Capítulo 34

Cala se dejó resbalar por la pared embarrada y aterrizó junto al hueco que dejaba la enorme raíz desarraigada de un árbol.

Ona ya estaba abajo, por supuesto, y le hizo a Cala un gesto para que esperase. Metió la mano en el hueco y comenzó a sacar objetos que dejaba caer al suelo. Cala se agachó a su lado y comenzó a amontonar los objetos mientras los miraba extasiada. Ona terminó de vaciar el hueco y se volvió hacia Cala que, arrodillada, acariciaba los objetos y los pasaba de una mano a la otra. Ona la observaba.

Cala no podía creerse que Yuma no hubiese compartido algo así con ella. Cada objeto era como una puñalada a su autoestima, a su confianza en Yuma.

—¿Reconoces alguno? —preguntó Ona, de forma misteriosa.

—No, ya te dije que nunca me enseñó nada de esto —dijo Cala, sin entender a qué venía aqu

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo