EVELIA CARPIO
El día de la boda ha llegado, acabo de quedarme sola en esta gran habitación desconocida para mí, inusualmente llena de luz y calidez, nadie había contemplado ni siquiera el monstruo que al momento que Rodrigo Geacoman había dicho que tenía todo listo para la boda, sería en su mansión, pues bueno, a pesar de los corajes que Leonel tuvo que tragarse al saberlo, aquí estoy preparada para ser la marioneta que el necesita.
Me miro en el reflejo de un espejo, que se ve maravilloso e imponente, pero no tanto como mi vestido de novia.
Para este día finalmente elegí un vestido completamente ceñido al cuerpo sin escote y con mangas largas para cubrir cada una de las marcas que tengo en mi cuerpo.
Todas mis heridas fueron selladas con una especie de gasa que por fuera tiene plástico para hacerlo hermético, así que espero estar bien durante todo éste circo, veo mi reflejo e insisto en encontrar algo de mí misma en esta imagen pero no lo consigo.
La belleza del momento, del vestido y todo lo que me rodea se opaca con la rabia que muestran mis ojos. «Ésta no soy yo» Pienso con nostalgia.
Al darme cuenta de la magnitud de lo que estoy a punto de hacer, deseo irme pero « ¿cómo me voy a ir de aquí? si apenas y conozco el lugar» pienso contrariada «tiene que haber una manera, si yo no lo conozco, Leonel tampoco».
Tocan la puerta sorprendiéndome, por un momento creo que he dicho mis pensamientos en alto, no sería la primera vez que me sucede, y que vienen a detenerme, la puerta se abre y el monstruo entra.
— Bueno Evelia — dice él con autosuficiencia— por lo visto hiciste un buen trabajo con el vestido, te ves angelical y hasta cierto punto… linda — la última palabra le raspó en la boca al decirla, lo noté instintivamente.
Se dirige a un sillón y se sienta para estar cómodo.
— Tantas veces que te revelaste, tantos golpes que recibiste por rebeldía, que merecías por contestona y mírate aquí con el mismo destino que había pensado para ti hace muchos años. — La sonrisa que tanto odio de él, ésa de autosuficiencia hace acto de presencia en su cara.
Detesto que este hombre se sienta tan cómodo en mi presencia, detesto que me siga haciendo temblar y aún detesto más tener que escuchar su asquerosa voz creadora de muchas de mis pesadillas nocturnas.
— El siguiente paso— Indica Leonel— es que quiero que te metas en la empresa y me ayudes a conseguir proyectos nuevos, sé que en tus años desaparecida en los que jugaste a las escondidas, estudiaste administración y eso me va a servir.
Mis piernas perdieron fuerza al ser consciente que siempre supo donde estuve, que siempre supo lo que hice.
— Siempre lo supiste ¿verdad? ¿Por qué me dejaste creer que era libre tanto tiempo? ¿Por qué me dejaste vivir con esa desesperación de pelear contigo?— le reclamo resentida al saber que todo lo que creí haber conseguido era solo una ilusión.
— Evelia, tienes que aprender que hay peleas que deben lucharse y hay otras que no, era mejor tenerte allá, creyéndote libre, evitándome dolores de cabeza hasta que realmente te necesitara, cómo lo hice, aunque mantenía la fiel esperanza que la elegida fuera Adriana— se encoge de hombros— bueno, tú eras el plan b.
Se levanta y me dice:
— Espero lo hagas bien, hay rumores de unos contratos en los que quiero estar y necesito prepararme de antemano, quiero que todo quede en familia, y para eso tú me vas a ayudar.
Sin más, Leonel sale de la habitación dando por hecho que voy a obedecer sin poner resistencia.. Dejándome llena de dudas, inseguridades y frustración
— ¡Maldit0 bastard0!— grito, si antes tenía una necesidad que me negaba a aceptar de escapar de aquí, en este momento no puedo contenerme, comienzo a buscar una forma de salir de aquí, no puedo hacer ninguna respiración profunda, me siento asfixiada, me siento enjaulada.
Al abrir la puerta noto que hay dos guardias para impedir mi salida, discretamente cierro la puerta de nuevo, no me va a servir de nada pelear contra dos hombres grandes, sé que no estoy en la mejor condición como para ponerme al tú por tú. En ese momento mi mente se despeja y las ideas llegan a mí.
«El balcón» me susurro, el balcón es buena idea, tomo una sábana de la habitación, comienzo a desgarrarla desesperadamente para hacer una cuerda, si me bajo al balcón del piso inferior podré escapar, seguramente ahí no hay tanta seguridad.
Comienzo a hacer nudos, uno tras otro para reforzarlo y evitar caer, ya que estoy en el quinto piso sería un final muy lamentable, que después de tanta lucha me encontrara aplastada en el piso.
Amarró la tela a una de las rejas del balcón y aviento el resto hacia abajo.
Decido finalmente intentar escapar, «Tú puedes, tú puedes» me digo las manos me tiemblan de los nervios, jamás he hecho algo así, jamás había tenido que hacer algo así pero para todo hay una primera vez, respiro profundo para regular mi respiración y comienzo mi descenso.
El cuerpo reciente el esfuerzo que hago al dejar todo el peso a cargo de mis brazos, uno de los puntos de la herida de la costilla truena, abriéndose.
Pero no puedo detenerme ahora, no puedo rendirme, no hay nada más que hacer, nerviosa comienzo el descenso «paso a paso» me repito.
Mis brazos comienzan a acalambrarse por el esfuerzo que representa mi propio peso. Voy bajando «sé que puedo hacerlo» me digo «sé que puedo» me repito, cuando ya llevo la mitad del camino, siento que algo rosa mis piernas, no sobre la tela, sobre mi piel.
Alguien ha tomado firmemente mis piernas para sostenerme en el aire, me lleno de decepción de ira y desesperación, en un instante se vienen a mi cabeza muchas escenas en las que termino siendo aventada al suelo del primer piso.
¿Leonel de nuevo me ha atrapado? ¿Cómo va a tomar represalias contra mí o volverá a golpear a mi hermana? En ese momento, innumerables posibilidades pasaron por mi corazón. No me atrevía a bajar, pero mis brazos ya no podían sostener mi cuerpo. El sudor me brotó de las palmas de las manos y de la frente, y no me atrevía a mirar atrás, pero en ese momento una voz suave y agradable me dijo: "Buenos días, novia mía".
¿Se hubieran atrevido a hacer esa hazaña del balcón? ¿Cómo creen que les hubiera ido?
OLIVER GEACOMANEl día de la boda es hoy y estoy nervioso, podría decirse que estoy a punto de marcar un antes y un después en mi vida.En mi habitación me encuentro decidido a hablar con ella y exponerle todo lo que debe saber antes incluso de comenzar la ceremonia.Cuando estoy a punto de salir de la habitación, un ruido proveniente del balcón llama mi atención, una especie de liana formada por sabanas amarradas acaba de aparecer desde el piso de arriba.Decido regresarme para investigar lo que sucede, aunque algo dentro de mí me dice que puede estar relacionado con ella, con Evelia.«Esta mujer me encanta» pienso sin darme cuenta que ese pensamiento me pone una sonrisa de bobo en los labios «es tan creativa, nadie podría aburrirse con ella»Después de unos minutos que me parecieron eternos, veo que una especie de nube blanca comienza a descender en mi dirección.— Esta mujer se cree súper poderosa —digo al mismo tiempo que me acerco lo más que puedo, sin que ella se dé cuenta, no q
EVELIA CARPIOMi intento por escapar había fallado. Poco después, me llevaron al lugar de la boda. Rodeada de personas que realmente no conozco, ni me interesa conocer, pero sé que cada una de ellas tiene sus razones para presenciar esta boda.Me siento nerviosa, deseando estar en otro lugar, deseando estar con amigos y con gente que me acepta tal cual soy y no rodeada de buitres carroñeros esperando obtener algún beneficio de lo que está a punto de suceder.Siento que alguien toma mi brazo, mi instinto me pide que me mueva para eliminar ese contacto no deseado y al voltear veo que Leonel Carpio se encuentra a mi izquierda, sonriente y seguro, ignorante de todas las dudas que tengo.Se acerca para decirme algo al oído:— Que no se te suba lo que dijo Oliver, aquí mando yo, siempre lo hago, recuerda por qué estás aquí, recuerda para qué dejé que te casaras y piensa lo mucho que amas a tu hermana y tu madre y lo que estás dispuesta a hacer para mantenerlas a salvo.Comenzamos el camino
EVELIA GEACOMAN.Ya en camino a la casa de Oliver, me di cuenta que he aceptado casarme con él sin poner límites, sin definirlos. El camino lo sentí largo y pesado, no sabía cuál iba a ser la intención de él al llegar a la casa.« ¿Querría consumar el matrimonio así como lo había dicho en la reunión?» Me pongo un poco ansiosa.—Oliver nosotros no… — No termino la frase, el me interrumpe.— Nosotros solo estamos casados de palabra Evelia, sólo en un papel, esta noche no estarás obligada a hacer nada que no quieras.— Gracias— mi alma descansó, me sentía presionada, me sentía demasiado enajenada de mi cuerpo y de mis decisiones como para luchar por mi integridad, noto que mis manos están sudadas por los nervios ante la situación y discretamente me seco las manos.— Será un año entonces — confirmo.El asiente con la cabeza.— Será un año en el cual podemos convivir Evelia, podemos ser un equipo, ambos tenemos cosas que ganar y cosas que perder si esto no funciona.— Oliver se alejó un p
OLIVER GEACOMANHabía pasado el resto de la noche en vela recapitulando todo lo que había podido escuchar detrás de la puerta de mi ahora esposa la noche anterior.— Definitivamente hay algo que no entiendo — me pregunto ansioso por no saber la magnitud de esa sensación extraña que no me abandona— hice lo correcto, hice lo correcto— me repito tratando de mantenerme cuerdo, intentando justificar haber accedido a todo este problema.A través de la noche con ayuda del silencio, había alcanzado a escuchar leves quejidos pero llenos de dolor y angustia que interrumpían la tranquilidad que brinda la oscuridad, los cuales salían de la habitación de Evelia, mi esposa y permanecí ahí hasta que me aseguré que dejaran de producirse.«No sabría decir si el acompañarla era una especie de consuelo para ella o para mí mismo ya que Evelia no supo de mi presencia en ningún momento.» pienso intranquilo— Solo es por un año, solo es un trato y como tal debe mantenerse— me digo de manera cautelosa pa
EVELIA GEACOMANDespués de ese desayuno tan revelador para mí, ver a Oliver era algo que me ponía nerviosa, y he estado sacándole la vuelta a estar con él a solas desde entonces, no esperaba esa reacción de su parte, se supone que tenemos que fingir ante los demás ser un matrimonio normal, que lo estamos intentando, que queremos formar una familia, con mayor razón si Don Rodrigo llega a preguntarle a alguien del servicio pero…— El recuerdo me abruma por un instante— pero la electricidad que sentí al momento de tener sus labios en los míos me hizo perder el control por completo de mis pensamientos. Sé que no es correcto y que tengo una misión, un propósito por el cual estoy aquí, pero es que su sabor y el toque de sus manos tienen un efecto en mí que no puedo controlar, y mucho menos aceptar. « Quiero que te metas en la empresa y me ayudes a conseguir proyectos nuevos» recuerdo las palabras pronunciadas por Leonel el dia de mi boda, « hay rumores de unos contratos en los que quiero
EVELIA GEACOMANEn un intento de mantenerme ocupada y olvidar todo lo que había revivido la noche anterior, con un deseo irrefrenable de dejar de pensar en la razón por la que estoy aquí, deseo de olvidar la incertidumbre en la que se pasea mi futuro, he estado pasando el tiempo en la biblioteca de la villa sorprendentemente tiene todo tipo de libros, tanto de administración, economía, poesía, romance, entre otras Decido leer uno de los libros de economía que me apasiona y quedar inundada entre conceptos y formulas, los números son predecibles todo lo contrario a los sentimientos, cuando golpes en la puerta me desconcentran. —Buenas tardes— me dice Rodrigo Geacoman sorprendiéndome, ya que no tenía idea que vendría a visitarnos « ¿Dónde está Oliver?» Pienso.— Buenas tardes, pase —le digo atenta— siéntese, no sabía que iba a venir.Rodrigo Geacoman se acerca con una sonrisa silenciosa y se sienta en un sillón que se encuentra frente a mí. — Esa era la intención, esperaba sorpr
OLIVER GEACOMANNo había pensado en que para poder tener comunicación asertiva y ser un verdadero equipo en este proyecto que tenemos juntos, Evelia y yo, debemos sentirnos cómodos el uno con el otro.Toda la tarde he estado planeando esta cena con ella, será un buen momento para conversar, será un buen momento para saber el uno del otro, además de disculparme por tomar tan a la ligera el tema de su familia. Me dirijo a la biblioteca, pero al encontrarme a Evelia sonriente con mi abuelo me detengo, no quiero interrumpir su momento de convivencia. Me encantaría saber de qué están hablando, pero hasta acá no alcanzo a escuchar, poco después que mi abuelo se va, Evelia se queda sola. Con el cambio de luz del atardecer, la escena que tengo frente a mí es pintoresca, ella de manera inconsciente toma sus brazos y los coloca en su pecho de manera protectora. « ¿De qué necesita protegerse? ya está fuera de las garras de Leonel, la saqué de ahí y aquí ella puede sentirse segura, ¿qué es l
EVELIA GEACOMANEl lunes llegó de manera no tan rápida como deseaba, en diferentes momentos durante el fin de semana fui interceptada por Oliver y sus no tan discretas preguntas, aún estaba impactada con su confesión, no había imaginado que su dedicación al consorcio sería en memoria de su madre fallecida.Decido arreglarme para este primer día, agradecí que Oliver saliera de manera apresurada y muy temprano al edificio del consorcio ya que tenía muchos asuntos que resolver.Me cambio cuidando cada uno de los detalles pero antes reviso mis heridas de la espalda, han cicatrizado de manera constante, ya no sangran y en ciertos momentos hasta me olvido que están ahí, sonrío ante la idea de pensar que no existieran.Al elegir mi ropa tomo en cuenta todo, deseo verme presentable, amable, armonioso y profesional, cosa que no es nada sencilla, me miro en el espejo de cuerpo completo y asiento para decir:— Perfecta —le digo a mi reflejoA pesar de la resistencia de Ana, la muchacha de servici