Capítulo 10.- Lo pensaré.

OLIVER GEACOMAN

El día de la boda es hoy y estoy nervioso, podría decirse que estoy a punto de marcar un antes y un después en mi vida.

En mi habitación me encuentro decidido a hablar con ella y exponerle todo lo que debe saber antes incluso de comenzar la ceremonia.

Cuando estoy a punto de salir de la habitación, un ruido proveniente del balcón llama mi atención, una especie de liana formada por sabanas amarradas  acaba de aparecer desde el piso de arriba.

Decido regresarme para investigar lo que sucede, aunque algo dentro de mí me dice que puede estar relacionado con ella, con Evelia.

«Esta mujer me encanta» pienso sin darme cuenta que ese pensamiento me pone una sonrisa de bobo en los labios «es tan creativa, nadie podría aburrirse con ella»

Después de unos minutos que me parecieron eternos, veo que una especie de nube blanca comienza a descender en mi dirección.

— Esta mujer se cree súper poderosa —digo al mismo tiempo que me acerco lo más que puedo, sin que ella se dé cuenta, no quiero que ante la sorpresa se suelte.

La cuido, movimiento tras movimiento pero no puedo evitar notar  ese hermoso par de piernas que llenan mi visión, parecen las de una súper modelo, su piel se ve sedosa, suave, apetitosa y mi boca se hace agua ante una idea poco caballerosa que tengo, un pequeño quejido me regresa al presente, momento en el que ella se encoge un poco.

Cuando ya tiene la altura necesaria para que yo la alcance, no puedo resistirme y comienzo a tomarla por las piernas para que este más firme en su descenso y evitar alguna desgracia.

Noto que al sentir mi roce en sus piernas ella se pone en alerta, sé que era algo que no esperaba pero yo tampoco había pensado que tendría esa reacción.

Al ver su intento por mantenerse agarrada a la liana tengo que decirle que soy yo

Después de eso me concentro en absorber la mayor carga del peso de su cuerpo en mis brazos para que ella pueda bajar con tranquilidad hasta que la dejo poner sus pies en el piso, alejo mis manos de sus piernas  pero no me muevo más, viéndola tan cerca de mí noto que sus ojos son de un tono gris profundo y cautivador.

— Ya puedes soltarme— me dice— te apuesto que ya no me caigo.

Yo carraspeo y la dejo tranquila y segura.

— ¿Aquí te estabas quedando?—  me pregunta ella nerviosa. — ¿Qué hacías aquí?

— ¿Tú me cuestionas a mí?— le pregunto asombrado ante el descaro que tiene— tú eres la que apareció colgándose de una sábana por el balcón, yo solo te ayudé.

— Sí pero yo pregunté primero, ¿aquí es en donde se supone que te quedas?— se veía desesperada.

—Evelia te estaba esperando — Quise dejar un poco de suspenso para ver sus ojos dilatarse de impresión.

— ¿Cómo sabías que iba a hacer esto?

— Lo supuse—  respondo tranquilo.

 — ¿Vas a decirle a Leonel?—  en su voz se alcanza a distinguir un poco de miedo y no pasa desapercibido para mí que no le dice padre, sino que lo llama por su nombre

— No, he querido hablar contigo desde la otra noche y no me lo ha permitido.

— ¿Hablar sobre qué?— pregunta la defensiva.

Yo mantengo mi distancia no quiero que se sienta vulnerable conmigo tan cerca y comienzo a explicar.

— Sé que esta boda no es algo que desees— me mira intrigada por mi honestidad — y es algo que yo tampoco deseo, pero también sé qué quieres alejarte de tu padre —evito decir que sé que está herida, eso ella me lo podrá decir cuando se sienta segura.

Me alejo lo suficiente para llegar a la cama y sentarme en ella. No creí que me pondría tan nervioso en este momento.

— Si te casas conmigo podrás dejar a tu padre atrás...

— ¿Y tú qué consigues?—  me interrumpe ella — nadie hace las cosas por ser buen samaritano, ¿Por qué te casarías tú si no es algo que quieres? ¿Qué esperas conseguir?

Su mirada es fiera y amenazante, me muestra que hay muchas cosas que ignoro de ella.

— Yo también conseguiré algo, este matrimonio debe cumplir su primer aniversario para que mi puesto de CEO sea permanente en el conglomerado de la familia.

Ella sonríe nerviosa, comienza a caminar de un lado a otro, dejándome ver cada una de las curvas de su escultural cuerpo, una cintura tan pequeña que si lo intento, estoy seguro podría rodear con un solo brazo.

— Entonces— me regresa ella a la conversación —este matrimonio te ayudará a conseguir la empresa— Yo asiento con la cabeza — ¿y qué conseguiré yo?

—El divorcio — sentencio— en un año, nos divorciaremos y haremos cada quien de nuestra vida lo que queramos, además que te dejaré una compensación económica para que no te preocupes el resto de tu vida ni necesites de Leonel.

— ¿Estás seguro?— me pregunta.

— Claro, será un año solo un año— declaro.

Ella comienza a pensar, su mirada se pierde en el vacío y yo cada vez me pierdo mas en lo hermosa que es, lo bella se luce con ese vestido

Ella se detiene y me dice:

— Lo pensaré.

— ¿Lo pensaras? — repito sin salir de mi asombro. — A pesar de decirte que resolveré tu vida,  ¿lo pensarás?

— Después de todo lo que me has dicho, no es como que me hicieras el favor Oliver, en este punto ambos nos necesitamos, y claro que quiero pensar si me conviene o no, o dime ¿Es algo que se te acaba de ocurrir? ¿No verdad? Que te hace pensar que yo  sólo diré que sí y ya.

Dejándome completamente impactado, ella decide salir de la habitación pero es interceptada por Leonel, quien la toma por el brazo para jalonearla de manera agresiva.

— Maldit*  ¿Por qué estás aquí?… — Al decir eso, lo veo levantar el brazo para golpear a Evelia.

Un impulso me lleva directamente hasta él y le doy un gancho al hígado para que la suelte, cosa que sucede por acto reflejo, aprovecho para tomar a Evelia en mis brazos y protegerla.

—Necesitaba verla. No puedo esperar para conocerla y casarme con ella, — dicho esto, tomo la mano de Evelia.— Ella se convertirá en mi esposa, así que no te molestes en disciplinarla.

Inmediatamente después llega un agente contratado por mi  familia y le digo.

— Ayuden a este hombre y asegúrate que se mantenga en la habitación hasta el momento de la ceremonia. — El agente entiende a la perfección y asiente, Leonel no saldrá de ahí por ningún motivo.

— ¿Estás bien?— Le pregunto a Evelia que aun retengo entre mis brazos.— Quédate conmigo.

Ella solo asiente tímidamente. ¿Qué demonios me pasó? ¿Por qué perdí el control al ver a Leonel tratar de esa manera a Evelia? ¿Por qué no deseo soltarla?

Alana Aguilar

¿esperaban esa respuesta de Evelia? Creen que es un buen trato....

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