EVELIA CARPIO
Estoy ansiosa, realmente ansiosa no sé cómo está Adriana, después de obligarme a ver cada uno de los golpes que ella soportó hecha un ovillo en el suelo, me trajeron contra mi voluntad a la habitación, necesito salir y ver que ella está bien.
En ese momento escucho pasos que se acercan a la puerta.
—Hola ¿Quién es? ¿Quién viene?— pregunto nerviosa con el corazón acelerado no sé de quién se trata pero necesito intentar salir de aquí.
— ¿Señorita Evelia? — pregunta una voz delicada, «es la muchacha que me ayudó a vestirme» pienso.
—Sí disculpa, necesito por favor, que me abras, que me ayudes. — sé que la desesperación puede notarse en mi voz pero no me importa en éste momento.
—No puedo señorita, no puedo dejarla salir— en la voz de la muchacha se le escuchaba tristeza y compasión, probablemente ella no quería hacer nada de lo que estaba obligada a hacerme.
—Escucha— pido— por favor, solo necesito saber si mi hermana está bien, te prometo que solamente la veo y regreso, yo misma me regreso, por favor, por favor— le ruego— déjame ir a ver si está mi hermana bien, si mi hermana está viva, por favor.
Estaba nerviosa, necesitaba confirmar que ella había sobrevivido a tanto golpe que recibió ayer, a pesar de saber cómo era ese monstruo Leonel, en estos años había perdido cuanta gota de humanidad le quedaba en el cuerpo y ya no se detenía hasta que te veía totalmente destrozada.
Escucho que la puerta se abre, tengo que moverme, me encontraba tirada en el suelo llorando con desesperación y la muchacha abre la puerta y me mira temerosa.
— ¿Me jura que va a ir y regresar? y ¿no intentará escaparse?
— Te lo prometo, te lo juro de verdad, solo necesito saber si ella está bien— le digo.
— Bueno yo la voy a llevar y voy a cuidarla en la puerta.
Yo asiento y a cómo puedo me levanto, tampoco es que tenga mucha energía como para saltar y demostrar lo feliz que me encuentro en este momento.
Todo el camino estuve detrás de esta pequeña muchacha, ella me daba las indicaciones cuando se aseguraba que el camino estaba libre hasta que llegué a la habitación de Adriana.
— Sólo tiene cinco minutos señorita, es todo lo que puedo darle.
— Es todo lo que necesito, muchas gracias.— Digo sinceramente.
Abro la puerta y me encuentro a mi hermana sentada en la cama con una bolsa con hielos en su abdomen y otra poniéndosela en uno de sus hombros, imagino que todos los golpes se habían hecho moretones ya que el hombro que alcanzaba distinguir, estaba casi negro.
— Adriana, gracias a Dios, estás viva hermana, estás viva — me acerco emocionada al verla consciente, al verla viva pero me abstengo de cualquier muestra física de cariño, no puedo permitirme abrazarla y lastimarla más.
— ¿Cómo conseguiste llegar aquí?— me pregunta fríamente Adriana sin mirarme siquiera.
— Solo tengo unos minutos dime que estás bien, ¿Por qué Leonel hizo esto?— Necesitaba información, después de tantos años, ya no conocía tan bien al monstruo, así que no podría prever sus reacciones.
— Por tu culpa porque yo tenía que casarme con Oliver Geacoman y tú lo arruinaste todo —me reclama con lágrimas en los ojos.
— Pero yo quería ayudarte…— Comienzo deseando explicarle mi intensión al hacer todo lo que hice.
— En serio ¿eso querías hacer? entonces ¿por qué llamaste demasiado la atención? por más que me esforcé en ser perfecta, tú siempre salías con una estupid3z graciosa.
—Pero…
—No, no quiero escucharte, esto me lo merezco, — Indica refiriéndose a los golpes que tiene en su cuerpo— porque no lo hice bien.
—Hermana no te mereces nada de esto,— Mi corazón está aplastado, lleno de culpa por no haber evitado que le hicieran todo esto— dime por favor, que si consigo irme, te irás conmigo, esta vez acompáñame… por favor.
— Ya te dije que no— Por primera vez la voz de Adriana se había descontrolado un poco dejando ver que tenía emociones dentro de ella— hace diez años te dije que no y hoy lo vuelvo a repetir, no ¿a qué me voy? No lo entiendes, fuera de estas paredes no conozco otra cosa, no conozco nada más, no puedo ser otra cosa más que lo que mi padre diga que debo ser, entiende, la culpa de todo lo que pasó es tuya solo déjame curarme.
Evelia no podía entender la actitud que tenía su hermana, la historia se repetía, diez años antes le había pedido que por favor que la acompañara en ese sueño de tener en libertad alguien en quien confiar, a su hermana a quien tanto amaba, pero ella le había dicho que no, que considerara un favor el que no dijera nada, pero que ella no iba a alejarse.
—Por favor Adriana, por favor reacciona hermana—No sabía qué más decirle para hacerla comprender que todo esto era un maltrato cruel y que nadie en el mundo merecía eso. — Todo esto está mal.
— ¡Solo vete! ¡Lárgate, déjame! no entiendes,— Ella se movió tratando de alejarme de su entorno— nada de esto hubiera sucedido si tú no hubieras abierto tu boca, si tú no fueras tan imprudente como siempre y si tú no me hubieras opacado, ¡Yo sería la importante! Yo sería la que tuviera valor para mi padre ¿no te das cuenta?— Los ojos de Adriana se habían llenado de rabia — me preparé diez años para nada, todo el esfuerzo, todo el empeño que puse se fueron por tu culpa, ¡solo lárgate, lárgate, lárgate!
Adriana comenzó a gritar demasiado fuerte, tanto que podría llamar la atención, la muchacha que me había acompañado abrió la puerta desesperada y me dijo:
— Señorita por favor vámonos, ella está gritando demasiado, no pueden encontrarnos aquí, recuerde que no es la única que está en riesgo en este momento.
— Pero… pero mi hermana. — «yo lo único que quería era ayudarla» Pienso ya que no logro decir más.
— Se acabó el tiempo, vamos por favor, acompáñame. — La muchacha me tomó de una muñeca para jalarme y sacarme del lugar, se veía decidida a regresarme al lugar del cual me había sacado.
Yo con el corazón roto al ver a mi hermana tan condicionada por ese monstruo, haciéndola incapaz de tomar ninguna decisión por sí misma, sin darme por vencida pero consciente que en ese momento sólo puedo alejarme de ella, aceptando que con eso Adriana dejaría de estar tan inestable y no llamaría tanto la atención.
Ya en la habitación:
— Adriana— susurro sabiendo que soy la única que puede escuchar mi voz dentro de la habitación que he tenido por celda— te aseguro que sin importar lo que me cueste, te mostraré lo que significa la felicidad y la libertad de poder ser tú misma, sin golpes de por medio.
Evelia quería comprender a su hermana, ella no había tenido la oportunidad de disfrutar ser uno mismo sin miedos, sin ataduras, sin amenazas y mucho menos sin tener que cumplir requisitos o expectativas de nadie más.
—Te aseguro que esta vez sí voy a liberarte, te aseguro que esta vez no te dejaré atrás, pero necesito tiempo querida hermana para tener el poder necesario para conseguirlo.
«Mínimo ya sé que Adriana sigue viva» me consuelo en soledad.
Entre tantos sucesos, y tanta adrenalina no había podido pensar en algo « ¿Por qué Oliver dijo mi nombre? ¿Para qué le serviría una mujer mal educada como yo?» me cuestionaba, porque de algo estoy segura, nadie hace nada sin querer recibir algo a cambio.
¡Hola ! Queridos amigos hoy les traigo una nueva historia espero les guste, díganme que les está pareciendo la historia ¿ Creen que pueda escapar?
EVELIA CARPIOEl sonido de golpes en la puerta me despierta, alguien quiere entrar, sonrió ante la ironía del momento, honestamente me da gracia que tengan ese gesto conmigo, como si quien quisiera tener esa puerta cerrada fuera yo, como si quien impidiera a las personas entrar o salir en esta habitación fuera yo.Independientemente de lo que me divierte esa idea tan ridícula, tallo un poco mi rostro para despertarme mejor soy consciente que algo fuerte se viene y quiero estar lista. Debe serlo para que lleguen a tocar a mi puerta en medio de la noche.— ¿Quién es?— pregunto aún con la voz ronca y la garganta un poco cerrada.—Soy yo— dice mi madre con un tono de voz que delata lo insegura que se siente— tu ma...— Se detiene y se corrige — Cecilia.Me siento asombrada, dejando de lado todos los años que no estuve en esta mansión, antes de eso ella vino a visitarme en contadas ocasiones, esas en las que Leonel sabía que se había pasado de la raya y que yo necesitaría un poco de ayuda e
EVELIA CARPIOEl día de la boda ha llegado, acabo de quedarme sola en esta gran habitación desconocida para mí, inusualmente llena de luz y calidez, nadie había contemplado ni siquiera el monstruo que al momento que Rodrigo Geacoman había dicho que tenía todo listo para la boda, sería en su mansión, pues bueno, a pesar de los corajes que Leonel tuvo que tragarse al saberlo, aquí estoy preparada para ser la marioneta que el necesita.Me miro en el reflejo de un espejo, que se ve maravilloso e imponente, pero no tanto como mi vestido de novia.Para este día finalmente elegí un vestido completamente ceñido al cuerpo sin escote y con mangas largas para cubrir cada una de las marcas que tengo en mi cuerpo.Todas mis heridas fueron selladas con una especie de gasa que por fuera tiene plástico para hacerlo hermético, así que espero estar bien durante todo éste circo, veo mi reflejo e insisto en encontrar algo de mí misma en esta imagen pero no lo consigo.La belleza del momento, del vestido
OLIVER GEACOMANEl día de la boda es hoy y estoy nervioso, podría decirse que estoy a punto de marcar un antes y un después en mi vida.En mi habitación me encuentro decidido a hablar con ella y exponerle todo lo que debe saber antes incluso de comenzar la ceremonia.Cuando estoy a punto de salir de la habitación, un ruido proveniente del balcón llama mi atención, una especie de liana formada por sabanas amarradas acaba de aparecer desde el piso de arriba.Decido regresarme para investigar lo que sucede, aunque algo dentro de mí me dice que puede estar relacionado con ella, con Evelia.«Esta mujer me encanta» pienso sin darme cuenta que ese pensamiento me pone una sonrisa de bobo en los labios «es tan creativa, nadie podría aburrirse con ella»Después de unos minutos que me parecieron eternos, veo que una especie de nube blanca comienza a descender en mi dirección.— Esta mujer se cree súper poderosa —digo al mismo tiempo que me acerco lo más que puedo, sin que ella se dé cuenta, no q
EVELIA CARPIOMi intento por escapar había fallado. Poco después, me llevaron al lugar de la boda. Rodeada de personas que realmente no conozco, ni me interesa conocer, pero sé que cada una de ellas tiene sus razones para presenciar esta boda.Me siento nerviosa, deseando estar en otro lugar, deseando estar con amigos y con gente que me acepta tal cual soy y no rodeada de buitres carroñeros esperando obtener algún beneficio de lo que está a punto de suceder.Siento que alguien toma mi brazo, mi instinto me pide que me mueva para eliminar ese contacto no deseado y al voltear veo que Leonel Carpio se encuentra a mi izquierda, sonriente y seguro, ignorante de todas las dudas que tengo.Se acerca para decirme algo al oído:— Que no se te suba lo que dijo Oliver, aquí mando yo, siempre lo hago, recuerda por qué estás aquí, recuerda para qué dejé que te casaras y piensa lo mucho que amas a tu hermana y tu madre y lo que estás dispuesta a hacer para mantenerlas a salvo.Comenzamos el camino
EVELIA GEACOMAN.Ya en camino a la casa de Oliver, me di cuenta que he aceptado casarme con él sin poner límites, sin definirlos. El camino lo sentí largo y pesado, no sabía cuál iba a ser la intención de él al llegar a la casa.« ¿Querría consumar el matrimonio así como lo había dicho en la reunión?» Me pongo un poco ansiosa.—Oliver nosotros no… — No termino la frase, el me interrumpe.— Nosotros solo estamos casados de palabra Evelia, sólo en un papel, esta noche no estarás obligada a hacer nada que no quieras.— Gracias— mi alma descansó, me sentía presionada, me sentía demasiado enajenada de mi cuerpo y de mis decisiones como para luchar por mi integridad, noto que mis manos están sudadas por los nervios ante la situación y discretamente me seco las manos.— Será un año entonces — confirmo.El asiente con la cabeza.— Será un año en el cual podemos convivir Evelia, podemos ser un equipo, ambos tenemos cosas que ganar y cosas que perder si esto no funciona.— Oliver se alejó un p
OLIVER GEACOMANHabía pasado el resto de la noche en vela recapitulando todo lo que había podido escuchar detrás de la puerta de mi ahora esposa la noche anterior.— Definitivamente hay algo que no entiendo — me pregunto ansioso por no saber la magnitud de esa sensación extraña que no me abandona— hice lo correcto, hice lo correcto— me repito tratando de mantenerme cuerdo, intentando justificar haber accedido a todo este problema.A través de la noche con ayuda del silencio, había alcanzado a escuchar leves quejidos pero llenos de dolor y angustia que interrumpían la tranquilidad que brinda la oscuridad, los cuales salían de la habitación de Evelia, mi esposa y permanecí ahí hasta que me aseguré que dejaran de producirse.«No sabría decir si el acompañarla era una especie de consuelo para ella o para mí mismo ya que Evelia no supo de mi presencia en ningún momento.» pienso intranquilo— Solo es por un año, solo es un trato y como tal debe mantenerse— me digo de manera cautelosa pa
EVELIA GEACOMANDespués de ese desayuno tan revelador para mí, ver a Oliver era algo que me ponía nerviosa, y he estado sacándole la vuelta a estar con él a solas desde entonces, no esperaba esa reacción de su parte, se supone que tenemos que fingir ante los demás ser un matrimonio normal, que lo estamos intentando, que queremos formar una familia, con mayor razón si Don Rodrigo llega a preguntarle a alguien del servicio pero…— El recuerdo me abruma por un instante— pero la electricidad que sentí al momento de tener sus labios en los míos me hizo perder el control por completo de mis pensamientos. Sé que no es correcto y que tengo una misión, un propósito por el cual estoy aquí, pero es que su sabor y el toque de sus manos tienen un efecto en mí que no puedo controlar, y mucho menos aceptar. « Quiero que te metas en la empresa y me ayudes a conseguir proyectos nuevos» recuerdo las palabras pronunciadas por Leonel el dia de mi boda, « hay rumores de unos contratos en los que quiero
EVELIA GEACOMANEn un intento de mantenerme ocupada y olvidar todo lo que había revivido la noche anterior, con un deseo irrefrenable de dejar de pensar en la razón por la que estoy aquí, deseo de olvidar la incertidumbre en la que se pasea mi futuro, he estado pasando el tiempo en la biblioteca de la villa sorprendentemente tiene todo tipo de libros, tanto de administración, economía, poesía, romance, entre otras Decido leer uno de los libros de economía que me apasiona y quedar inundada entre conceptos y formulas, los números son predecibles todo lo contrario a los sentimientos, cuando golpes en la puerta me desconcentran. —Buenas tardes— me dice Rodrigo Geacoman sorprendiéndome, ya que no tenía idea que vendría a visitarnos « ¿Dónde está Oliver?» Pienso.— Buenas tardes, pase —le digo atenta— siéntese, no sabía que iba a venir.Rodrigo Geacoman se acerca con una sonrisa silenciosa y se sienta en un sillón que se encuentra frente a mí. — Esa era la intención, esperaba sorpr