Traicionada, humillada y condenada. Cuando Aysel estaba a punto de ser nombrada alfa, su mundo se derrumbó por completo. Acusada de un crimen que no cometió, traicionada por su propia pareja y rechazada por la manada que la vio crecer, fue condenada a muerte; pero cuando nadie la escuchó y todo parecía perdido logró huir jurando venganza a todos los que la traicionaron y humillaron. Perdida, rota y desolada Aysel descubre secretos guardados en su sangre, que cambian su panorama por completo. Ahora ya no es esa misma loba débil y humillada que escapo de aquella manada, pues lo que ha descubierto la ha hecho fuerte y ha puesto en bandeja de plata el poder necesario para cumplir la venganza que juró aquel día. Entonces regresa para dispuesta a vengarse no con garras y colmillos, sino con astucia y paciencia, porque lo que le arrebataron, lo reclamará con sangre. Porque ella no ha olvidado. Porque no es solo una loba caída… Es la pesadilla que sus traidores jamás vieron venir.
Ler maisLa noche llegó con una calma inquietante después de salir de la casa de mi padre, como si el mundo supiera que algo iba a suceder y decidiera quedarse en silencio. Todo estaba listo para el anuncio de mañana.La emoción que sentía por asumir mi lugar en la manada se veía empañada por una sensación de fatalidad, como si algo estuviera a punto de pasar, algo que no podía identificar pero que me inquietaba cada vez más.Caminé por la manada tratando de despejar mi mente tenía envuelta en las palabras de mi padre, mi corazón lleno de la presión de lo que estaba por venir, sabía que tenía que tomar una decisión con respecto a Kai y aunque lo amaba mucho sabia que debía amarme mas a mi misma, por eso cuando iba llegando a los límites del bosque decidí volver y hablar con mi padre para aclara algunas dudas que me habían surgido.Cuando llegué de nuevo a la casa fui directo a buscarlo a su habitación, pero no estaba ahí así que fui a su despacho, cuando llegué tampoco estaba ahí, pero la luz
El viento soplaba con más fuerza esa tarde mientras arreglábamos los últimos detalles para dar la noticia a la manada mañana por la mañana. Habíamos convocado a la manada a la plaza principal para anunciar oficialmente mi nombramiento como alfa y el día en que se llevaría a cabo la ceremonia, nadie fuera del círculo íntimo de mi padre sabía de la decisión tomada aún. La manada todavía era ajena a todo, esperaban que la tradición se siguiera, que el liderazgo fuera entregado de acuerdo a lo que siempre había sido.Mi padre había querido que fuera un evento privado, una transición suave, para evitar las dudas y la controversia que siempre surgían cuando el liderazgo cambiaba. Para los ojos de la manada, debía ser un día como cualquier otro, pero para mí ese día representaba una nueva vida, una nueva responsabilidad que me emocionaba y a la vez me asustaba aceptar.Mientras estamos en la última reunión, mi mente volvía una y otra vez a la conversación con Kai, a la forma en que me había
La conversación con mi padre había terminado, pero las palabras que me había dicho seguían resonando en mi mente, no era la primera vez que me decía algo así para que yo lo dedujera, pero esta vez por más que le daba vueltas no entendía lo que me quiso decir, a menos que fuera que si las cosas se ponían feas huyera, pero papá no crio a una cobarde así que no creo que haya sido eso.Igual aun no podía creer que me había dado su bendición, que me había elegido, me había confiado la manada, y ahora tenía que ser lo que él pensaba que podía ser: la líder que ellos necesitaban.Disfrute del viento acariciándome el rostro mientras caminaba hacia la casa donde Kai estaba esperando, su figura alta y fuerte me capturó completamente.Aun no podía creer que fuera de las pocas afortunadas que encontraban a su pareja poco después de haberse transformado, conocía a Kai desde que éramos niños pues su padre al ser el guerrero principal de la manada estaba mucho tiempo en nuestra casa y siempre lo lle
Dos días después al finalizar mis sesiones de entrenamiento papá me hizo una señal para que lo acompañara al claro en el corazón del bosque. La escasa luz del sol de la tarde alumbraba las copas de los árboles, mire a papá mientras caminaba a su lado, pero sus ojos no reflejaban la tranquilidad que siempre había en ellos, sino que esta vez había mucha seriedad en su expresión, una preocupación que solo veía cuando se trataba de la manada o de mí.—¿Qué pasa, papá? —pregunté, siguiéndolo sin hacer ruido.Él se detuvo frente a un antiguo roble, uno que había sido testigo de generaciones de alfas, de ceremonias de nombramiento y de juramentos de lealtad a la manada. El mismo árbol que había presenciado la primera vez que pude cambiar a mi forma lobuna y conocí finalmente a Alora, mi hermosa loba blanca de ojos color fuego iguales a los míos, pero aún más impactantes.Me miró con una expresión que no pude entender de inmediato pesar de su apariencia severa, siempre había sido abierto conm
Aysel DravenCaminaba por el bosque admirando lo vivaz que se veía bajo la luz de la luna, las hojas crujían bajo mis pies descalzos, la brisa de la noche acariciaba mi piel y el sonido de los grillos se mezclaba con los aullidos lejanos de la manada. Este era mi hogar, el territorio donde había nacido, donde había corrido siendo solo una niña, donde algún día tomaría el lugar de mi padre como alfa.—Te encontré mi cachorrita.La voz profunda y cálida de mi padre me sacó de mis pensamientos; giré sobre mis talones y lo vi acercarse con una sonrisa en los labios, sus ojos oscuros reflejando la luz de la luna, sin duda alguna Raiden Draven era un hombre imponente, poderosa aura de alfa que intimidaría a cualquiera, pero para mí siempre sería mi refugio, mi guía, la única persona que jamás me fallaría.—No me estabas buscando —respondí con diversión.—Oh, claro que sí, tu ausencia en la casa era demasiado obvia no sentía el calor de mi pequeño rayo de sol —. Rodé los ojos al escuchar ese
El aire olía a tierra húmeda y ceniza; la luna llena fría e impasible proyectaba su luz sobre el claro, bañando con su resplandor el cuerpo inerte que yacía en el suelo. La sangre se filtraba entre las grietas de la tierra, oscura y espesa, formando un río silencioso que se mezclaba con las sombras de la noche.Aysel no podía moverse, sus piernas temblaban, su respiración era errática, su corazón golpeaba con fuerza en su pecho como si quisiera desgarrarle las costillas y sus ojos estaban fijos en la figura que nunca pensó ver así: su padre, el alfa, el hombre que la había criado con tanto amor y preparado para ser su sucesora, para ser fuerte, para proteger a la manada. Ahora, yacía sin vida frente a ella, con el pecho atravesado por un arma que jamás debió ser usada en su contra.La reliquia.Forjada para su linaje, un arma que solo la sangre del alfa podía empuñar.La noche se rompió con un aullido de dolor. Uno que no provenía de ella.—¿Qué has hecho?La voz de su pareja destinad