El viento soplaba con más fuerza esa tarde mientras arreglábamos los últimos detalles para dar la noticia a la manada mañana por la mañana. Habíamos convocado a la manada a la plaza principal para anunciar oficialmente mi nombramiento como alfa y el día en que se llevaría a cabo la ceremonia, nadie fuera del círculo íntimo de mi padre sabía de la decisión tomada aún. La manada todavía era ajena a todo, esperaban que la tradición se siguiera, que el liderazgo fuera entregado de acuerdo a lo que siempre había sido.
Mi padre había querido que fuera un evento privado, una transición suave, para evitar las dudas y la controversia que siempre surgían cuando el liderazgo cambiaba. Para los ojos de la manada, debía ser un día como cualquier otro, pero para mí ese día representaba una nueva vida, una nueva responsabilidad que me emocionaba y a la vez me asustaba aceptar.
Mientras estamos en la última reunión, mi mente volvía una y otra vez a la conversación con Kai, a la forma en que me había mirado con tanto desdén y a las palabras que no dejaban de retumbar en mis oídos: >No todos verán a una mujer como alfa. <
La incertidumbre se instaló en mi pecho, pero no era el momento de flaquear. El cambio estaba por llegar y tenía que ser fuerte para mi padre, para la manada y sobre todo… para mí misma.
Cuando todo terminó me acerqué a mi padre quien estaba de pie frente a su escritorio, organizando los últimos detalles de la ceremonia. Él como siempre estaba firme, siempre seguro, con sus ojos del mismo color que los míos parecía ver más allá de lo evidente. Pero hoy, a pesar de su actitud inquebrantable, podía ver el cansancio en sus hombros.
—Mi pequeño rayo de luz— dijo, girándose para verme, su voz era cálida y llena de amor para mí. —¿Todo listo? — Asentí, acercándome a él.
—Sí, papi ya he repasado todo y los demás solo te están esperando— Sonrió ligeramente, con una dulzura que no solía mostrar a nadie más que a mí.
—Lo has hecho bien, soy tan orgulloso de ti hija. — Mis labios temblaron ligeramente al escuchar esas palabras.
Había sido una bendición más que una carga el ser su hija, muchos creían que estaba siempre a la sombra de su liderazgo, pero no podían estar más equivocados pues él siempre me había demostrado que yo era lo más importante para él.
—Sé que todo está cambiando, pero…— comencé, pero me callé al ver que él levantaba una mano.
—No tienes que decirlo— interrumpió con suavidad. —Sé que no es fácil, ninguna de las decisiones que tomamos lo es; pero confío en ti, Aysel sé que la manada te seguirá porque tú serás una gran alfa. — Su confianza me hizo sonreír, pero no pude evitar sentir la presión de sus palabras.
Todo lo que él había construido estaba a punto de pasar a mis manos, y la responsabilidad era mucho más grande de lo que imaginaba.
—Te prometo que lo haré bien papá hare que te sientas aún más orgulloso de mi— prometí con firmeza.
El cómo siempre me envolvió entre sus brazos y por un momento me sentí invencible; no importaba cuantos años tuviera mi lugar seguro siempre seria mi padre, el momento no duro mucho pues apenas unos minutos después Kai apareció en el despacho.
Su presencia de inmediato me hizo sentir incomoda, desde el día de nuestra conversación las cosas habían estado muy tensas entre nosotros, mi relación con Kai siempre había sido una mezcla de pasión y tensión, pero ahora, el distanciamiento se hacía cada vez más evidente y mi padre, aunque no había preguntado nada y se había dado cuenta.
Kai se acercó a mí con pasos firmes, pero su mirada me atravesó como un cuchillo, no me sentí bienvenida en su presencia, pero tampoco podía evitar la necesidad de intentar aclarar las cosas.
—¿Todo listo para el gran día? — preguntó con su tono seco sin ninguna pizca de interés como si hablara de cualquier otra cosa.
Asentí, pero antes de poder decir algo más, su mirada se desvió hacia mi padre y vi la chispa de preocupación que había en sus ojos.
—Raiden, te veo muy tranquilo— dijo con una sonrisa que no llegaba a sus ojos. —Aunque el día de mañana será algo más complicado de lo que imaginas, tenemos que estar preparados para cualquier cosa que pueda suceder— dijo y supe lo que trataba de hacer.
Lo observé con detenimiento, notando su tono ambiguo.
—¿Qué quieres decir con eso? — pregunto papá frunciendo el ceño.
—Solo que cambiar el liderazgo nunca es fácil, habrá resistencia Aysel, nunca hay que olvidar que a veces las costumbres son más difíciles de cambiar de lo que pensamos— los ojos de papá se endurecieron al escuchar esas palabras.
Podía sentir el desdén en su voz, la falta de fe que depositaba en mí solo por el hecho de ser mujer. No le respondí de inmediato, solo me limité a observarlo mientras él miraba a mi padre.
—Lo sé, Kai— respondió Raiden, su tono ya no era cálido, sino que era frio y cargado del poder que yo conocía bien pues pronto tendría el mismo. —Pero no te preocupes, todo saldrá bien, solo alguien muy estúpido se atrevería a desafiar el liderazgo de mi hija teniéndome a mi como su respaldo — declaró papá y no pude evitar sentirme confiada.
Kai volvió su mirada hacia mí.
Eso es obvio, es solo que…— comenzó y antes de que pudiera terminar la puerta se abrió de golpe.
Lowri entró con su andar confiado, como siempre.
Su presencia, aunque siempre tranquila, era capaz de llenar cualquier espacio con una carga inconfundible. Ella sabía lo que representaba para mí y por eso mismo siempre disfrutaba ser una fuente de inseguridad para mí.
—¿Se interrumpe algo? — dijo, su voz suave pero cargada de esa familiaridad incómoda. Sabía que me molestaba, y por eso disfrutaba de cada instante de ese control silencioso que ejercía sobre mí.
—No— Kai respondió, y me sorprendió ver cómo su tono de voz cambió de inmediato al ver a Lowri.
Era como si toda su energía negativa se desvaneciera, como si ella fuera la pieza que encajaba en el rompecabezas que yo nunca supe comprender.
—Claro que estas interrumpiendo niña ¿Quién te dio permiso de entrar a mi despacho sin tocar? — la voz de mi padre cambio completamente y el ambiente en la habitación se volvió mas pesado, estaba usando su voz de alfa.
Bajé la cabeza sin poder evitarlo y aun sin ver sé que ellos hicieron lo mismo.
*Tu no bajes la cabeza, pronto tendrás el mismo poder que nosotros* la voz de Koa resonó en mi cabeza por medio del link y de inmediato me puse firme a lado de mi padre quien al ver que ella no le respondía volvió a hablar.
—Te he hecho una pregunta y espero que me contestes— su voz seguía con la misma firmeza.
—Alfa…— Kai quiso tomar la palabra, pero de inmediato fue interrumpido.
—Cállate— Ordeno mi padre y no pude evitar que una sonrisa burlona se formara en mi cara al imaginarme a mi dándole ordenes así pronto —Le hice una pregunta a ella no a ti.
—Alfa —comenzó con su característico tono inocente —Creí que como Aysel estaba aquí y ella entra cuantas veces quiere sin tocar yo también podría hacerlo— dijo y mi padre soltó una carcajada burlona.
—¿A caso te estas comparando con mi hija? Porque debes de tener clara una cosa, ella es la próxima alfa y puede ir y venir cuantas veces le de la gana, pero tu no eres más que un simple miembro jamás vas a tener los mismos derechos o el poder que tiene ella ¿Entendido? — ahora el ambiente y el poder que el emanaba eran casi asfixiantes, ella asintió temerosa.
Mi padre normalmente no era de los que hacían sentir menos a una persona, pero la sabia por alguna razón todo lo que ella provocaba en mi y las cosas que muchas veces me hizo y si se metían conmigo desataban su ira.
—Lárguense de mi vista— dio una ultima orden y no pude evitar apretar los puños con fuerza cuando vi como Kai tomo la mano de Lowri y la saco de ahí.
—Nunca permitas que te hagan menos— la voz de papá volvió a ser la misma al dirigirse a mi —Y si el no respeta tu lugar en su vida recházalo, serás una líder fuerte y poderosa no necesitas a nadie que te de menos de lo que te mereces— sabia que el tenía razón y que pronto tendría que tomar una decisión.
La noche llegó con una calma inquietante después de salir de la casa de mi padre, como si el mundo supiera que algo iba a suceder y decidiera quedarse en silencio. Todo estaba listo para el anuncio de mañana.La emoción que sentía por asumir mi lugar en la manada se veía empañada por una sensación de fatalidad, como si algo estuviera a punto de pasar, algo que no podía identificar pero que me inquietaba cada vez más.Caminé por la manada tratando de despejar mi mente tenía envuelta en las palabras de mi padre, mi corazón lleno de la presión de lo que estaba por venir, sabía que tenía que tomar una decisión con respecto a Kai y aunque lo amaba mucho sabia que debía amarme mas a mi misma, por eso cuando iba llegando a los límites del bosque decidí volver y hablar con mi padre para aclara algunas dudas que me habían surgido.Cuando llegué de nuevo a la casa fui directo a buscarlo a su habitación, pero no estaba ahí así que fui a su despacho, cuando llegué tampoco estaba ahí, pero la luz
La oscuridad se cernía sobre mí como algo sofocante, no sabía cuánto tiempo había pasado desde que me arrastraron a las mazmorras, todo mi cuerpo dolía, cada músculo, cada hueso, cada rincón de mi cuerpo estaba maltratado por la brutalidad de los golpes que recibí. Sentía la sangre seca y el rostro completamente hinchado, el sabor metálico de la sangre estaba impregnando mi boca provocándome nauseas. El suelo de piedra bajo mi cuerpo estaba frío pero el ardor en mis heridas lo superaba, no sabía cuánto tiempo estaría aquí encerrada pero la desesperación crecía con cada segundo que transcurría.Los recuerdos de la noche anterior volvían una y otra vez a mi mente atormentándome e incrementando cada vez más el dolor en mi pecho; en la oscuridad no podía evitar traer nuevamente la imagen del cuerpo de mi padre inerte en el suelo con la daga clavada en su pecho, a la multitud enfurecida, los golpes y la traición de Kai, cada imagen era un puñal nuevo que se hundía en mi alm
Perdí completamente la noción del tiempo, no sabía si habían pasado horas, días o semanas, solo sabía que el sufrimiento no cesaba.Cada día traía nuevas torturas, a veces eran golpes otras eran cortes precisos que se aseguraban de que el dolor persistiera sin matarme y muchas otras era la privación de comida y agua, dejando mi cuerpo al borde del colapso.Pero lo peor era la humillación eran las que me daban Kai y Lowri, ellos se aseguraban de destruirme de todas las formas posibles; se reían, me hablaban como si fuera un animal, me recordaban una y otra vez lo sola que estaba y lo mucho que me odiaban.La oscuridad de la celda era completamente absoluta, y ni mi vista me podía ayudar a ver en medio de ella porque no se que le habían hecho a Alora, pero no había podido sentirla ni comunicarme con ella, por eso mismo mi cuerpo estaba totalmente cub
El aire olía a tierra húmeda y ceniza; la luna llena fría e impasible proyectaba su luz sobre el claro, bañando con su resplandor el cuerpo inerte que yacía en el suelo. La sangre se filtraba entre las grietas de la tierra, oscura y espesa, formando un río silencioso que se mezclaba con las sombras de la noche.Aysel no podía moverse, sus piernas temblaban, su respiración era errática, su corazón golpeaba con fuerza en su pecho como si quisiera desgarrarle las costillas y sus ojos estaban fijos en la figura que nunca pensó ver así: su padre, el alfa, el hombre que la había criado con tanto amor y preparado para ser su sucesora, para ser fuerte, para proteger a la manada. Ahora, yacía sin vida frente a ella, con el pecho atravesado por un arma que jamás debió ser usada en su contra.La reliquia.Forjada para su linaje, un arma que solo la sangre del alfa podía empuñar.La noche se rompió con un aullido de dolor. Uno que no provenía de ella.—¿Qué has hecho?La voz de su pareja destinad
Aysel DravenCaminaba por el bosque admirando lo vivaz que se veía bajo la luz de la luna, las hojas crujían bajo mis pies descalzos, la brisa de la noche acariciaba mi piel y el sonido de los grillos se mezclaba con los aullidos lejanos de la manada. Este era mi hogar, el territorio donde había nacido, donde había corrido siendo solo una niña, donde algún día tomaría el lugar de mi padre como alfa.—Te encontré mi cachorrita.La voz profunda y cálida de mi padre me sacó de mis pensamientos; giré sobre mis talones y lo vi acercarse con una sonrisa en los labios, sus ojos oscuros reflejando la luz de la luna, sin duda alguna Raiden Draven era un hombre imponente, poderosa aura de alfa que intimidaría a cualquiera, pero para mí siempre sería mi refugio, mi guía, la única persona que jamás me fallaría.—No me estabas buscando —respondí con diversión.—Oh, claro que sí, tu ausencia en la casa era demasiado obvia no sentía el calor de mi pequeño rayo de sol —. Rodé los ojos al escuchar ese
Dos días después al finalizar mis sesiones de entrenamiento papá me hizo una señal para que lo acompañara al claro en el corazón del bosque. La escasa luz del sol de la tarde alumbraba las copas de los árboles, mire a papá mientras caminaba a su lado, pero sus ojos no reflejaban la tranquilidad que siempre había en ellos, sino que esta vez había mucha seriedad en su expresión, una preocupación que solo veía cuando se trataba de la manada o de mí.—¿Qué pasa, papá? —pregunté, siguiéndolo sin hacer ruido.Él se detuvo frente a un antiguo roble, uno que había sido testigo de generaciones de alfas, de ceremonias de nombramiento y de juramentos de lealtad a la manada. El mismo árbol que había presenciado la primera vez que pude cambiar a mi forma lobuna y conocí finalmente a Alora, mi hermosa loba blanca de ojos color fuego iguales a los míos, pero aún más impactantes.Me miró con una expresión que no pude entender de inmediato pesar de su apariencia severa, siempre había sido abierto conm
La conversación con mi padre había terminado, pero las palabras que me había dicho seguían resonando en mi mente, no era la primera vez que me decía algo así para que yo lo dedujera, pero esta vez por más que le daba vueltas no entendía lo que me quiso decir, a menos que fuera que si las cosas se ponían feas huyera, pero papá no crio a una cobarde así que no creo que haya sido eso.Igual aun no podía creer que me había dado su bendición, que me había elegido, me había confiado la manada, y ahora tenía que ser lo que él pensaba que podía ser: la líder que ellos necesitaban.Disfrute del viento acariciándome el rostro mientras caminaba hacia la casa donde Kai estaba esperando, su figura alta y fuerte me capturó completamente.Aun no podía creer que fuera de las pocas afortunadas que encontraban a su pareja poco después de haberse transformado, conocía a Kai desde que éramos niños pues su padre al ser el guerrero principal de la manada estaba mucho tiempo en nuestra casa y siempre lo lle