Con el pasar del tiempo, Arnold se había ganado una ansiedad terrible y él, aunque pensaba que era un poco paranoico porque nunca llegaba a confirmarlo, se sentía perseguido. Unos tres meses después de que tomara esa decisión comenzaron a llegarle postales. Cartas. Textos un poco extraños…
Comenzó a sospechar de Adelaida cuando, en una de esas notas, hablaba sobre el sexo entre parejas de diferentes edades y como el conocimiento de saber eso te llevaba a la gloria.
Un Arnold de ya veintidós años, recién graduado, y con un paso en poner el pie en la empresa familiar, decidió que había llegado el momento de ponerle fin a la locura de la madre de su mejor amigo. Así que se enrumbó hacia allá, sin importarle si se encontraban allí el padre de su amigo o él mismo.
En cuanto llegó, deseó no haberlo hecho. Ella estaba sola, pues Logan había conseguido su propio departamento y su padre estaba trabajando todavía. Por un lado, le pareció buena idea que estuviesen los dos, pero luego, cambió rotundamente de opinión. La mujer, se lanzó a los brazos del joven, dejándolo petrificado. Comenzó a besarlo y a tocarlo. Lo que lo hizo reaccionar fue cuando agarró su miembro entra sus manos, por sobre su pantalón de vestir y lo estrujó.
‘’Sabía que ibas a extrañarme y caerías en la tentación que represento’’ soltó ella, tirándose, literalmente, sobre él, y atacando una vez más su boca.
Él, con una furia desmedida, le dio un enorme empujón y la hizo caerse al suelo. Ella abrió su boca, y levantó su mirada, indignada, porque lo que ese muchacho se había atrevido a hacer. Iba a decirle algo, pero tuvo que tragarse sus palabras en cuanto vio como Arnold se agachó frente a ella, que todavía seguía tirada en el piso, tocando su rodilla, la cual le dolía debido al golpe, y escuchó atentamente a las palabras que él le dijo:
‘’Hoy se termina todo, Adelaida. Vas a dejarme en paz o todo mundo sabrá quién es la desquiciada mujer de Logan Alarcón y la madre de Logan Jr. Alarcón. Ya no soy ese jovencito al que tocabas y tenías dudando sobre si decir lo que me hacías era lo correcto o no. No quería lastimar a mi amigo, no quiero hacerlo, pero me estimo mucho más a mí mismo como para dejar que otros hagan conmigo lo que quieran. Mantente alejada de mi o no respondo. Ya no estoy para tus juegos’’.
Él pensaba que, con esa amenaza, ella pararía. Y por un tiempo así fue. No supo más de ella. Incluso, sabía poco de Logan también. Ya ambos habían crecido, tenían sus responsabilidades y se veían de vez en cuando para tomar alguna que otra copa de vino mientras hablaban de sus responsabilidades de la vida adulta.
Fue entonces cuando el Arnold de veinticinco años viajó a Bangladés por negocios y conoció a Rebeka Klein. Esa mujer se metió en su piel como ninguna otra lo había hecho. Con solo una mirada ya lo tenía comiendo de la palma de su mano.
Y es que no era para menos, Rebeka demostraba una inocencia y dulzura que quería proteger a toda costa. Decidió quedarse una semana más, la buscó y la encontró. No fue fácil. Efectivamente, los padres de esa joven eran dinamita pura. De hecho, no aprobaron el amor de Rebeka y Arnold y seguían queriendo que Rebeka se casara con Mizir, el muchacho que ellos habían escogido para ella.
Y casi lo logran.
Pero Arnold interrumpió la boda y se llevó a la novia.
En el aeropuerto, ella tuvo la última palabra, pues él le dio a elegir si quería irse con él o quería quedarse, Respetaría su decisión, aunque su corazón quedase partido en dos, pero ya Rebeka Klein estaba lo suficientemente caída por él, tal cual como él lo estaba por ella, así que, sin pensarlo dos veces, lo eligió a él.
Fueron a New York. El primer año quisieron hacer las cosas bien, intentaron contactar con los padres de ella, pero cada intento era inútil. Tal y como ella sabía que pasaría, no quisieron saber de ella nunca más.
Aquello hizo entristecer a Rebeka, pero el amor que Arnold sentía por ella era tan grande que cubría cada daño hecho al corazón de su amada. La familia de Arnold la acogió en seguida, ella era una chica dulce y muy carismática. Era sencilla, pero al mismo tiempo, impresionante. Muy hermosa.
Cuando Logan les contó a sus padres que su amigo tenía pareja, aquello no le dentó nada bien a Adelaida, quien lo supo disimular muy bien…, hasta que también contó que Rebeka y Arnold acababan de comprometerse. Eso fue la gota que colmó el vaso de Adelaida.
El día de la boda comenzó de vuelta todo el lío de las cartas. Arnold recibía una al menos cada semana, pero esta vez no como correspondencia, sino en lugares como el parabrisas de su auto, su oficina, el camarero de un restaurante le entregó otra, y la que le dio incluso más miedo fue cuando se encontró una sobre su cama, en su casa.
En una ocasión fue Rebeka quien consiguió una. Esa decía: ‘’Ya no puedo ignorar el que no me hayas elegido. A MI. A mí que te elegí por, sobre todo. Eres mío, Ar, mío para siempre’’.
Esa noche discutieron y a él no le quedó más remedio que contárselo todo. Ella sugirió denunciarla, pero él negó. A pesar de que Logan y él ya casi no se veían, seguían siendo amigos, y no quería lastimarlo. Arnold juró que hablaría con Adelaida. Ya una vez había funcionado, iba a volver a pasar. Todo estaría bien.
Tiempo después, con toda la situación ya calmada y con Rebeka y Arnold siempre esposos, ella le dio la noticia: estaba embarazada. Juntos eligieron nombres. Él elegiría el del niño, en caso de que lo fuera. Iba a llamarse: Archer. Pero el destino les envió una niña, así que le pusieron el nombre que Rebeka quería: Farah, el cual significaba ‘felicidad’ y era de origen árabe. De sus orígenes.
Farah nació. Logan, el amigo de Arnold, quiso conocerla, y al mismo tiempo presentar a su novia: Karla. Fue en ese encuentro donde Arnold le comentó cual iba a ser el nombre de su hijo si llegaría a tenerlo, y Arnold le dijo que le gustaba e iba a quedárselo para su futuro hijo con Karla, quien se sonrojó al escuchar a su pareja hablar de ella en futuro. Karla era muy tímida, y siempre se preguntaba qué era lo que un hombre tan guapo como Logan vio en ella.
Tres años después Karla fue quien dio la noticia de su segundo embarazo. Al enterarse de que este sería otro niño, seguían las bromas sobre ponerle Archer, aunque no era algo que realmente tuvieran planeado hacer, al menos no hasta que se lo contaron a Logan padre y a Adelaida. Esta última se interesó demasiado en la historia y en cómo era un deseo de Arnold el que su futuro hijo se llamara de esa forma: Archer.
Entonces, la obsesión rayó el límite y casi se pone en evidencia debido a su insistencia en que su futuro nieto se llamara así. Terminaron dándole el gusto, como todos en la familia lo hacían.
Todo estaba más tranquilo. Adelaida no volvió a escribirle a Arnold. En ocasiones, él se sentía vigilado, pero negaba con su cabeza y se decía la famosa frase: ‘’Deben ser ideas mías’’
Farah y Archer se vieron pocas veces de niños, ellos al llegar a la adolescencia no lo recordaban. La abuela de Archer se volvió una tirana que gobernaba a toda su familia y todos debían hacer lo que ella decía, por lo que, en cuanto Archer comenzara la primaria, lo haría en un internado muy popular y de los más prestigiosos, junto con su hermano mayor. Logan jr y Karla probaron, pero decidieron que, si su hijo no se sentía a gusto o llegaba a extrañarlos, lo sacarían inmediatamente de allí. Les dolía más el hecho de que eran unos simples niños que acababan de cumplir siete y ocho años.
Pero Archer era feliz, porque en ese lugar los trataban bien y porque allí estaban sus dos mejores amigos desde que había nacido: Aarón y Ángel. La única diferencia era que sus amigos se retiraban los fines de semana y pasaban esos dos días con sus padres. Archer y Stefan no lo hacían. Pocas veces Logan y Karla los visitaban, pero no los buscaban. A menos que fuesen vacaciones. En esas ocasiones si se los llevaban a casa, pero decidían viajar a su casa de la playa y disfrutar de sus hijos, por lo que el niño no vio más a su ya olvidada amiga Farah…
Hasta que Karla y Logan desafiaron a Adelaida, quien quería que Archer siguiera la secundaria en el internado, pero el ya adolescente quería seguir junto con sus amigos, quienes ahora estudiarían en otra escuela secundaria, una privada y de alto prestigio. A Adelaida no le quedó más remedio que aceptar, y cuando Archer comenzó clases, y entró por primera vez al lugar, su mirada quedó atrapada en aquella chica.
Farah Brownbear era la joven más hermosa de toda la secundaria: ojos negros con una profundidad infinita, cabello largo y lacio del mismo color que sus ojos. Piel pálida y suave. Facciones bien cuidadas y delicadas. Ella era… perfección.
Y el que él: Archer Alarcón, colocara sus ojos en esa chica sería jugada más inesperada del destino para la propia Adelaida. Fue eso lo que la terminó de hacer enloquecer.
No iba a repetirse la historia: Archer era de ella y nadie más. Archer y Arnold. Ambos eran de su propiedad.
Y así fue como lo orquestó todo.
Pasaron varios años más. El amor de Archer y Farah estaba en pleno apogeo, pero entonces… las notas volvieron. Solo que esta vez, dejaron de ser para Arnold y comenzaron a ser para su hija, para Farah. Farah tuvo que lastimar a Archer, para alejarlo de ella.
Cuando nació Estrella, no había día y noche en que Farah no discutiera con Arnold. La depresión la estaba llevando al límite, estaba por caer en un pozo sin salida, y aunque a ella no le gustaba escuchar a su padre gritarle, él tenía razón, y ella lo sabía. Arnold quería decirle todo a Logan y a su hijo, Archer, quien ahora sabía que era su nuero, el padre de su nieta.
Mira nada más las jugadas que puede llegar a hacerte el destino…
Pero entonces, una de esas noches, donde él pretendía ayudar a su hija a ir a su habitación y a dormir, encontró las cartas, y entendió porque su hija no quería contarle a Archer que era padre. Ella no quería hacer daño por decirle a Archer que su propia abuela la amenazaba. Su hija estaba pasando por lo mismo que pasó él a manos de Adelaida.
Pero eso se había acabado.
Esa noche…
Esa fatídica noche…
Arnold llamó a Adelaida, le dijo que había encontrado sus cartas, aquellas con las que acosaba a su hija, y que ese era el límite que él podría tolerar. Así que se acabó. Aquel era el final del juego. En ese mismo instante él saldría hacia el departamento policía y la denunciaría, tenía todas las pruebas que comprobaban su obsesión por él.
Y así lo hizo, Arnold Brownbear salió, pero nunca regresó.
Todos piensan que tuvo un accidente de auto. Que su auto perdió los frenos y chocó contra un poste de luz.
Nada más alejado de la realidad.
A Arnold Brownbear lo sacaron de la carretera. Todo fue orquestado y planeado por ella…
Por Adelaida Silerman de Alarcón.
Tengo tiempo libre, finalmente. Ya estamos en la etapa final. Con este extra se sabe toda la verdad, y prepárense porque lo que se viene es candela. Nos vemos puede que hoy mismo porque estoy escribiendo bastante. Saluditos!
17 de marzo de 2022Farah BrownbearDecido quedarme en la parte de afuera de la cabina y de no entrar al cubículo donde entran mi hija y su padre. Los tres tenemos puestas las camisas, cortesía de Stefan. Pero el que ellos dos estén allí dentro, vistiendo igual, teniendo el mismo color de ojos, mismo comportamiento amoroso el uno por el otro y tomándose fotos para subirlas tanto a la cuenta personal de Archer como a la pública, me hacen sentir feliz.Me hacen sentir como si todo lo que descubrí anoche…, todo lo que Archer me contó jamás hubiese pasado.Pero pasó.Me pidió que le diera tiempo para terminar de investigar y tener las pruebas suficientes y así refundir a su abuela en la cárcel, y yo le dije que le daría ese tiempo. Y es la verdad. Ya estoy cansada de haber lidiado con esa mujer por años de mi vida. Años malgastados. Años perdidos.No seguirá arrebatándonos la felicidad. Me opongo a ello.No significa que estoy olvidando lo ocurrido, ni mucho menos que me dé igual.Mi padr
—Haremos lo que la princesa diga —responde Archer, tomando el pan y picándolo con un cuchillo de mesa. —Querrás decir, la pequeña tirana… —¡Mami! —Protesta ella, haciéndonos reír. —Tirana o no, igual te quiero, mi vida. Mi niña rueda sus ojos y Archer juega con su poco cabello color negro. Cuando acaban de comer yo decido quedarme en el living, viendo algo de tele, mientras Archer le cuenta un cuento a Estrella en la habitación para que pueda dormirse. Mañana será el día de la mudanza. A las diez de la mañana llega el primer camión a buscar las cosas, y eso me emociona. Viviré en la casa donde crecí y a la que visito muy de vez en cuando, pero es justamente eso lo que también me pone triste. Recuerdo a mi madre decirme que me quería viviendo allí para no sentirse tan sola porque los recuerdos la abrumaban. La entiendo perfectamente porque de solo pensar en toda mi infancia siendo la niña de mi padre, y el tener que contarle a mi madre todo lo que ahora sé una
18 de marzo de 2022 Archer Alarcón Siento que la vida se va de mis manos al no saber nada del paradero de mi hija. Mi primero opción fue avisar a las autoridades, estas me dijeron que, entienden perfectamente que se trate de una menor de edad, pero que no podían hacer nada hasta que pasaran las primeras veinticuatro horas desaparecida. Eso solo demuestra que el mundo va cada vez peor. Pero se han topado con un padre desesperado, alguien que haría cualquier cosa por su familia, y, lo más importante: un abogado muy prestigioso que puede mandar a mover cielo, mar y tierra si se requiere. Así que, aunque los entes policiacos se están moviendo debido a mis hilos, y no he tenido que esperar como una persona normal, eso sigue sin ser suficiente. Ya van doce horas. Es casi media noche. Mi hija no aparece. Revisaron las cámaras de seguridad de la zona y están uniendo más y más videos, tratando de descifrar todo el camino por donde se ha ido la camioneta donde se ha subido mi hija junto
19 de marzo de 2022Archer AlarcónNi siquiera me ha importado que la llamara sobrina. Estrella puede convertirse hasta en su ahijada si quiere, siempre y cuando de verdad me ayude a encontrarla. La desesperación que tengo requiere de medidas y acciones desesperadas, así que no me interesa tomar lo que me den, siempre y cuando mi hija esté a salvo, entre los brazos de su madre y los míos.Me costó salir de la mansión sin que Farah quisiera venir conmigo. Tuve que decirle que iría a una estación de policía porque probablemente tienen una pista. Insistió en venir, pero le dije que alguien debía estar en casa por si Estrella aparecía por acá o por cualquier necesidad que tuviesen los agentes que trabajan desde acá.Le costó mucho separarse de mí. Entiendo su miedo a la perfección, pues es el mismo miedo que tengo yo por imaginarnos separados los tres. Le conté la verdad a Ángel y le pedí que pasara lo que pasara, no dejara salir a Farah de casa. Yo le estaría avisando cualquier cosa para
Heikel tiene corazón. De eso no cabe duda. Prueba de ello es el hecho de que me esté ayudando en este momento a encontrar a esa personita que es muy importante para ambos. Pero toda la vida de este hombre se rige por la maldad. Puede que muestre un poco de bondad, pero él, él es Lucifer en persona. Por una o dos cosas buenas que hace, hay cien o ciento uno que hace mal. Él daña, sin remordimientos, siempre y cuando sea para beneficio propio. Y la mayoría del tiempo no le importa a quien pisotea con tal de lograr sus metas. Frunzo el ceño y entonces recuerdo que eran dos preguntas las que tenía que hacerme. —La otra… —¿Qué cosa? —Mueve el volante hacia la izquierda y maneja con mucha más rapidez. Las camionetas detrás de él me ponen nervioso. Trae a mucha gente consigo y dice tener todavía más en el lugar en el que está mi abuela con mi hija. Están esperando ordenes suyas para proceder a entrar. —Dijiste que tenías dos preguntas que hacerme —le recuerdo. —Ah, sí… ¿Qué quieres que
19 de marzo 2022Archer Alarcón—Qué maravilla poder decir que, finalmente, está ocurriendo eso que siempre he querido.La voz de mi abuela de ya setenta y dos años, llena el lugar. Pensar en todas las cosas que me acaba de decir Heikel me dan arcadas. Tengo que apretar mis dientes y tragar saliva para poder contener las ganas que tengo de vomitarle encima.Si bien es cierto que, debido a su vida privilegiada, ha podido mantenerse bien conservada, eso no quita el hecho de su edad. Es prácticamente una anciana, y si a eso le sumo el hecho de que es mi abuela, lo hace todavía peor.Me lo pregunto a mí mismo una vez más, porque sigo sin poder creerlo: ¿De verdad ha estado con otros hombres de manera carnal imaginando que soy yo?Siento que me asfixio, y eso que el lugar al que acabo de entrar es a un lugar grande y muy espacioso. Parece que fue una suite, debido a sus paredes elegantes, pero no hay adornos, una cama o mesa en el lugar. Está completamente vacío. Solo hay dos sillas, una p
—Vas a venir conmigo. Tú y Estrella. Y a la más mínima intención de hacer algo volaré a tu hija. Así que dile a tu cachorro que no se le ocurra hacer una mala jugada. —¿Cachorro yo? Podría ser, pero sin dueño. En todo caso, sería al revés. Ruedo mis ojos al escucharlo. No puede dejar de replicar por lo menos un segundo. —Heikel… —En fin. Ya me aburrí de todo este intercambio absurdo de palabras —revisa su oreja y de allí saca un micrófono que tenía escondido. Lo miro con incredulidad. ¿En qué momento…? Oh. Puede que así también se enterara que Rebeka nos perseguía. Bueno, como sea. ¿Qué demonios planea hacer? —¿Te crees muy listo? —Reta mi abuela, y el demonio a mi lado sonríe ampliamente. La verdad sí que es una sonrisa espeluznante. —Te invito a detonar la bomba. —¿Qué m****a dices…? —Volteo a mirarlo. Él no se inmuta en mí. Empieza a caminar hacia mi abuela. —Detente o voy a… —¿Detonar la bomba? —Heikel llega a su lado y le arrebata su celular. Yo respiro en alivio, pero
19 de marzo 2022Narrador OmniscienteHoras antes de entrar al edificio y salvar a Estrella.—Entonces, antes de que vuelvas a quedarte en shock por lo que te he dicho, vamos a repasar el plan —Heikel suspiró teatralmente y Archer siguió pensando que el hombre se tomaba todo como un juego —. Rebeka queda afuera, vigilada por varios de mis hombres. Ella debe estar atenta a cuando tú, Archer, bajes. Te irás con ella. Rebeka no se mueve de allí. No entra. No hace otra cosa más que obedecerme. ¿Entendiste, Rebeka?Él no miraba a nadie en específico, pero al hacer esa última pregunta volteó a mirar a Rebeka y ella tenía sus brazos cruzados.—No es justo… —intentó protestar, pero Heikel levantó su mano y la hizo callar.—Si quieres que tu nieta se salve es mejor no cometer errores. No estoy para estar pendiente de otras personas. Puedo hacer varias cosas al mismo tiempo, pero esta vez se trata de una niña que me importa demasiado y no pienso correr el riesgo por más que se trate de ti. Tamb