Una amiga desaparecida, dos hermanos enamorados de la misma chica y aquella mujer desesperada por hacer justicia. «La justicia, tarda pero llega» Escuchar esta pequeña frase es común. Pero no significa que siempre sea así, algunas veces hay que acortar su camino y darle numerosos empujones, en otros casos los malvados la tuercen, para aumentar sus riquezas dejando tras de ellos un camino de destrucción y desastre. Vanessa Rinaldi, una chica de campo muy ordinaria, se verá en una pequeña aventura en la que tendrá que encontrar a Marcelo Martini, su antiguo amigo de la secundaria y su primer amor, además a Danna su mejor amiga, para ello se enfrentará en contra de Martini’s una fábrica de alimentos que esconde un enorme secreto a sus trabajadores. Paolo Martini tendrá que unir fuerzas con Vanessa para poder descubrir el paradero de su hermano gemelo, sentimientos comienzan a aflorar entre ellos, más ¿Qué sucederá cuando Vanessa tenga cara a cara a su primer amor? ¿Podrá volver a ver a su amiga? Y más aún ¿Logrará desenmascarar a la malvada mujer?
Leer más╔═══════ ≪ •❀• ≫ ═══════╗ Un año y medio más tarde╚═══════ ≪ •❀• ≫ ═══════╝Vanessa estaba observando entre los arbustos que se hallaban en medio de la montaña a unas personas paradas en la mitad de la autopista. —¿Segura que ellos son los que estaban robando información del gobierno? — cuestionó Vanessa mirando con detenimiento a Heather, la cual con firmeza asintió —increíble, son niños— abrió con notoriedad su boca en señal de asombro.—¿Cómo crees que algo así es posible? — rodó los ojos la mayor conteniendo su risa —está bien, es muy posible; pero en ese caso, son personas de edad promedio disfrazadas de niños pequeños, de esa manera no podrían atraparlos tan fácil.—Al parecer el mundo est&
Unas dos semanas habían transcurrido y Vanessa se había decidido a regresar al campo, de hecho, ya estaban en camino. Aunque regresar al campo significaba que tendría que vivir lejos de su hermana. La relación entre Danna y Kennedy iba viento en popa, aunque ninguno de ellos se atrevía a admitirlo.Además de la pequeña Eleonor a la que Vanessa había prometido cuidar, unos escurridizos gemelos se le habían unido al viaje después de prometer que «trabajarían sin quejarse» cosa que ella sabía que no les duraría mucho, por lo menos a Paolo.El alegre ganso Paolo ya los estaba esperando a las afueras de su casa y Oliver, eh, bueno, digamos que tendrá que pasar un tiempo en prisión por ser llamado a testificar y no asistir. Los padres de Vanessa disfrutaban del tranquilo atardecer hasta que el ganso comenzó a graznar con fuerza al percibir que su
—Si le seguimos la corriente ¿Crees que vayamos a quedar internados en un hospital? — Marcelo negó agitando su cabeza.—Lo peor que podría pasarnos sería estar tres metros bajo tierra— murmuró el mayor —deberíamos huir del plan de Kennedy por el bien de nuestras vidas. Si una nada más es peligrosa, ¿qué nos espera con las cuatro juntas? — se quejó.Dicho eso los gemelos emprendieron la huida en dirección a las muchachas, si ellas los veían cerca, sabrían que no tendrían nada que ver con la futura travesura de Kennedy. Era todo cuestión de supervivencia y no de cobardía.Un par de minutos habían pasado y el plan de las muchachas estaba listo para efectuarse, las menores estaban fuera de la piscina, ni locas querrían acercarse a aquellas arañas gigantes y peludas. Hablaban todos con tranquilidad ha
—Estamos hablando de numerosos crímenes— se dirigió el juez a Bianca —en el primer cargo de secuestro, serán quince años— sentenció. Vanessa mantenía la mirada fija sobre el juez y la vieja bruja, al escuchar una pena de quince años, sonrió de lado —por víctima— completó el juez. —lo que serían por las doscientas mujeres que fueron privadas de libertad, tres mil años de prisión, por el delito de secuestro.—Esa vieja se pudrirá en la mazmorra— murmuró Vanessa a oídos de Danna, la cual tomaba con fuerza las manos de su hermana.—Por los cargos de asesinato a «personas humanas potenciales» y veinte mujeres, se le condena a mil años de prisión, todo esto sin posibilidades de libertad condicional— el rostro de Bianca se tornó blanco a causa de la cantidad de a&ntild
—Su señoría, sí, tenemos más testigos— dijo la fiscal con seguridad —me gustaría llamar al estrado a la señorita Vanessa Rinaldi— anunció.La joven se colocó de pie, había un plan y lo seguirán hasta el final. Las miradas confundidas de los demás estaban viajando desde Vanessa hasta la fiscal y de regreso —¿Esto fue lo que ella hizo ayer? — se cuestionó Marcelo, aún incrédulo por la seguridad con la que ella se acercaba. —Conociendo a Vanessa, es capaz de venir corriendo desde el otro lado de la ciudad, descalza solo para verle la cara a la vieja bruja— se burló Marcelo posando su mirada sobre Paolo. —Lo siento, quiero decir «la señora Bianca»— aclaró haciendo comillas con sus dedos.—He estado en este país solamente veinte horas y aun no comprendo el motivo por el que le llaman «Vieja bruja». Quiero decir ¿La señora es tan mala para haberse ganado ese apodo?, y ¿Si es madre del chico de ahí, por implicación no sería tu madre también? — Cuestionó el hermano de Kennedy ladeando la cabeza con confusión. Por más que hubiera pasado la noche intentando descifrar la mala fama que ese horrible ser se había preocupado por hacer y el que su propio hijo la llamara de esa forma, no hallaba la mejor opción.—Si hubieras vi• Capítulo 82• «El juicio»
Al día siguiente, incluso mucho antes del amanecer, Vanessa había emprendido el viaje en dirección de la casa de la fiscal. Había una pequeña cosa que ella planeaba hacer, pero, debía asegurarse si era completamente legal, al fin y al cabo, estarían en frente de un tribunal de justicia ¿No era así?Ella jugaba con sus pies mientras esperaba a que Gia, la fiscal, abriera. Cuando se contactó con ella había recibido una gran sorpresa, dado que era nada más que una de sus familiares ¿A qué se debía esa pérdida de contacto? A que Gia decidió hace un par de años salir del país para estudiar medicina. Al parecer ella había dejado a un lado su sueño de ser médico a formar parte del sistema de justicia.A Vanessa le costó un par de horas de explicación y quizá, le sonaba un poco falsa la explic
• ────── ✾ ────── •—No puedo imaginar a nuestro Kennedy escalando una montaña así de empinada— murmuró Vanessa en medio de la cena. Todos estaban reunidos mientras disfrutaban de la comida, la cual con mucho esfuerzo Danna y Kennedy habían preparado, además del esfuerzo extra que puso Danna fue el soportar las extrañas órdenes de su mayor y la preparación de comida que nunca antes había llegado a ver.—Pero ¡qué dices! Si conocieras las carreras que mi madre y mi hermano hacían cada año, te habrías sorprendido. Nada más les falta escalar el Everest sin protección— expuso el mayor con una sonrisa, los mencionados intercambiaron miradas cómplices.—No me digan, ¿desean ir a escalar el Everest sin protección? — cuestionó Kennedy llevando su mano a la frente de manera brusca. En much
—¡Dani! ¡Estás supergigante! — exclamó Kennedy sin lograr salir de su confusión —¿Viniste a visitar a la abuela? — el niño asintió —¿Dónde está la chiflada de tu mami?—Está con papá y el señor Marcelo— sonrió —¿Quieres saludar a mami? A ella no le gusta que le digas chiflada— frunció de manera muy tierna sus labios —Mamá se pondrá triste si le dices eso.—¡¿Tu padre también vino?! — exclamó, y observó en dirección de la puerta con una expresión de incertidumbre ¿Aún se atreverá a ver mi resto a pesar de lo que me hizo? — arrugó en entrecejo y apretó sus labios.Heather, que entró poco después de Daniel, observaba a los jóvenes mientras se apoyaba en el m