180

El silencio que dejó Keiden al salir de la habitación se sentía como una losa sobre el pecho de Natalia. Las lágrimas seguían cayendo de manera imparable, mojando las sábanas de la camilla mientras intentaba reordenar sus pensamientos.

Había esperado su enojo, incluso su decepción, pero enfrentarse a esa mirada llena de reproche y tristeza había sido más de lo que podía soportar.

La puerta se abrió de golpe y Delia entró, con el rostro lleno de preocupación.

—¿Qué pasó? —preguntó al acercarse rápidamente a la camilla.

Natalia negó con la cabeza, intentando secarse las lágrimas.

—Keiden… se enteró del embarazo —hizo una mueca de dolor—. Le dije que no estaba segura de quién es el padre.

Delia frunció el ceño, colocando una mano sobre la de Natalia.

—¿Te reprochó?

Natalia asintió lentamente, con la voz temblorosa.

—Dice que tenía derecho a saberlo, y tiene razón —tragó saliva con dificultad—. No tenía derecho a ocultarle nada. No importa quién sea el padre, no puedo menti
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP