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Capítulo 37. No puedo ni quiero hacerlo.

—Ya le dije a Douglas que no llamara más a Tomás, ahora necesito que me asegures que él dejará de enviarme mensajes de amenaza —le pidió Rodrigo en voz baja, para que solo ella lo escuchara.

Jimena arrugó el ceño con desconcierto, no sabía que Tomás Reyes habituaba comunicarse con su padre para tal fin.

—Dayana, Lucía.

El saludo de Amanda le impidió indagar más en ese tema. La mujer había soltado a David para repartir besos y abrazos. Él se quedó unos pasos alejado del grupo, miró a Rodrigo con recelo y con interés a Jimena.

—Buenas noches —saludó Amanda con cortesía al resto de los presentes. Ese gesto obligó a Dayana a hacer las presentaciones.

—Él es mi padre Rodrigo y ella mi hermana Jimena.

La sonrisa de Amanda se borró de sus labios mientras dirigía una dura mirada hacia Jimena. Ella pudo divisar en los ojos enfurecidos de la mujer las verdades que conocía.

No sabía cómo, pero estaba segura de que Amanda también estaba al tanto de la relación que ella había mantenido con David.

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