Capítulo 35

Cala deseaba que aquel abrazo no terminara nunca. Sentía, junto a su oreja, el agitado pecho de Yuma y sus brazos fuertes; tan fuertes que podrían destrozarla, y, sin embargo, la abrazaban y la habían abrazado siempre, y pensaba en lo fácil que sería todo si ella hubiera sido una tupi más.

Pero no lo era. Ahora ya era seguro que no lo era. Ahora ya no había vuelta a atrás, ya no había más mentiras que él se pudiera inventar. ¿Para qué? ¿Para protegerla? ¿Por eso la había mentido durante todos aquellos años?

No quería saberlo. No quería que aquella carrera terminase nunca, quería que aquellos brazos no la soltasen nunca.

Pero el abrazo terminó. Lo hizo muy cerca del refugio del clan y entonces Cala se percató de lo enfadado que se veía a Yuma y se sintió aterrorizada por todo lo que la acababa de p

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