CaminΓ© hacia
Esa noche, despuΓ©s de regresar a casa, me sentΓ© en mi escritorio, Necesitaba ordenar mis pensamientos y planear cΓ³mo hablar con Leonardo. Al dΓa siguiente, me despertΓ© temprano y me preparΓ© para el dΓa. SentΓa una mezcla de nerviosismo y determinaciΓ³n. SabΓa que tenΓa que enfrentar a Leonardo y dejar claras mis expectativas. DecidΓ enviarle un mensaje para pedirle que nos encontrΓ‘ramos en un lugar neutral. "Leonardo, necesitamos hablar. ΒΏPuedes encontrarte conmigo en el cafΓ© cerca del parque a las 11?" EsperΓ© unos minutos, y pronto llegΓ³ su respuesta: "EstΓ‘ bien, nos vemos allΓ." A las 11 en punto, lleguΓ© al cafΓ© y vi a Leonardo esperΓ‘ndome en una mesa. Me acerquΓ© y me sentΓ© frente a Γ©l, sintiendo la tensiΓ³n en el aire. βHola, Leonardo βdije, tratando de mantener mi voz firme. βHola, SofΓa. ΒΏDe quΓ© quieres hablar? βpreguntΓ³, su voz tensa. TomΓ© una respiraciΓ³n profunda y comencΓ©. βLeonardo, lo que pasΓ³ la otra noche no fue aceptable. No puedes tratarme de esa manera,
AjustΓ© mi violΓn y cerrΓ© los ojos, dejando que la mΓΊsica fluyera a travΓ©s de mΓ. Estaba decidida a ganar el concurso de mΓΊsica clΓ‘sica que se acercaba, y sabΓa que mi mayor rival serΓa Leonardo, el pianista arrogante que siempre parecΓa creer que era el mejor. Mientras ensayaba, recordΓ© la ΓΊltima vez que me enfrentΓ© a Leonardo en un concurso. Γl habΓa ganado, pero yo estaba determinada a no dejar que eso volviera a suceder. De repente, escuchΓ© el sonido de un piano proveniente de la sala de ensayo vecina. AbrΓ los ojos y sonreΓ con ironΓa. Era Leonardo, ensayando como siempre. Me sentΓ motivada para ensayar aΓΊn mΓ‘s, para demostrarle a Leonardo que yo era la mejor. Pero mientras tocaba, no podΓa sacudirme la sensaciΓ³n de que Leonardo estaba escuchando, observando, esperando a que cometiera un error. Me concentrΓ© en la mΓΊsica, intentando bloquear la sensaciΓ³n de que Leonardo estaba observΓ‘ndome. Pero no podΓa evitar sentirme incΓ³moda, como si Γ©l estuviera esperando a que fallara. D
DespuΓ©s de nuestro breve descanso, Valeria y yo decidimos dar un paseo por la academia, disfrutando del aire fresco y el sonido de las hojas bajo nuestros pies. Era un alivio bienvenido despuΓ©s de la intensidad de la prΓ‘ctica. βΒΏSabes? βdijo Valeria, rompiendo el silencioβ. Creo que deberΓas considerar hablar con el profesor MartΓnez sobre Leonardo. No es justo que tengas que lidiar con esto sola. SuspirΓ©, sabiendo que tenΓa razΓ³n, pero tambiΓ©n sintiendo la carga de la situaciΓ³n. βLo sΓ©, Valeria. Pero no quiero causar problemas. AdemΓ‘s, el concurso es en unos dΓas y no quiero distraerme. Valeria me mirΓ³ con seriedad. βSofΓa, tu bienestar es mΓ‘s importante que cualquier concurso. Si Leonardo sigue molestΓ‘ndote, necesitas hacer algo al respecto. AsentΓ, agradecida por su preocupaciΓ³n. βPrometo que lo pensarΓ©. Pero por ahora, necesito concentrarme en la mΓΊsica. Ella sonriΓ³ y me dio un ligero empujΓ³n en el hombro. βEstΓ‘ bien, pero no lo dejes pasar demasiado tiempo. Continuamos cami
Me despertΓ© temprano, sintiendo una mezcla de emociones en el estΓ³mago. El concurso estaba a solo un dΓa de distancia, y me sentΓa mΓ‘s nerviosa que nunca. Me levantΓ© de la cama y comencΓ© a prepararme para el dΓa, tratando de enfocarme en los detalles finales de mi presentaciΓ³n. Mientras me vestΓa, mi mente comenzΓ³ a divagar hacia todos los posibles errores que podΓa cometer en el escenario. TerminΓ© de alistarme. Esta vez optΓ© por unos jeans y una sudadera de color rojo junto unos tenis de color blanco, y tomΓ© mi estuche con mi violΓn dentro y me dirigΓ a la academia. Mientras ensayaba mi pieza en la sala de prΓ‘ctica, no podΓa evitar sentir que algo estaba mal. Mi violΓn sonaba desafinado, y mis dedos parecΓan tener vida propia. Me detuve y tomΓ© un profundo respiro, tratando de calmar mis nervios. "ΒΏQuΓ© pasa contigo, SofΓa?", me preguntΓ© a mΓ misma. "Has practicado durante meses, y sabes que estΓ‘s lista. ΒΏPor quΓ© te sientes tan insegura?" Me sentΓ© en una silla, cerrΓ© los ojos y tra
El dΓa del concurso finalmente habΓa llegado. Me despertΓ© temprano, sintiendo una mezcla de emociones en mi estΓ³mago. Me levantΓ© de la cama y comencΓ© a prepararme para el dΓa, tratando de enfocarme en los detalles finales de mi presentaciΓ³n. Mientras me vestΓa y desayunaba, no podΓa evitar pensar en todo lo que habΓa trabajado para llegar a este momento. Los meses de prΓ‘ctica, las horas de ensayo, las dudas y los miedos... todo habΓa llevado a este instante. LleguΓ© al auditorio donde se llevarΓa a cabo el concurso y vi a muchos estudiantes y profesores reunidos. Mi corazΓ³n latΓa con fuerza mientras buscaba a Valeria y a mis otros amigos en la multitud. De repente, escuchΓ© una voz detrΓ‘s de mΓ. βSofΓa, Β‘buena suerte! βEra Leonardo, mi rival. Me di la vuelta y lo mirΓ©, tratando de sonreΓr. Pero su sonrisa burlona me hizo sentir un escalofrΓo. ParecΓa disfrutar de mi nerviosismo. βGracias, Leonardo. TΓΊ tambiΓ©n βrespondΓ, tratando de parecer confiada. Pero su sonrisa me hizo duda
DespuΓ©s de que Leonardo terminΓ³ su presentaciΓ³n, el jurado se retirΓ³ a deliberar. Me sentΓ ansiosa, preguntΓ‘ndome quiΓ©n serΓa el ganador. Valeria me tomΓ³ la mano y me sonriΓ³. βNo importa lo que pase, SofΓa, tΓΊ ya has ganado βme dijo. SonreΓ, agradecida por su apoyo. Pero dentro de mΓ, sabΓa que querΓa ganar. QuerΓa saber que mi esfuerzo y dedicaciΓ³n habΓan valido la pena. Finalmente, el jurado regresΓ³ y el presidente del concurso se acercΓ³ al micrΓ³fono. βY el ganador del concurso es... βhizo una pausa dramΓ‘ticaβ Leonardo. Me sentΓ un golpe en el estΓ³mago. No podΓa creerlo. Leonardo se levantΓ³ de su asiento, sonriendo, y se acercΓ³ al escenario para recibir su premio. Me levantΓ© de mi asiento, tratando de sonreΓr y parecer feliz por Γ©l. Pero dentro de mΓ, sentΓa una mezcla de emociones: decepciΓ³n, frustraciΓ³n y una sensaciΓ³n de que no habΓa sido suficiente. Valeria me apretΓ³ la mano con fuerza. βSofΓa, lo hiciste increΓble. No dejes que esto te desanime. AsentΓ, aunque las