EVELIA CARPIO
Toda la cena me mantengo siendo yo misma, con la actitud que me caracteriza, y sé que eso es justo lo que Leonel odia, por lo que disfruto doblemente hacerlo.
La cena se está desarrollando como debería, mi hermana Adriana siendo perfecta hasta en su forma de limpiarse los labios, cuando sabe perfectamente que están impolutos, hasta el adonis en el que se ha transformado la lagartija que recuerdo hace muchos ayeres, quién se ha mantenido atento a ella.
Me pica la espalda, Leonel me golpeó de nuevo un poco antes de iniciar toda esta farsa, pero esta vez me abrió más la piel, llegó hasta las costillas y siento que me quema por dentro, él asegurándose como siempre, debo reconocer, de golpear donde pueda ser cubierto.
El monstruo siempre ha sido precavido en esos detalles, dar en lugares que no sean visibles, porque ante todos debe ser el hombre perfecto y por lo tanto, sólo merece la familia perfecta, no menos.
A pesar del dolor, tengo que comer, tengo que terminarme todo lo que pueda, no sé cuándo volveré a tener oportunidad de probar bocado con mi comportamiento de ésta noche, seguro me encierra por lo menos una semana.
— Llevo la subdirección del conglomerado de mi familia, es un trabajo que he llevado de manera ejemplar.— Dice el montón de músculos apetitosos que se ha vuelto Oliver, no sabía que se pondría así de guapo, sinceramente no le tenía mucha fe.
Pero muevo la cabeza, ese hombre debe estar con mi hermana, ella será igual de estirada que él y tendrán muchos hijitos estirados que usaran ropa sin una arruga, sonrió ligeramente ante la imagen que veo en mi cabeza.
— Es de esperarse con su inteligencia que así sea. — Dice mi hermana con un tono de voz estable pero no más alto de lo normal, con todos esos halagos, seguro tendrán que amarrarle un mecate de algún lado a este hombre, lo va a subir como un globo con helio y lo perderemos.
Pero estoy decidida a ayudarle, así que abro mi bocata una vez más, a pesar de saber que esto agregará unos cuantos latigazos más tarde.
— Siendo nieto del dueño, maldad fuera que no pudieras encargarte, si tu no lo haces entonces ¿Quién?.— En ese momento me muerdo el labio inferior, me duele una pierna, Leonel me acaba de patear con toda la intensión de callarme, no le daré el gusto de que me escuche quejarme, me muerdo tan fuerte que siento el sabor a metal de la sangre en mi boca y no escucho que responde el chico.
Pero en ese momento una carcajada, porque no era una risa, sino una carcajada interrumpe el silencio sepulcral que acababa de hacerse después de mi comentario.
El señor Rodrigo Geacoman estaba encantado, Leonel también se rió de acuerdo, «esta sonrisa era tan falsa como los diamantes de mis aretes», pienso mientras discretamente me sobo donde me pateó.
Las pulsaciones de cada una de las heridas y golpes que tengo en el cuerpo me piden a gritos que cierre mi boca.
Con todo el trabajo que tienen para sanarme, es injustificable que me empeñe en agregarle más rayitas al tigre, tigresa en este caso.
Dejé de prestar atención a todo lo que estaba a mi alrededor, ya era suficiente lo que le había ayudado a Adriana para hacerla brillar, para hacerla ver lo perfecta que era para don estirado, así que no creo que necesite que intervenga.
¡Ouch! pienso haciendo una mueca en un microsegundo, me duele, me duele mucho en las costillas siento mi piel abierta y escocer, pero revisaré ya que llegue a la habitación, solo queda poquito tiempo más, me digo.
—Oliver, es momento que digas ¿con quién te casarás?— dice el señor Rodrigo Geacoman.
Él me agrada o me agradaría si no fuera porque gracias a él estoy aquí, pero bueno, él no sabe nada de esto ¿verdad? nadie sabe nada de lo que pasa en esta casa.
Me hago la occisa porque sería bueno ignorar que van a elegir a mi hermana, para que vean su felicidad y todo va bien, hasta que escucho a Oliver decir:
—Evelia, me casaré con Evelia.
—¡Demonios!— digo.
—¿Qué sucede querida muchacha?— me pregunta el señor Rodrigo Geacoman interesado en mi respuesta.
Que digo, que digo, que digo, no podía haberla regado más pero bueno vamos a ver qué se me ocurre.
—Pues han elegido a mi hermana ¿no? a Adriana —digo especificando el nombre para asegurarme que Oliver se equivocó de nombre, porque eso debió ser no encuentro otra razón.
—No —dice conteniendo la risa Rodrigo Geacoman— te eligieron a ti, tú serás la futura esposa de Oliver Geacoman y te volverás parte de la familia.
—No quiero sonar malagradecida ni nada de eso, pero ¿por qué yo? si mi hermana es perfecta para ese puesto.
Todos voltean a ver a Oliver, él era el que había hecho la decisión por lo tanto él debía tener sus motivos, nadie podría leerle la mente, así que era su turno de hablar.
Él se mantiene con los ojos cerrados un momento, pensativo, aunque mantiene los puños apretados, tal vez se había equivocado de nombre y no quería admitir su error.
Pero no hay problema yo le puedo ayudar, pienso.
—No te preocupes Oliver, todos nos equivocamos en algún momento, si querías decir a Adriana puede ser ella— intento animarlo.
Él abre los ojos decidido y me mira directamente.
Evelia no me equivoqué de nombre y tampoco voy a cambiar de parecer tú serás mi esposa y a ti es a quien me llevaré de aquí
Un escalofrío recorre mi espalda ahora no solo tendría que luchar contra Leonel, sino que se había agregado otro enemigo, Oliver Geacoman ¿cómo podría deshacerme de ellos dos para irme lejos y poder ser libre?
OLIVER GEACOMANMe encuentro decidido no entiendo por qué Evelia se empeña en alejarme, no puedo decirle frente a todos que quiero ayudarla, que ambos podemos ayudarnos.Después de aclarar que sí quiero casarme con ella y no con su hermana, se crea un silencio un tanto incómodo para todos.—Entiende hija —dice Leonel —él se ha enamorado de ti, ha quedado prendado de…— Se quedó trabado, se notaba que estaba buscando un calificativo aceptable para continuar su oración y no lo encontraba.—Su carisma —dijo mi abuelo, a fin de cuentas él sí era una persona a quien Oliver le fuera de agrado.— ¡Claro carisma!— continuó Leonel un poco confundido porque ésa fuera la razón.Había olvidado un detalle, en ese momento me levanto, saco un anillo de mi bolsillo y se lo presento a Evelia.Ella abre los ojos asombrada, parece que no se esperaba un anillo de compromiso en un compromiso, «en dónde tendría la cabeza esta muchacha» pienso intrigado.—Es el anillo que usó su madre y mi esposa —susurró mi
EVELIA CARPIOLa puerta se cierra los extraños y visitantes se van, eso quiere decir que este infierno vuelve a estar despierto, y todos obtendremos lo que él considere justo.El hombre perfecto que Leonel finge ser, queda sustituido por la versión real, el demonio domador de esta casa.—Cecilia — dice el firme provocando que mi madre pegue un pequeño brinco de anticipación ante cualquiera que sea su solicitud — ve y prepárame un baño, voy a tener una conversación privada con mis hijas, no quiero que molestes ¿entiendes?Mi madre abrió los ojos pero nunca levantó la vista, estaba sorprendida pero, como si no supiera lo que iba a venir solo asintió, se dio media vuelta y comenzó su camino directamente a donde le había indicado Leonel.— A mi hermana ¿para qué la quieres?— pregunto porque sé perfectamente para qué me quiere a mí, cada uno de los comentarios que hice esta noche eran con un propósito que malditamente no cumplí, pero ella se comportó perfecta, como él siempre había exigid
EVELIA CARPIOEstoy ansiosa, realmente ansiosa no sé cómo está Adriana, después de obligarme a ver cada uno de los golpes que ella soportó hecha un ovillo en el suelo, me trajeron contra mi voluntad a la habitación, necesito salir y ver que ella está bien.En ese momento escucho pasos que se acercan a la puerta.—Hola ¿Quién es? ¿Quién viene?— pregunto nerviosa con el corazón acelerado no sé de quién se trata pero necesito intentar salir de aquí.— ¿Señorita Evelia? — pregunta una voz delicada, «es la muchacha que me ayudó a vestirme» pienso.—Sí disculpa, necesito por favor, que me abras, que me ayudes. — sé que la desesperación puede notarse en mi voz pero no me importa en éste momento.—No puedo señorita, no puedo dejarla salir— en la voz de la muchacha se le escuchaba tristeza y compasión, probablemente ella no quería hacer nada de lo que estaba obligada a hacerme.—Escucha— pido— por favor, solo necesito saber si mi hermana está bien, te prometo que solamente la veo y regreso, y
EVELIA CARPIOEl sonido de golpes en la puerta me despierta, alguien quiere entrar, sonrió ante la ironía del momento, honestamente me da gracia que tengan ese gesto conmigo, como si quien quisiera tener esa puerta cerrada fuera yo, como si quien impidiera a las personas entrar o salir en esta habitación fuera yo.Independientemente de lo que me divierte esa idea tan ridícula, tallo un poco mi rostro para despertarme mejor soy consciente que algo fuerte se viene y quiero estar lista. Debe serlo para que lleguen a tocar a mi puerta en medio de la noche.— ¿Quién es?— pregunto aún con la voz ronca y la garganta un poco cerrada.—Soy yo— dice mi madre con un tono de voz que delata lo insegura que se siente— tu ma...— Se detiene y se corrige — Cecilia.Me siento asombrada, dejando de lado todos los años que no estuve en esta mansión, antes de eso ella vino a visitarme en contadas ocasiones, esas en las que Leonel sabía que se había pasado de la raya y que yo necesitaría un poco de ayuda e
EVELIA CARPIOEl día de la boda ha llegado, acabo de quedarme sola en esta gran habitación desconocida para mí, inusualmente llena de luz y calidez, nadie había contemplado ni siquiera el monstruo que al momento que Rodrigo Geacoman había dicho que tenía todo listo para la boda, sería en su mansión, pues bueno, a pesar de los corajes que Leonel tuvo que tragarse al saberlo, aquí estoy preparada para ser la marioneta que el necesita.Me miro en el reflejo de un espejo, que se ve maravilloso e imponente, pero no tanto como mi vestido de novia.Para este día finalmente elegí un vestido completamente ceñido al cuerpo sin escote y con mangas largas para cubrir cada una de las marcas que tengo en mi cuerpo.Todas mis heridas fueron selladas con una especie de gasa que por fuera tiene plástico para hacerlo hermético, así que espero estar bien durante todo éste circo, veo mi reflejo e insisto en encontrar algo de mí misma en esta imagen pero no lo consigo.La belleza del momento, del vestido
OLIVER GEACOMANEl día de la boda es hoy y estoy nervioso, podría decirse que estoy a punto de marcar un antes y un después en mi vida.En mi habitación me encuentro decidido a hablar con ella y exponerle todo lo que debe saber antes incluso de comenzar la ceremonia.Cuando estoy a punto de salir de la habitación, un ruido proveniente del balcón llama mi atención, una especie de liana formada por sabanas amarradas acaba de aparecer desde el piso de arriba.Decido regresarme para investigar lo que sucede, aunque algo dentro de mí me dice que puede estar relacionado con ella, con Evelia.«Esta mujer me encanta» pienso sin darme cuenta que ese pensamiento me pone una sonrisa de bobo en los labios «es tan creativa, nadie podría aburrirse con ella»Después de unos minutos que me parecieron eternos, veo que una especie de nube blanca comienza a descender en mi dirección.— Esta mujer se cree súper poderosa —digo al mismo tiempo que me acerco lo más que puedo, sin que ella se dé cuenta, no q
EVELIA CARPIOMi intento por escapar había fallado. Poco después, me llevaron al lugar de la boda. Rodeada de personas que realmente no conozco, ni me interesa conocer, pero sé que cada una de ellas tiene sus razones para presenciar esta boda.Me siento nerviosa, deseando estar en otro lugar, deseando estar con amigos y con gente que me acepta tal cual soy y no rodeada de buitres carroñeros esperando obtener algún beneficio de lo que está a punto de suceder.Siento que alguien toma mi brazo, mi instinto me pide que me mueva para eliminar ese contacto no deseado y al voltear veo que Leonel Carpio se encuentra a mi izquierda, sonriente y seguro, ignorante de todas las dudas que tengo.Se acerca para decirme algo al oído:— Que no se te suba lo que dijo Oliver, aquí mando yo, siempre lo hago, recuerda por qué estás aquí, recuerda para qué dejé que te casaras y piensa lo mucho que amas a tu hermana y tu madre y lo que estás dispuesta a hacer para mantenerlas a salvo.Comenzamos el camino
EVELIA GEACOMAN.Ya en camino a la casa de Oliver, me di cuenta que he aceptado casarme con él sin poner límites, sin definirlos. El camino lo sentí largo y pesado, no sabía cuál iba a ser la intención de él al llegar a la casa.« ¿Querría consumar el matrimonio así como lo había dicho en la reunión?» Me pongo un poco ansiosa.—Oliver nosotros no… — No termino la frase, el me interrumpe.— Nosotros solo estamos casados de palabra Evelia, sólo en un papel, esta noche no estarás obligada a hacer nada que no quieras.— Gracias— mi alma descansó, me sentía presionada, me sentía demasiado enajenada de mi cuerpo y de mis decisiones como para luchar por mi integridad, noto que mis manos están sudadas por los nervios ante la situación y discretamente me seco las manos.— Será un año entonces — confirmo.El asiente con la cabeza.— Será un año en el cual podemos convivir Evelia, podemos ser un equipo, ambos tenemos cosas que ganar y cosas que perder si esto no funciona.— Oliver se alejó un p