16

Ragnar no perdió tiempo pidiéndome que mantuviera en secreto lo que me dijera esa noche. Habíamos llegado a conocernos lo suficiente para que supiera que sólo hablaría al respecto si resultaba imprescindible, y únicamente con quien fuera necesario.

Al día siguiente se despidió de nosotros para regresar al Valle, y yo volví a ocuparme de temas más urgentes, como el pequeño ejército de blancos y parias movilizándose hacia el oeste.

Varias noches después, me costaba dar crédito a mis ojos cuando me reuní con Mendel. Él y sus hijos se habían apostado a mitad de camino entre la cumbre y la base de la montaña, y desde allí tenía una vista panorámica del valle allá abajo. El ejército de vasallos, al menos dos centenares de humanos a pie, avanzaba penosamente en la nieve y el barro, mal abrigados en aquella noche glacial, cargados como mulas. Entre ellos se movían humanos a caballo, obligándolos a continuar a pesar del frío, los tropezones, el peso de sus pertrechos. El valle

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP