Inicio / Romántica / La magnate / 34. Los cómplices
34. Los cómplices
Hariella se erizó desde la nuca hasta los pies al percibir la ajetreada respiración de Hermes en su oído. Si alguna vez se sintió sola y vacía, Hermes ahora la llenaba en todos los sentidos. Se alegraba de escucharlo, pero en sus adentros no podía repetírsela. El amor era muy complicado y debía sentirlo en el fondo de su ser para poder expresarlo. Se acomodaron la ropa y se abrazaron de frente.

—¿Quieres que tengamos nuestra luna de miel? —preguntó Hariella, mostrándose interesada.

—A mí me gustaría —respondió Hermes, pensando en las aventuras que podrían vivir en otro país, estando los dos solos.

—Una semana —dijo Hariella; ese era el tiempo necesario para prepararse y para que no descubriera que no sabía de trabajos domésticos—. Pediremos permiso en nuestros trabajos por dos semanas y nos iremos de luna de miel.

—Entonces debemos sellarlo. —Hermes sacó el meñique hacia ella. Hariella entendió a lo que se refería y unieron sus dedos—. Esa es la primera parte, ahora lo final. —Se acerc
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo