La Sirenita Esclavizada

La Sirenita EsclavizadaES

Drama Realista
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Resumen
Índice

Para celebrar el cumpleaños de mi novio, me tomé una pastillita de esas que les dicen pastillas de la "felicidad" para animar un poco el ambiente. Pero él no regresó a tiempo. El efecto de la pastilla empezó antes de lo previsto, no pude aguantarme más, entonces me quité la ropa y salté al estanque para aliviar mi calentura. Los peces del estanque giraban enloquecidos a mi alrededor, como si una locura repentina los hubiera poseído. Un calor irresistible me consumía por dentro, tan intenso que sentía que me derretía en medio del agua. Cuando estaba a punto de perder el control, de repente apareció un hombre desconocido que dijo: —Vaya, sí que sabes divertirte muy bien, ¿te hace falta un hombre que te complazca?

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Capítulo 1
Para celebrar el cumpleaños de mi novio, me tomé una pastillita para encender la chispa que había entre nosotros.Sin embargo, él no regresó a tiempo.El efecto no se hizo esperar y comenzó antes de lo previsto, no pude aguantarme más, entonces me quité la ropa y salté al estanque para aliviar un poco la calentura que sentía.Los peces en el agua, comenzaron a rodearme como si estuvieran locos. Sentí al instante el calor recorriéndome el cuerpo, y por un momento, casi me derretí ahí mismo.Cuando estaba a punto de perder el control, de repente apareció un hombre desconocido, quien dijo con un tono algo inquietante:—Vaya, sí que sabes divertirte muy bien, ¿te hace falta un hombre que te complazca?...Me llamo Alana Mendoza y soy una estudiante universitaria de un pueblo pequeño y lejano. Acabo de cumplir 19 años. Tuve un novio que me quería con locura: Javier Godoy, un muchacho de familia, guapísimo y adinerado.Su familia llevaba mucho tiempo dedicada a la piscicultura. Javier no er
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Capítulo 2
Javier andaba siempre demasiado ocupado, pero me preparó un cuarto en la piscifactoría para nuestros momentos más picantes.Ese día, decoré el espacio con todo la dedicación y el cuidado necesario, usé un perfume de rosas, y elegí un vestido re provocador que sabía que lo dejaría embobado. Después de todo, me preocupaba la posibilidad de sentirme avergonzada en el momento más crucial, así que decidí tomar una pastillita especial para relajarme un poco y disfrutar mejor la experiencia.Solo quedaba esperar a que Javier regresara por la noche para compartir un momento inolvidable juntos.Sin embargo, el efecto de la pastilla llegó mucho más rápido de lo que esperaba. Un trémulo recorría cada rincón de mi piel, como diminutas hormigas invisibles que me picaban aquí y allí. Una ligera sensación tan intensa que resultaba casi imposible de aliviar.Me apoyé en la manija de la puerta, mirando preocupada el reloj y preguntándome, "¿Dónde está Javier? ¿Por qué no regresa todavía?"Marqué su núm
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Capítulo 3
Me puse el abrigo y, con pasos tambaleantes, llegué hasta el estanque La brisa fresca de la tarde me despejó por completo. Al mirar el agua cristalina, me quité apresurada las medias y los zapatos, me senté en el borde y hundí cuidadosa los pies. Los peces no mostraban miedo alguno; en cuanto me vieron, se acercaron rápidamente, rozando con suavidad mis pies. Una sensación de cosquilleo me recorrió de inmediato el cuerpo.De repente, recordé que cada vez que coqueteaba con Javier hasta el punto del orgasmo, él siempre cogía una botella que se encontraba debajo de mí para recoger nuestra dulce evidencia, luego me llevaba con dulzura al estanque.Mientras vaciaba la botella en el agua, me mordisqueaba la oreja y me susurraba con un tono de voz afónica:—La próxima vez no lo haré yo, te desnudaré y te meteré en el agua y dejaré que el agua fluya. Cuanto más lo recordaba, más intenso se volvía, y mi cuerpo volvía a excitarse.Cerré los ojos, intentando disfrutar del agua fría, pero el efe
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Capítulo 4
Los dedos del hombre recorrían mi piel. Esa sensación era tan extraña que me dejaba algo confundida, incapaz de decir siquiera una palabra con claridad. Solo pude bajar mi cabeza y solté un gemido ahogado, mirándole con los ojos llenos de lágrimas.Sin embargo, el efecto de la pastilla ha llegado al extremo. Con los toques del hombre, mis deseos iban aumentando cada vez más, tan intenso que quería derretirme entre sus manos.Aunque quería resistirme en mi mente, pero el efecto de la pastilla tomó el control de mi cuerpo. Comencé a romper la ropa del hombre mientras jadeaba incontrolable. El hombre se dio cuenta que algo en mi reacción no estaba del todo bien, acarició mi mejilla y dijo con un tono de ironía:—Tu temperatura está muy elevada, ¿tomaste algo raro? Ustedes las jóvenes de hoy en día sí que saben cómo divertirse. No te preocupes, te ayudaré. Después de hablar, me sacó del estanque. Me apresuré a cubrirme el rostro, pero el hombre ardía en una excitación tan primitiva que
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Capítulo 5
Pude sentir en ese momento la temperatura del hombre, quien se estaba acercando aún más, el pánico me invadió por completo, y elevé la voz con fuerza suplicando:—¡No, por favor! No puedes hacerme esto. Mi novio no te lo perdonará.Intenté forcejear, pero el hombre era tan fuerte, sujetaba mis piernas con firmeza, mientras decía frases que yo no entendía:—Ya que estás en el estanque, ¿para qué hacerte la inocente ahora? Compórtate muy bien, te daré una buena propina cuando termine. Luego bajó su cabeza sobre mi cuello, me resistía con todas mis fuerzas y mi mente empezó a aclararse poco a poco.“Me guardé para que mi primera vez fuera con Javier, no podía perder mi virginidad con otro,” pensé.Pero el hombre me mantenía sujeta con tanta fuerza que no podía soltarme de ninguna manera.Me sentí completamente desesperada, y mi mente luchaba por encontrar una salida. De inmediato calculé en mi mente, "si grito pidiendo ayuda, sin duda alguna llamaré la atención de otros, pero luego no
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Capítulo 6
El hombre, alterado por el camarero, le pasó su tarjeta mientras maldecía una y otra vez. Al mismo tiempo, que me abrazaba con fuerza, como si temiera que me escapara en cualquier momento.Me acurruqué entre sus brazos, sin atreverme a levantar la mirada, muerta de miedo de ser identificada en cualquier momento.Mientras ellos pasaban la tarjeta, aproveché para observar de manera discreta a mi alrededor.No había solo un camarero cerca, y si armaba un escándalo en ese momento, quizás me descubrirían, dejando al descubierto mi verdadera identidad.Para entonces, aunque haya reservado mi inocencia, igual no podría explicar lo sucedido a Javier. Si eso afectara nuestra relación, el precio sería demasiado alto.Todo indicaba que hoy ya no tenía otra salida. En medio de mi desesperación, comencé a urdir otro plan, “Para proteger mi reputación y evitar de esa manera que alguien se enterara de lo sucedido hoy, la única salida era dejarlo hacer lo que quiera. Hoy en día, la medicina está ta
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Capítulo 7
Al regresar a la habitación, me apresuré a quitarme la ropa y meterme directo a la ducha.El olor del estanque era demasiado intenso, y necesitaba quitarme ese olor antes de que Javier regresara.Después del susto que pasé, mi mente quedó despejada por completo.Por suerte, no había pasado nada grave, y mi inocencia seguía intacta.Al rato llegó Javier y al ver la habitación decorada con tanto esfuerzo de mi parte, se emocionó muchísimo. Sostuvo mi rostro entre sus manos y me dio un beso delicado, con un tono lleno de ternura, me preguntó:—Me llamaste tantas veces para que volviera, ¿qué sorpresa entonces me preparaste?Bajé la mirada, sin saber qué responder.El efecto de la pastilla ya había pasado. El conjunto de lencería que había preparado para la ocasión estaba completamente empapado en el estanque. “¿Qué sorpresa podría acaso darle ahora?”, pensé.Sin embargo, Javier estaba de muy buen humor. Al verme callada, considero que solo era timidez. Me sonrió y no insistió en pregun
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Capítulo 8
Javier me soltó, me ayudó a vestir y me dijo con ternura:—Alana, espérame un momento, ya vuelvo. Acepté, pero por dentro estaba hecha un manojo de nervios. Sabía muy bien que tenía que ver con el tipo de hace un rato.Cuando me escapé, el camarero había llamado al gerente. "¿El asunto no está resuelto todavía? ¿Y si el gerente me reconoció y fue a quejarse con Javier? Si Javier se enterara de lo que pasó, ¿me dejaría? ¿Y qué haría con mi matrícula?", no podía dejar de darle vueltas una y otra vez al asunto.Cuanto más pensaba, más nerviosa me ponía. Mis dedos temblaban y el sudor me cubría la frente, formando pequeñas líneas. Mi mente daba vueltas, buscando una excusa para enfrentar a Javier.Pasó un buen rato antes de que Javier regresara, maldiciendo: —Los clientes de ahora realmente se creen los dueños del mundo. Su tarjeta no tiene saldo suficiente, pero dice que el problema es nuestro y arma un tremendo escándalo en el vestíbulo.Mi rostro palideció al instante y el miedo me i
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Capítulo 9
Me quedé sin palabras, sin saber cómo responder.El rostro de Javier se fue ensombreciendo como un cielo antes de la tormenta.Mordí mi labio, sintiendo cómo los nervios me consumían por dentro mientras mi mente daba vueltas y vueltas buscando la excusa perfecta.Quizás podría echarle toda la culpa a ese hombre, diciendo que intentó violarme.Al fin y al cabo, con la noche tan oscura y el viento en contra, aunque hubiera cámaras, difícilmente se grabaría lo que realmente pasó.Pase saliva, armándome de suficiente valor para soltar mi versión de los hechos, pero el teléfono de Javier volvió a sonar, interrumpiendo el momento.Con una evidente molestia, Javier atendió la llamada. Logré pescar algunas palabras sueltas como "nueva mercancía", "seleccione", "al estanque", pero no entendí ni una sola palabra.Javier colgó, me clavó una mirada confusa y luego me ordenó que ni pensara en salir de la habitación.Justo después de que él saliera, el gerente tocó el timbre de manera inesperada.En
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Capítulo 10
Los gritos y llantos en el estanque resonaban sin cesar, como un infierno en carne viva.Con las manos temblando como hojas, saqué el teléfono; la grabación seguía activa. En la pantalla, mi compañera tenía una expresión de terror absoluto, tapándose la boca mientras las lágrimas le corrían por las delicadas mejillas.Bajé la cabeza para escribir: [Llama a la poli, pide ayuda…]Ni siquiera alcancé a terminar cuando una patada brutal me mandó volando. Rodé por el suelo un par de veces antes de quedar quieta.Con un agudo dolor que me atravesaba todo el cuerpo, me levanté como pude. Y ahí estaba Javier, plantado frente a mí, rodeado de sus guardaespaldas.Mi teléfono cayó directo al estanque cercano. La pantalla se apagó bajo el agua como un testigo silenciado.—¿Acaso no te quedó claro cuando te ordené que te quedaras en la habitación? —Javier se inclinó, agarrando mi cabello con una brutalidad que me arrancó un lamento de dolor.—¿Qué diablos es este lugar? —solté un odio evidente.Jav
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