Blake Jarold Gates, jamás imaginó que al escapar del control de su dominante familia, terminaría en las manos de un millonario despechado cuya esposa lo dejó para irse con otro y ahora él creyéndola su esposa la quería hacer blanco de su venganza, pero ella no estaba a dejarse dominar, ni con él, ni con nadie. Extracto La joven sentía como su cuero cabelludo le ardía ante la presión ejercida por el hombre, sin embargo, no estaba dispuesta ni a llorar, ni a pedir clemencia, Blake Gates nunca suplicaba, y no iba a empezar ahora; a pesar de que sus ojos estaban picándoles por las lágrimas, las contuvo, jamás se doblegaría y mostraría ninguna debilidad, ni menos ante un patán que seguramente hasta se excitaría de ver a la mujer en una posición de debilidad. —¡¿Acaso te has vuelto loca?! ¿Quieres morirte? —le susurró de manera peligrosa, pegando su boca cerca de su rostro, haciéndole sentir ese aliento mezcla de menta dulce, que le contrajo el estómago de manera extraña. —Al parecer, quien desea morirte eres tú —le habló en el mismo tono usado por él—. ¡O me sueltas! O juro que te dejaré eunuco ¿Tú verás lo que te conviene? Ante las palabras de la chica, Ethan de manera inconsciente se llevó una mano a su parte íntima, apartándose un poco de ella, temiendo que arremetiera en su contra y cumpliera con sus amenazas. Cuando de repente la escuchó empezar a contar. —Cinco, cuatro…—Ethan frunció el ceño y la interrumpió. —¿Qué significa eso? ¿Es una amenaza? —interrogó con una expresión de desagrado. —No es una amenaza, es un hecho y esto es el conteo previo, al llegar a uno deberás cargar con las consecuencias de atacarme, tres… dos…
Leer másSiete meses despuésBlake veía a su esposo corriendo por el jardín con los dos pequeños, Nathan, su hijo quien ese día cumplía un año y Holis su hermana, seguidos de Peter, que se convirtió en una especie de hermano mayor para los pequeños, los cuidaba y protegía con una fiereza impresionante, su conexión con su padre mejoró muchísimo, eran bastante cercanos y a este ya no le costaba mostrar afecto, todo lo contrario con Hadassa en su vida, se convirtió en un hombre más atento cariñoso, continuaba trabajando para la Agencia Federal de Investigación, aunque al mismo tiempo era uno de los asesores de Jasón Jarold, nuevo presidente de la república, limaron asperezas y sus relaciones mejoraron muchísimo. Al final, Marlon preparó un comunicado y reconoció sus errores en el trato con los Jarold, se disculpó públicamente con ellos, con Blake, incluso con Madelaine, también inició terapias psicológicas con el fin de poder superar sus traumas del pasado, a los cuales le debía en gran parte su
Hadassa no pudo evitar las lágrimas que rodaron por su rostro, ese era el sueño más bonito que había tenido en su vida, y empezó a hipar producto del llanto, no quería despertar, sabía que estaba entre dormida y despierta, pero no quería abrir los ojos y enfrentarse a esa realidad, a una vida donde no estuviera Marlon, el dolor era insoportable, aunque estaba agotada de siempre hacerse la fuerte, sin embargo, la verdad estaba allí, por más que se aferrara a una esperanza los hechos no podían cambiarse y si él estuviera vivo sería un milagro.De nuevo escuchó esa voz ronca que le hablaba con ternura y su piel se erizó, sintió que unos brazos la cargaban y acariciaban con suavidad su rostro, no pudo evitar un suave suspiro salir de sus labios.—Es tan hermoso este sueño… juro que no quisiera despertar —pronunció Hadassa con un tenue tono de voz.—¡Eres una perezosa! Abre los ojos, nunca sabes si tus sueños se hacen realidad —se carcajeó, ella escuchó la sonrisa y ya no pudo negarse a ab
Los días fueron pasando, se llevaron a Madelaine con ellos, la hicieron ver con el médico y dos semanas después decidió irse, no quería regresar con sus padres, porque no deseaba que la siguieran utilizando, quería empezar de cero en un lugar donde los recuerdos de todo lo vivido no la persiguieran.—Blake, gracias por apoyarme, por devolverme bien, por el mal que hice, lo siento tanto… a veces nos dejamos llevar por malos sentimientos, envidia, odio, egoísmo, y eso en vez de ayudarnos, provoca que nos estanquemos, nos impide avanzar y desgracia acumula sobre nuestra cabeza. Yo deseo poner distancia, ir a otro sitio, me iré a Washington y procuraré empezar una nueva vida. Voy a seguir con mis terapias, empezaré a estudiar, a amarme a mí misma y pese a que mi hijo… ya nunca podrá estar conmigo, viviré con la ilusión de que si estuvo y por él seré diferente, quizás no merecía tenerlo como hijo, porque tal vez, no tengo derecho a ser feliz. Cuida a tu bebé, a Peter, a Hadassa y a su beba
Los dos subieron al auto, Ethan llamó a Anniston quien le indicó el camino que tomaron, pues ya Anniston había salido detrás de Jasón a una distancia prudencial para no ser visto.—¡Espero equivocarnos! Porque Jasón toda la vida ha hecho las cosas correctas, no me gustaría decepcionarme de él —expresó Blake, sintiendo una opresión en el pecho.—A veces las personas cometemos locuras, recuerda cuando yo te secuestré y te retuve, solo que eres una mujer valiente, osada, sin temor —mencionó el hombre tomando su mano para calmarla.—Lamentablemente, Madelaine no es yo, ella a pesar de ser astuta para engatusar a los hombres, es débil, y en este momento de su embarazo, si Jasón la tiene, no sabemos si ha quebrado su espíritu. Solamente nos queda rogar que todo esté bien, y por primera vez, estaré feliz de equivocarme —pronunció recostándose del asiento del auto, quedándose pensativa.*****Jasón salió de la recepción de la boda de su hermana como alma que lleva al diablo, las palabras pro
De inmediato el médico llamó para que lo ayudaran a levantar a Ethan, los hombres se lo llevaron al área de emergencia, sin embargo, el médico se quedó con Blake, estaba contrariado, quería llamar la atención sobre su comportamiento, pero a la vez sentía temor, y es porque le parecía que la chica estaba demasiado tranquila, por completo relajada, cuando otra mujer en su caso estaría histérica.—Señora, ¿Puedo decirle algo sin que se moleste? —Blake asintió y el hombre continúo—, usted es extraña… no actúa como las otras mujeres —cuestionó el médico y ella alzó la ceja en un gesto de indiferencia.—Doctor, yo no soy cualquier mujer, yo soy única, especial, si usted quiere analizarme usando el patrón empleado para otras mujeres, está perdiendo su tiempo.—Ya entiendo, por eso no la veo preocupada porque el señor Beckham se haya desmayado —expresó con un poco de censura en su tono de voz—. Cualquier esposa estaría llorando histérica ¿No está preocupada que le haya pasado algo?Ella se e
Blake se quedó viéndolo con ganas de reírse a carcajadas de él, pese a ello se contuvo «¡Hombres! Por más inteligentes que sean siempre terminan pensando con la cabeza que tienen entre las piernas y revelando sus verdaderas intenciones», pensó mientras movía la cabeza de forma negativa, sin embargo, no podía negar que se sentía excitada, ese hombre la ponía como un tronco en chimenea por completo encendida, solo él tenía esa capacidad.—¿Quiere decir que logré seducirte? Si gané la apuesta, entonces, debes darme la empresa que quiero, la custodia de mi hijo e irme —respondió mostrando ligeramente su picardía.—¡Eres una tramposa! ¿Lo sabes verdad? —interrogó sin dejar de observarla.—Él tramposo es otro que fue descubierto. Lo fingiste desde el principio —respondió ella cruzándose de brazos.—No, cuando llegué y te vi no tenía idea de quien eras te lo juro —trató de explicarse más la molestia de ella era evidente.—¡¿Te acostaste con una extraña solo porque se te paró en frente en pel
Hadassa escuchó a Blake y no pudo dejar de reírse a carcajadas, ante que pudiera decir algo fue Ethan quien habló.—Blake, aunque el caparazón de mi mamá parezca de treinta a treinta y cinco años, realmente, en su interior su cuerpo es el de una señora de cuarenta y cinco años, a esa edad ella lo que debe estar esperando es la menopausia —se burló Ethan y Hadassa lo miró molesta.—¿Caparazón? ¿Me estás comparando con una tortuga? ¿También me estás diciendo vieja? —al momento de decir esas últimas palabras, la mujer se miró al espejo y empezó a revisarse, y en ese mismo instante empezó a llorar, como si fuera una chiquilla Blake vio de mala gana a Ethan, le viró los ojos, comenzó a regañarlo al mismo tiempo que intentaba cerrar la puerta.—¡Vete! ¡Sal de aquí! Eres un insensible, falta de tacto—le riñó molesta, Ethan la miró con una expresión contrariada.—¿Por qué me estás echando? Ella es mi madre, soy yo quien debe estar a su lado y debo comprobar que está bien, dame permiso para v
Blake, se quedó viéndolo, aunque era una mujer inteligente, en ese momento sus ganas de tener su propia empresa, eran más que pararse a pensar, por un momento que el desmemoriado Ethan, le había montado una trampa y al parecer ella cayó redondita a pesar de ser tan hábil o eso parecía.—¿Crees que me negaré a tu petición? —interrogó con una sonrisa y después con una expresión de picardía pronunció—. Acepto.—Bueno, ahora mueve ese cul0 y sube de nuevo tu valija a mi habitación o mejor te la subo yo —respondió bajando el peldaño de las escaleras hasta donde estaba ella, Blake lo siguió y cuando el hombre iba a introducir de nuevo su maleta en su dormitorio ella lo detuvo.—¡No la lleves allí! —él se giró sorprendido ante su petición, porque no la entendía.—Acabas de aceptar el trato, no entiendo, ¿Por qué no quieres que entre tus cosas en mi habitación?—Claro que lo acepté, pero aún no te he enamorado, hasta que no lo haga, no me meto más en tu dormitorio. Además, te cuento porque co
—¿Ethan? ¿Volviste? ¡Sabía que estabas vivo! —exclamó feliz, hizo amago de abrazarlo y él se alejó. Blake lo observó sin poder creer su actitud, entrecerró los ojos con sospecha, pensando que en cualquier momento le diría que se trataba de un chiste o una de sus ocurrencias, creyendo que era una broma de su parte, se quitó la toalla y se arrodilló en la cama con una expresión seductora. Ethan la vio, no pudo evitar que sus voluptuosos senos causaran una gran erección en él, enseguida la toalla se levantó haciéndose una gran carpa, ella se sonrió con picardía, tomó sus dos cúspides y empezó a acariciárselos, suavemente con sus manos, los ojos del hombre se posaron en el sitio donde ella se estaba acariciando, sus ojos se oscurecieron producto del deseo. —Si no te recuerdas de mí… —pronunció con voz ronca—, estoy dispuesta a hacerte recuperar la memoria. La parte consciente de Ethan, quería salir corriendo, pero la otra, más su cuerpo, estaban ardiendo por tocarla, por probar esos j