Capítulo 5.- No es por ti.

OLIVER GEACOMAN

Me encuentro decidido no entiendo por qué Evelia se empeña en alejarme, no puedo decirle frente a todos que quiero ayudarla, que ambos podemos ayudarnos.

Después de aclarar que sí quiero casarme con ella y no con su hermana, se crea un silencio un tanto incómodo para todos.

—Entiende hija —dice Leonel —él se ha enamorado de ti, ha quedado prendado de…— Se quedó trabado, se notaba que estaba buscando un calificativo aceptable para continuar su oración y no lo encontraba.

—Su carisma —dijo mi abuelo, a fin de cuentas él sí era una persona a quien Oliver le fuera de agrado.

— ¡Claro carisma!— continuó Leonel un poco confundido porque ésa fuera la razón.

Había olvidado un detalle, en ese momento me levanto, saco un anillo de mi bolsillo y se lo presento a Evelia.

Ella abre los ojos asombrada, parece que no se esperaba un anillo de compromiso en un compromiso, «en dónde tendría la cabeza esta muchacha» pienso intrigado.

—Es el anillo que usó su madre y mi esposa —susurró mi abuelo emocionado que al fin otra mujer utilizara el anillo de la familia.

— ¿Y entonces?— Evelia preguntó con dudas.

—Entonces te lo pongo —le aclaro, tomo su fina mano izquierda y sin importarme las miradas de los demás agarro el anillo y lo coloco en su dedo, increíblemente, le queda exacto.

Unos pequeños carraspeos llaman nuestra atención, es Leonel Carpio que se ha levantado para guiarnos a la salida con bastante prisa por lo visto.

— He de decir que me encantaría hablar de lo demás, pero sé que ya es tarde — dijo Leonel.

Guiándonos a todos por el pasillo que habíamos llegado.

— Claro — afirmó mi abuelo—  sabemos perfectamente que es tarde pero no se preocupen, no hay nada que hablar, ya tengo todo arreglado para que la boda sea en dos días.

Evelia se detiene de inmediato y todos seguimos su impulso, yo me quedo impresionado, « ¿dos días? ¿Cómo puede ser que en dos días ya me vaya a casar?» pienso.

—Abuelo ¿de qué hablas?— pregunto intrigado.

— ¡Claro! te dije que todo estaba listo, solo necesitaba saber quién iba a ser la novia, ya me encargué de todo, no te preocupes querida— dice tomando la mano de ella— tu vestido será maravilloso, de igual manera si no te gusta, tengo dos tiendas con más de trescientos vestidos, creo que alguno te ilusionará para éste día tan especial.

Ella solo asiente discretamente, impresionada y un poco incómoda por la premura de todo esto.

— Pero quiero hablar con ella a solas —insisto aunque me mantengo firme con ésta decisión.— Un compromiso es de dos en este caso ella y yo.— Decido marcarle un límite a Leonel.

— ¿No se te hace que es demasiada la prisa que tienes? de cualquier manera en dos días, como dijo tu abuelo se van a casar— Leonel por lo visto está dispuesto a hacerla difícil y mantener el control en todo momento— Ya tendrán el resto de sus vidas para conocerse y saber sus sueños y todas esas cosas de enamorados.

Me acerco a Evelia, quiero verla más detalladamente y la tomo de la mano indicando que estoy dispuesto a hacer cualquier cosa para hablar con ella.

—Entonces ¿qué tengo que hacer para poder hablar con ella solas? ¿Quieres que te mande una carta como antes?— me enfrento a Leonel con sarcasmo ante la actitud de éste hombre,  necesito saber que va a estar bien cuando yo me vaya y deseo decirle sobre mi plan, necesito una cómplice, no una prometida.

—Ay muchacho tan desesperado, puedes casarte con ella —dice con una sonrisa burlona al saberse con el poder, Leonel Carpio se acerca a mí con la espalda recta, para enfrentarme en igualdad de condiciones.

Estoy a solo un respiro de darle un derechazo al hombre que tengo enfrente, su prepotencia me incita a golpearlo  aunque sé que mi deber es mantener mi autocontrol a raya y así será, debe ser muy desgastante mantenerse cuerdo en compañía de un hombre tan controlador como Leonel, y por lo que he descubierto agresivo, deseo sacar a Evelia de aquí con mayor premura de la que tenía pensada, y no sé por qué mi instinto de protección se despierta de manera tan explosiva cuando se trata de ella.

— Me importa muy poco lo que quieras, Evelia será mía y …—  Pero soy interrumpido por mi abuelo parece que lee mis pensamientos llenos de frustración ante la actitud de éste hombre  y pone una de sus manos sobre mi hombro y lo aprieta indicándome que  tenga paciencia.

Para este momento ya hemos llegado a la entrada y  para disminuir la tensión que estaba reinando el lugar, mi abuelo se despide por ambos ignorando el enfrentamiento  que acabamos de tener.

—Ha sido una encantadora noche, me alegra haberte visto viejo amigo, ha llegado el momento de cumplir promesas del pasado, éste matrimonio será una realidad, sabes que pronto nos veremos, cualquier cosa pues ya saben estoy a su disposición y mi querida Evelia siempre supe que serías tú bienvenida a la familia, ¡claro! me estoy adelantando— dice el  con una sonrisa— pero esos ya son solo detalles.

Mi abuelo jala discretamente mi brazo para que suelte a Evelia, para que la deje libre de mi agarre.

— Suéltala — Susurra mi abuelo en mi oído— Sólo son dos días, tranquilo muchacho.

Me despido también pero no puedo olvidar esa sensación que tengo de no estar haciendo lo correcto de estar abandonando a esta chica pero por algo mi abuelo me detuvo, después de todo la necesitan para que las familias se unan ¿no?

Ya en el auto no puedo evitar sentirme enojado.

—Ya lo tenías todo planeado ¿cómo estabas tan seguro que iba a aceptar?— le reclamo.

—Oliver —dice mi abuelo con paciencia, tratando de mantener su autocontrol— todo tiene su razón y yo tengo las mías, sé que harás esto por la familia.

—No, si lo hago va a ser solo por mi madre. — no quiero hablar mas.

No me importan las palabras de mi abuelo, pero nunca he olvidado las últimas palabras de mi madre. Ella me rogó en su lecho de muerte que no dejara que otros se hicieran cargo de la empresa, siempre había soñado con dirigirla, pero esto era algo que mi abuelo no le permitía hacer. El pensamiento sexista regresivo de que las mujeres no podían dirigir empresas era un sello distintivo de mi abuelo.

Él al recibir el comentario voltea el rostro, me doy cuenta que le ha dolido lo que le dije pero ese era el propósito, que le doliera, que supiera que con sus acciones había dañado a mi madre en más de una manera y que su alma había ido lastimada a cualquier parte en la que estuviera ahorita.

—Lo sé— dijo— y estoy tratando de enmendarlo, hoy veo muchas cosas que antes para mí no existían, pero eso Oliver, eso se aprende con el tiempo y por más capaz que te sientas siempre va a haber cosas que tú no veas y yo sí, por lo pronto— Dijo poniéndose firme — acepto ese resentimiento que me tienes porque sé que me equivoqué pero no puedes juzgarme el resto de mi vida y todas y cada una de las decisiones que tomo basándote en ese rencor

Ninguno de los dos intercambia una palabra más, llegamos a su mansión y sin decir ni adiós mi abuelo se baja dejándome confundido ¿A qué se refiere hay más razones aparte de esta?

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