¿ Imaginaban el cambio de nombre?
SARA OLMEDO.Esperaba que hoy fuera el día en el que Oliver Geacoman finalmente viniera a trabajar, ya estoy cansada de no poder estar con él y disfrutar su compañía, es que Oliver no solo es un hombre poderoso, sexy y atento sino que también tiene mucho dinero, cosa que deseo tener yo también.Entro a la recepción y Elisa me llama de inmediato.— Señorita Olmedo, buenos días, disculpe, para informarle que el señor Geacoman ya está en su oficina.— ¿Cuál de los dos?— pregunto sin responder el saludo, estoy desesperada, «me disgusta que se refieran a Oliver de la misma manera que al viejito de su abuelo, así me obligan a preguntar específicamente y eso demuestra mi interés ante los demás por Oliver yo quiero ser discreta por el momento.» pienso .— El señor Oliver Geacoman —me dice la recepcionista, asiento feliz aunque lo disimulo, hoy he venido preparada con un atuendo que lo va a hacer desear parar el tiempo.Continúo de manera firme y elegante al elevador pero Elisa vuelve a llam
OLIVER GEACOMANDespués de esa inesperada interrupción debo tranquilizarme, la presencia de Sara fue un pequeño bálsamo en el cual me concentré para olvidar todo el coraje y la frustración que tenía con Evelia.Ella mi ahora esposa, inusualmente me hace perder el control, siempre responde de manera inesperada.« ¿Qué tanto le costaba decirme dónde estaba? ¿A dónde fue que no quiere que sepa?» esas dudas se quedaron en mi cabeza el resto de la mañana.Hasta que el motivo de la llamada entró a mi oficina.— Oliver ¿cómo te sientes después de una maravillosa luna de miel?— me pregunta mi abuelo.—Bien — digo a secas.— No, no parece — me dice en tono de burla— ¿qué sucede no aguantas la separación de tu esposa? Dime —pregunta Rodrigo Geacoman sentándose frente a mí — ¿acaso ya le estás teniendo cariño a Evelia? — me pregunta.— Abuelo…— en este momento me encuentro tan frustrado que esas preguntas no me causan ninguna gracia, pero «debo mantener mi autocontrol» me recuerdo —por favor di
EVELIA GEACOMAN / LIA SANABRIAEl día había sido más pesado de lo que había pensado, después que la señorita Sara Olmedo llegara de cualquier lugar al que hubiera ido, ese día se nubló completamente.Nada era bueno, nada estaba bien, todo estaba mal hecho y por supuesto era inaceptable que no supiera dónde estaban los archivos de la empresa a pesar de ser mi primer dia ahí.Después de todo un día de estar evadiendo bolas de cañón, un momento antes de salir ella dice:— Señorita Sanabria, hay mucho que tiene por conocer, por lo tanto he decidido que debe quedarse a analizar los proyectos del dos mil diez a la fecha.— ¿Cómo? pregunto sorprendida « ¿cómo espera que haga un análisis de tantos años atrás?»— Sí, mínimo comiénzalo, necesitas tener antecedentes para poder hacer lo que te va a corresponder más adelante ¿o acaso estás no puedes? — su tono de voz me indicaba que era una especie de reto.«Eso era lo último que me faltaba, jamás me ha gustado que duden de mis capacidades y por
EVELIA GEACOMANPasan los días y me encuentro en un vaivén de emociones y secretos, deseo salir de manera libre pero tampoco quiero dar explicaciones, a pesar de saber que cuento con el apoyo de Rodrigo no quiero ponerlo entre Oliver y yo.— Señora Geacoman — me llama Luisa desde el otro lado del pasillo— El señor Geacoman ha llegado.— Pues que bueno— Le digo sorprendida por que me lo notifique, no pienso hacerle algún tipo de reverencia o algo por el estilo.Luisa se pone un poco nerviosa ya que le hemos pedido tanto Oliver como yo que las visitas siempre se queden el recibidor hasta habernos notificado a alguno de nosotros pero continúa.— Es el señor… — No termina de decir la frase cuando escucho.— Mi querida Eve— Y eso me sorprende, el dueño de ésa voz es… Rodrigo Geacoman.— Rodrigo…— susurro despacio — Bienvenido ¿Qué hace aquí tan tarde?Lo saludo de manera amable aunque no salgo de mi asombro, el no suele venir seguido y mucho menos tan tarde.— Tengo algo que pedirles a ti
OLIVER GEACOMANMe encuentro nervioso, todo el día ha sido así.— Demonios— Digo lleno de frustración, estoy harto, sin pensarlo dos veces lanzo el vaso de cristal contra la pared.— Por lo visto no ha sido un buen día — Dice mi socio y amigo Dimitri, al entrar por la puerta de mi oficina, con el rostro lleno de sorpresa, la cual comprendo yo no soy de explotar, siempre me mantengo bajo control.— No me lo digas— él es el único con quien puedo hablar de manera sincera y clara— ¿Quieres un trago?— Si me lo das en la mano como una persona civilizada y no lo lanzas, claro que si— Me dice con tono de burla, mientras se sienta frente a mí.No espero más sirvo dos tragos más y le doy el suyo.— Evelia — solo sale de mis labios y el levanta una ceja invitándome a seguir hablando— no sale de mi cabeza, además el abuelo se fue a la villa.— ¿Por qué? Él tiene su mansión bastante grande. — pregunta Dimitri sorprendido ante lo que le digo.— No lo sé, pero según él se siente un poco solo y desea
OliverEsto me volverá loco, pero creo que mi abuelo se está creyendo que Evelia y yo estamos en un intento de crear una relación real, como él quería.Pero algo me detiene de manera abrupta, al otro lado del pasillo escucho una conversación entre mi abuelo y una muchacha de servicio.—Entonces— Escucho que dice mi abuelo— ¿Como los mira señora Ana? ¿Si cree que los muchachos estén contentos con este matrimonio?Contengo la respiración no quiero que nada me impida escuchar la respuesta.— Este… — Ella se escucha insegura.“Demonios” pienso “a pesar de haber intentado crear ese ambiente de amor para él, las discusiones con Evelia en ocasiones se me salen de las manos, no puedo evitarlo no cuando ella es la principal razón para el descontrol en mi vida”— Creo que son muchachos, y poco a poco se llevarán mejor.“Eso Ana” celebro en silencio.— Muchas gracias, me puede preparar un té, en unos minutos iré a la biblioteca, allá la espero.Necesito quitar las dudas de mi abuelo, que deje
EveliaMe encuentro concentrada en recordar ese beso tan explosivo de hace unos días de Oliver y aunque quiero negarlo por más que me esfuerzo, sigue siendo el beso incomparable.Ése que queda para el recuerdo y como punto más alto para todos los demás, pero sigo diciéndome “esto solo durará un año y después podré ser libre”.Cómo de un reinicio mental se tratara recuerdo dónde y por qué estoy aquí.La oficina de Oliver es uno de los lugares en los que pocas veces he estado, así que necesito con urgencia revisarlo y ver qué información puedo obtener para entregársela al monstruo.La computadora no tiene clave, cosa que me beneficia, entro, busco archivos y encuentro dos que me pueden servir, les tomo una fotografía con mi celular y justo cuando estoy revisando la calidad de la fotografía escucho que abre la puerta…—Señora Geacoman —dice Ana con tranquilidad — finalmente la encuentro tiene visita en la sala.—¿Visita de quién se trata?— pregunto intrigada, ya que nadie me ha avisado
OliverÚltimamente están sucediendo cosas que no tenía previstas desde contraer matrimonio, dormir en el mismo cuarto con mi esposa, perder mi autocontrol característico cada dos segundos y sobre todo… no poder sacarme a Evelia de la cabeza.Veo la hoja que tengo en mi escritorio, es un documento que sé que es muy importante, qué debo tener cuidado y revisar punto por punto para después firmar.Conscientemente lo sé y tengo más de veinte minutos reiniciando constantemente la lectura de este documento, porque las imágenes de ella regresan a mi mente haciéndome olvidar lo que estoy haciendo.Regresan una y otra y otra vez manteniéndome frustrado, enojado y nada productivo durante tanto tiempo que es vergonzoso de aceptar frente a alguien más.— ¿Y si Dimitri tiene razón?— digo en un suspiro— pero yo no me enamoro —reafirmo mi forma de pensar.Me recargo en la silla, esto se vuelve cada vez más confuso, más irritante y envolvente.“Maldición Evelia, no dejas de torturarme aunque no estás