27/ Cambió una obsesión por otra. p2

Heikel tiene corazón. De eso no cabe duda. Prueba de ello es el hecho de que me esté ayudando en este momento a encontrar a esa personita que es muy importante para ambos. Pero toda la vida de este hombre se rige por la maldad. Puede que muestre un poco de bondad, pero él, él es Lucifer en persona.

Por una o dos cosas buenas que hace, hay cien o ciento uno que hace mal. Él daña, sin remordimientos, siempre y cuando sea para beneficio propio. Y la mayoría del tiempo no le importa a quien pisotea con tal de lograr sus metas.

Frunzo el ceño y entonces recuerdo que eran dos preguntas las que tenía que hacerme.

—La otra…

—¿Qué cosa? —Mueve el volante hacia la izquierda y maneja con mucha más rapidez. Las camionetas detrás de él me ponen nervioso. Trae a mucha gente consigo y dice tener todavía más en el lugar en el que está mi abuela con mi hija. Están esperando ordenes suyas para proceder a entrar.

—Dijiste que tenías dos preguntas que hacerme —le recuerdo.

—Ah, sí… ¿Qué quieres que hagamos con tu suegra? ¿La encierro en el baúl del auto hasta que todo acabe y así me aseguro de que no meta la pata?

—¿De qué estás hablando? ¿Cómo que mi suegra? —Pregunto extrañado.

—Nos viene siguiendo desde que salimos de su casa.

—¡¿Y hasta ahora me lo dices?! —Me altero, mirando por el retrovisor a ver si la distingo, pero el montón de camionetas negras no me deja ver nada.

—No podrás verla. Está de última.

Entonces noto que frente al volante tiene una especie de aparato donde puede hablar y escribir. Allí llegan notificaciones. Parece un celular, solo que en miniatura. Es muy probable que por allí se comunique.

—No podemos dejar que entre allí. Si mi abuela la ve…

—Y es justamente por el hecho de que tu abuela enloquecerá, más de lo que ya está, por el que Rebeka Klein debe entrar allí. Será una buena distracción.

—Sí, y también puede ser peligroso para ella. No creo que sea una buena idea, Heikel.

—Oh, è un'ottima idea —dice en su idioma y desearía no haberlo entendido.

Su sonrisa malévola se agranda y entonces lo sé: he hecho un pacto con el diablo.

Solo espero que nadie muera hoy.

Comienza a bajar la velocidad y se detiene detrás de un edificio literalmente abandonado.

Bajamos del vehículo y observo como dos hombres traen a Rebeka hacia nosotros. Ella baja su mirada y yo suspiro.

—¿Cómo pudiste hacer esto? —Reprocho —. ¿Entiendes lo que va a ser para Farah si algo te pasa? Ya tiene demasiado estando angustiada por Estrella.

—¿Y tú qué? —Se atreve a levantar su mirada, enfrentándome —. También eres igual de importante para ella, y aun así estás aquí, arriesgando tu vida.

—No es lo mismo.

—Claro que sí. ¿Crees que por qué eres su nieto estás a salvo? Entonces eso te hace más ingenuo de lo que te creía.

—No, Rebeka. Sé que no estoy a salvo, lo tengo muy en claro. Solamente no quería que Farah sufriera por más perdidas. No es justo.

—Esa mujer mató a mi esposo… —dice Rebeka con rabia.

—Miren, no estoy para este tipo de problemas familiares. Mucho tengo con el drama de mi familia. Tengo a un primo que quiere quitarme el trono que por derecho me corresponde, pero se quedará esperando. Eso es más importante que la discusión de ustedes dos, y no me ven aquí resolviéndolo. Quiero que los tres nos centremos en lo que importa. Allá arriba hay una niña, mi sobrina, tú hija y tú nieta. Ella es todo lo que importa ahora. ¿Han entendido?

La frialdad con la que dijo lo último nos hace asentir tanto a Rebeka como a mí.

—Perfecto, porque tengo un plan y hay que hacer todo como les diga para que salga bien.

—¿Qué debemos hacer? —Pregunta Rebeka.

—Me dicen que ya saben que estamos aquí. Nos esperan en la última planta —él se voltea y me mira fijamente —, pero ella te espera primordialmente a ti. Tú, Archer, eres la verdadera debilidad de esta mujer, y eso es a lo que le sacaremos provecho.

—¿La verdadera debilidad? — ¿Es una broma? No entiendo lo que quiere decirme.

—Tu querida abuela, Adelaida, cambió una obsesión por otra. En tu infancia fuiste su consentido, pero no se enfocó tanto en ti porque seguía al pendiente de Arnold. Cuando él murió, ella dejó de quererlo a él y comenzó a enfocarse en alguien más, a obsesionarse con otra persona. Esta vez, la tenía mucho más dificil, pues no se trataba de cualquier persona, sino de nada más y nada menos que su propio nieto. Tú.

—Dime que no es cierto… —prácticamente implora Rebeka. Yo me mantengo callado, tratando de procesar lo que Heikel me dice.

—Lo he descubierto hace poco. Ella ha sido cautelosa. Te mantiene vigilado. Sabe cada mínima cosa tuya. Tiene una habitación con posters y cada documento que hable sobre ti. Busca a jóvenes que tengan parecidos contigo para poder satisfacerse y les paga para que se hagan pasar por ti mientras la follan. Sabe que no podía exponerse y perseguirte, así como seguía a Arnold, así que tuvo que recurrir a otros métodos para calmar su otra obsesión. Porque, aunque se dio cuenta de su vena incestuosa después de la muerte de Arnold, ella ya te trataba de manera diferente a como trataba a sus demás nietos ¿no es así?

Miles de recuerdos llegan a mi mente, y sí. Efectivamente. Mis primos siempre me odiaron por ser el ‘’favorito de la abuela’’

Trago saliva con fuerza.

Cambió una obsesión por otra.

Está obsesionada conmigo.

Ella a quien de verdad quiere… es a mí.

Aiis

El capítulo que sigue es el último.

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