EVELIA CARPIO
La puerta se cierra los extraños y visitantes se van, eso quiere decir que este infierno vuelve a estar despierto, y todos obtendremos lo que él considere justo.
El hombre perfecto que Leonel finge ser, queda sustituido por la versión real, el demonio domador de esta casa.
—Cecilia — dice el firme provocando que mi madre pegue un pequeño brinco de anticipación ante cualquiera que sea su solicitud — ve y prepárame un baño, voy a tener una conversación privada con mis hijas, no quiero que molestes ¿entiendes?
Mi madre abrió los ojos pero nunca levantó la vista, estaba sorprendida pero, como si no supiera lo que iba a venir solo asintió, se dio media vuelta y comenzó su camino directamente a donde le había indicado Leonel.
— A mi hermana ¿para qué la quieres?— pregunto porque sé perfectamente para qué me quiere a mí, cada uno de los comentarios que hice esta noche eran con un propósito que malditamente no cumplí, pero ella se comportó perfecta, como él siempre había exigido en ambas.
— Eso es algo que sabrás llegado su momento, síganme. — Ordenó implacable.
Leonel Carpio, el monstruo, como me gusta llamarlo, comenzó a caminar tranquilamente por un pasillo que él había mantenido particularmente aislado tiempo atras.
«No entiendo qué hago aquí y mucho menos que hace mi hermana aquí» Pienso confundida.
Leonel saca una llave y abre una puerta invitando a que ambas pasemos, Adriana me mira solo un instante antes de caminar resignada con la cabeza gacha en dirección a la habitación y yo la sigo, no vale la pena resistirme, sé que sería inútil en este momento.
Al entrar me encuentro una habitación completamente vacía con las paredes pintadas de un tono gris dándole un aspecto lúgubre, pero algo llama mi atención en el fondo en una esquina se encuentra el mismo guardia que me encerró en la habitación anteriormente, el mismo que me había encontrado y regresado a éste clavario, eso no era muy buena señal y eso me pone en alerta.
— ¡Amárrala!— dijo Leonel yo rápidamente volteo para identificar de quién habla si de mi hermana o de mí, pero todo sucede demasiado rápido para que pueda hacer algo al respecto.
El hombre me toma por los brazos y me amarra a una especie de esposa de cuero que se encuentra anclada a la pared.
Los agarres están colocados de manera que me encuentro pegada de espalda a la pared con mis brazos abiertos y después aunque lo pateo una y otra vez, no consigo tener más fuerza que él y me inmoviliza las piernas también, dejándome completamente indefensa ante cualquier ataque.
— Avanzaste —le digo al monstruo, tratando de evitar que se note en mi voz el pavor que siento recorrer mis venas— antes de irme no tenías estos juguetitos.
No quiero quejarme pero la herida de la costilla me está matando y me doy cuenta que tengo sangre en el vestido, espero nadie lo haya notado.
Lamentablemente todo esto sucedió, porque saben que tengo dos hijas, así que tenías que estar aquí como la hija abnegada y complaciente que se supone que eres, si no, no te habría capturado.
Leonel recibe de parte del guardia una tela larga con algo adentro con peso como si fuera un calcetín alto con algo dentro una bola tal vez.
Inesperadamente lanza un golpe con eso y le da en el estómago a Adriana, provocando que ella grite de manera desgarradora.
—¡¿Por qué le pegas?!— grito desesperada por lo que estoy mirando— ¡quien no te obedeció fui yo!— Comienzo a jalar de los agarres en un intento de liberarme para proteger a mi hermana.
—¡Cállate!— me dice el monstruo, para después dirigirse a Adriana— tantos años Adriana tantos años de entrenamiento y de enseñarte para que venga esta estúpida y te arranque un instante antes tu futuro, nuestro futuro.
Adriana estaba encogida por el dolor del estómago ya había comenzado a llorar entre sollozos le decía: lo siento papá, lo siento, perdona...
—Más lo siento yo —le respondió él, quien después de darle una pequeña caricia en el rostro como gesto de consuelo a mi hermana, volvió a tomar impulso y le pegó de nuevo esta vez en la espalda.
— ¡Por favor no lo hagas!— suplico— yo soy quien se comportó mal, yo soy quien no te obedeció, ¿Por qué la golpeas a ella? No tiene la culpa— le grito desesperada, intentando liberarme de los agarres que tenía en las manos y en las piernas, todo inútilmente.
— La situación es Evelia — Leonel aclara — que en este momento ya no puedo golpearte, tengo las manos atadas si quiero corregirte, porque fuiste elegida,— el tono de desprecio en su voz era notable— pero todos y cada uno de tus comentarios imprudentes y maliciosos me los tengo que cobrar, y como tu hermana te ama — dijo — ella recibirá cada uno de los golpes en tu nombre.
— ¡No puedes golpearla!— grito desesperada
Tú eras solo un requisito del idiot* de Rodrigo, quien siempre me preguntó por ti, solo debías estar ahí sin interferencias, sólo hacer acto de presencia para que Adriana fuera elegida, pero tenías que salir con tus estupideces y arruinarlo todo.
— Para manipularla ¿verdad? Por eso querías que fuera ella.— le grito llena de furia.
En ese momento él lanza otro golpe a mi hermana dándole en uno de los hombros ella solo grita de nuevo arrinconada en una de las esquinas de la habitación.
— Sigues sin aprender a guardar silencio Evelia, sigues sin entender quién tiene el poder.
En ese momento supe que tenía que quedarme callada, si no mi hermana sufriría las consecuencias y no estaba dispuesta a eso.
«Por lo visto se tiene sobrevalorado» pienso, porque me aguanto el deseo de decirle sus verdades, no quiero que mi hermana reciba más golpes «se cree un Dios caído del Olimpo, el estúpid0 bastard0, cobard3 que me tocó por padre» pienso.
—Lastimosamente quién le gustó fuiste tú, ¿de qué querría hablar contigo Evelia? ¿Qué querría decirte? — se mantuvo pensativo un momento y después sonrío mirandome directamente a los ojos — tal vez quería decirte que vas a estar con su abuelo en lugar de con él.
Una risa asquerosa brotó desde el fondo de su pecho, haciendolo perder el aliento en cierto momento. Realmente estaba disfrutando con esa idea.
«Asqueroso» pensé sin dejarme llevar por mi instinto de lucha.
—Imagínate tener a los dos Geacoman conocidos, porque sé que está otro por ahí pero ese no tiene tanta relevancia, porque siempre se mantiene oculto como un ermitaño — dice con desprecio restandole importancia al que no conoce, ya que él no le serviría— pero los dos tanto el viejo como el joven a los pies de una Carpio, sería maravilloso de ver. — El pecho se le inchó notablemente con lo que solo él sabia que habitaba en su cabeza.
«No voy a permitir que me haga caer de nuevo en sus juegos, y que mi hermana salga lastimada, me mantendré en silencio todo el tiempo que pueda» Pensaba frustrada ante toda esta situación.
«No digas nada, no digas nada, no digas nada» me decía una y otra vez, tratando de opacar la voz de ese hombre y dejar de escuchar las cosas tan absurdas que decía el monstruo.
EVELIA CARPIOEstoy ansiosa, realmente ansiosa no sé cómo está Adriana, después de obligarme a ver cada uno de los golpes que ella soportó hecha un ovillo en el suelo, me trajeron contra mi voluntad a la habitación, necesito salir y ver que ella está bien.En ese momento escucho pasos que se acercan a la puerta.—Hola ¿Quién es? ¿Quién viene?— pregunto nerviosa con el corazón acelerado no sé de quién se trata pero necesito intentar salir de aquí.— ¿Señorita Evelia? — pregunta una voz delicada, «es la muchacha que me ayudó a vestirme» pienso.—Sí disculpa, necesito por favor, que me abras, que me ayudes. — sé que la desesperación puede notarse en mi voz pero no me importa en éste momento.—No puedo señorita, no puedo dejarla salir— en la voz de la muchacha se le escuchaba tristeza y compasión, probablemente ella no quería hacer nada de lo que estaba obligada a hacerme.—Escucha— pido— por favor, solo necesito saber si mi hermana está bien, te prometo que solamente la veo y regreso, y
EVELIA CARPIOEl sonido de golpes en la puerta me despierta, alguien quiere entrar, sonrió ante la ironía del momento, honestamente me da gracia que tengan ese gesto conmigo, como si quien quisiera tener esa puerta cerrada fuera yo, como si quien impidiera a las personas entrar o salir en esta habitación fuera yo.Independientemente de lo que me divierte esa idea tan ridícula, tallo un poco mi rostro para despertarme mejor soy consciente que algo fuerte se viene y quiero estar lista. Debe serlo para que lleguen a tocar a mi puerta en medio de la noche.— ¿Quién es?— pregunto aún con la voz ronca y la garganta un poco cerrada.—Soy yo— dice mi madre con un tono de voz que delata lo insegura que se siente— tu ma...— Se detiene y se corrige — Cecilia.Me siento asombrada, dejando de lado todos los años que no estuve en esta mansión, antes de eso ella vino a visitarme en contadas ocasiones, esas en las que Leonel sabía que se había pasado de la raya y que yo necesitaría un poco de ayuda e
EVELIA CARPIOEl día de la boda ha llegado, acabo de quedarme sola en esta gran habitación desconocida para mí, inusualmente llena de luz y calidez, nadie había contemplado ni siquiera el monstruo que al momento que Rodrigo Geacoman había dicho que tenía todo listo para la boda, sería en su mansión, pues bueno, a pesar de los corajes que Leonel tuvo que tragarse al saberlo, aquí estoy preparada para ser la marioneta que el necesita.Me miro en el reflejo de un espejo, que se ve maravilloso e imponente, pero no tanto como mi vestido de novia.Para este día finalmente elegí un vestido completamente ceñido al cuerpo sin escote y con mangas largas para cubrir cada una de las marcas que tengo en mi cuerpo.Todas mis heridas fueron selladas con una especie de gasa que por fuera tiene plástico para hacerlo hermético, así que espero estar bien durante todo éste circo, veo mi reflejo e insisto en encontrar algo de mí misma en esta imagen pero no lo consigo.La belleza del momento, del vestido
OLIVER GEACOMANEl día de la boda es hoy y estoy nervioso, podría decirse que estoy a punto de marcar un antes y un después en mi vida.En mi habitación me encuentro decidido a hablar con ella y exponerle todo lo que debe saber antes incluso de comenzar la ceremonia.Cuando estoy a punto de salir de la habitación, un ruido proveniente del balcón llama mi atención, una especie de liana formada por sabanas amarradas acaba de aparecer desde el piso de arriba.Decido regresarme para investigar lo que sucede, aunque algo dentro de mí me dice que puede estar relacionado con ella, con Evelia.«Esta mujer me encanta» pienso sin darme cuenta que ese pensamiento me pone una sonrisa de bobo en los labios «es tan creativa, nadie podría aburrirse con ella»Después de unos minutos que me parecieron eternos, veo que una especie de nube blanca comienza a descender en mi dirección.— Esta mujer se cree súper poderosa —digo al mismo tiempo que me acerco lo más que puedo, sin que ella se dé cuenta, no q
EVELIA CARPIOMi intento por escapar había fallado. Poco después, me llevaron al lugar de la boda. Rodeada de personas que realmente no conozco, ni me interesa conocer, pero sé que cada una de ellas tiene sus razones para presenciar esta boda.Me siento nerviosa, deseando estar en otro lugar, deseando estar con amigos y con gente que me acepta tal cual soy y no rodeada de buitres carroñeros esperando obtener algún beneficio de lo que está a punto de suceder.Siento que alguien toma mi brazo, mi instinto me pide que me mueva para eliminar ese contacto no deseado y al voltear veo que Leonel Carpio se encuentra a mi izquierda, sonriente y seguro, ignorante de todas las dudas que tengo.Se acerca para decirme algo al oído:— Que no se te suba lo que dijo Oliver, aquí mando yo, siempre lo hago, recuerda por qué estás aquí, recuerda para qué dejé que te casaras y piensa lo mucho que amas a tu hermana y tu madre y lo que estás dispuesta a hacer para mantenerlas a salvo.Comenzamos el camino
EVELIA GEACOMAN.Ya en camino a la casa de Oliver, me di cuenta que he aceptado casarme con él sin poner límites, sin definirlos. El camino lo sentí largo y pesado, no sabía cuál iba a ser la intención de él al llegar a la casa.« ¿Querría consumar el matrimonio así como lo había dicho en la reunión?» Me pongo un poco ansiosa.—Oliver nosotros no… — No termino la frase, el me interrumpe.— Nosotros solo estamos casados de palabra Evelia, sólo en un papel, esta noche no estarás obligada a hacer nada que no quieras.— Gracias— mi alma descansó, me sentía presionada, me sentía demasiado enajenada de mi cuerpo y de mis decisiones como para luchar por mi integridad, noto que mis manos están sudadas por los nervios ante la situación y discretamente me seco las manos.— Será un año entonces — confirmo.El asiente con la cabeza.— Será un año en el cual podemos convivir Evelia, podemos ser un equipo, ambos tenemos cosas que ganar y cosas que perder si esto no funciona.— Oliver se alejó un p
OLIVER GEACOMANHabía pasado el resto de la noche en vela recapitulando todo lo que había podido escuchar detrás de la puerta de mi ahora esposa la noche anterior.— Definitivamente hay algo que no entiendo — me pregunto ansioso por no saber la magnitud de esa sensación extraña que no me abandona— hice lo correcto, hice lo correcto— me repito tratando de mantenerme cuerdo, intentando justificar haber accedido a todo este problema.A través de la noche con ayuda del silencio, había alcanzado a escuchar leves quejidos pero llenos de dolor y angustia que interrumpían la tranquilidad que brinda la oscuridad, los cuales salían de la habitación de Evelia, mi esposa y permanecí ahí hasta que me aseguré que dejaran de producirse.«No sabría decir si el acompañarla era una especie de consuelo para ella o para mí mismo ya que Evelia no supo de mi presencia en ningún momento.» pienso intranquilo— Solo es por un año, solo es un trato y como tal debe mantenerse— me digo de manera cautelosa pa
EVELIA GEACOMANDespués de ese desayuno tan revelador para mí, ver a Oliver era algo que me ponía nerviosa, y he estado sacándole la vuelta a estar con él a solas desde entonces, no esperaba esa reacción de su parte, se supone que tenemos que fingir ante los demás ser un matrimonio normal, que lo estamos intentando, que queremos formar una familia, con mayor razón si Don Rodrigo llega a preguntarle a alguien del servicio pero…— El recuerdo me abruma por un instante— pero la electricidad que sentí al momento de tener sus labios en los míos me hizo perder el control por completo de mis pensamientos. Sé que no es correcto y que tengo una misión, un propósito por el cual estoy aquí, pero es que su sabor y el toque de sus manos tienen un efecto en mí que no puedo controlar, y mucho menos aceptar. « Quiero que te metas en la empresa y me ayudes a conseguir proyectos nuevos» recuerdo las palabras pronunciadas por Leonel el dia de mi boda, « hay rumores de unos contratos en los que quiero