Por la salud de mi madre haría lo que fuera. Eso fue lo que me dije cuando acepté casarme con mi arrogante jefe cuando me lo pidió. Pero no lo hizo por amor ni nada por el estilo, él lo hizo porque tenía una herencia millonaria que reclamar y yo necesitaba dinero suficiente para pagar la cirugía de mi mamá. Ninguno estaba aquí por amor, solo por conveniencia. Pero cuando las líneas comienzan a desdibujarse y el amor toca a nuestras puertas es difícil resistirse, solo que para mí las cosas nunca han sido fáciles y esta vez no es la excepción.
Leer másLa isla en todo su esplendor era única y hermosa. Habíamos explorado sus terrenos lo más que pudimos tanto caminando como en los todo terrenos o en las motos de agua para también apreciar el mar y las playas que la rodeaban. Todo era único en aquel lugar y los lazos entre él y yo se estrecharon cada vez más. Pero pronto tendríamos que regresar a la ciudad que habíamos dejado atrás y aunque estaba ansiosa por ver a mi hermana y a mamá, también estaba alto nerviosa por todo lo que tendría que enfrentar. Tenía miedo, si, pero cada vez que lo miraba a los ojos me convencía a mi misma de que aunque todo esto podría salir muy mal, él estaría ahí para ayudarme a superarlo.
Liam me había hecho suya. No solo por su anillo en mi dedo o por el apellido que iba tras mi nombre ahora, sino por como me había tomado después de haber salido de la ducha.Él se adueñó de mi cuerpo, conoció mis puntos más erógenos y me demostró que realmente nadie me había tocado como merecía, porque nunca había ardido de la forma en la que lo había hecho con él.Y aunque solo había pasado una hora de nuestro encuentro, quería más. Estaba ansiosa por tenerlo sobre mí nuevamente o tal vez debajo de mí esta vez. Y por la forma en la que me miraba no dudé de que sabía a dónde iban mis pensamientos, pero se concentró en cocinar para ambos. Y considerando que habíamos estado toda la mañana en la playa y parte de la tarde conociéndonos uno al otro, ambos estábamos hambrientos.Las habilidades culinarias de Liam eran bastas, aunque muy sofisticadas considerando que estaba cocinando algo demasiado elaborado, pero que él lo hacía parecer sencillo. Lo entendía, él estaba acostumbrado a come
Liam FlesherNo había tenido la intención de correr tras ella en la ducha. No había tenido intención de desnudarla ni de empujarla hacia sus límites mientras me deleitaba con el sabor a sal y sol de su piel mientras recorría su cuerpo.Ni siquiera había tenido la intención de desnudarme tras ella para sentirla contra mí completamente desnuda.Lo único que había pensado era entrar, limpiar la sal y arena de mi cuerpo y dejarla dentro mientras me ponía ropa seca para ir a hacer el almuerzo y que no muriéramos de hambre después de tanto tiempo en el mar sin comer nada más que nuestro desayuno.Pero todo se salió de control y ahora tenía a Liana debajo de mí, mirándome con ojos suplicantes mientras su cuerpo desnudo me pedía que lo tocara, que lo conociera, que lo asimilara.Había admitido que ella era hermosa, hermosa a su manera había dicho. Pero también era hermosa a mí manera. Esa forma tan cruda en la que sientes que no puedes tener más de lo que vez, esa forma en la que necesitas mi
Liana ClintonEsto no había terminado como yo había esperado.Primero, porque esperaba que el agua fría del mar calmara el calor en mi cuerpo y dos, porque esperaba que hiciera lo mismo con Liam, pero realmente ambos solo estábamos más calientes dentro de la jodida playa.Mi piel estaba caliente y no solo por el sol y mis piernas rodearon su torso por debajo del agua para sentirme más cerca de la erección que estaba profesando.Estaba loca, lo admitía, pero no podía controlarme en ese momento cuando llevé mis labios a los suyos y lo besé profunda y salvajemente.Todo en mi se revolvió cuando sus manos me sujetaron por mis nalgas y molió su erección contra mí haciéndome suspirar.Sabía que si continuaba por este camino me entregaría a él en la arena de la playa y no lo quería así, al menos no la primera vez y tampoco quería hacerlo en el agua, de esta forma tan incómoda, pero era imposible que me resistiera cuando él estaba ahí siendo simplemente él y envolviéndome en esa aura tan sens
Liam FlesherLa isla en la que estábamos era tropical. No era muy grande, pero tenía todo lo que una isla en el caribe podría necesitar. Incluyendo un no muy frondoso bosque lleno de vegetación y aves tropicales de colores atrayentes.Liana sostenía mi mano mientras avanzábamos por el lugar explorando los recónditos espacios que hacían de este lugar una isla increíble.Ambos estábamos fascinados con todo lo que veíamos, pero yo estaba aun más fascinado con la emoción de Liana cada vez que veía una bonita ave de colores vivaces.Había estado sosteniendo mi mano durante todo el camino y cuando por fin salimos del bosque un poco sudados, ella comenzó a saltar como si fuera una puberta mientras agitaba sus brazos, incluso cuando aun le sostenía la mano. —Eso fue increíble —chilló emocionada —había estado quejándome internamente de que habías gastado demasiado dinero por unos pocos días en esta luna de miel y aunque sigo diciendo que fue demasiado dinero debo admitir que ha estado increíb
Liana ClintonNi siquiera me di cuenta cuando me volví a quedar dormida, pero para cuando volví a abrir los ojos me encontré con el sol en un punto más alto, pero ya no podía verlo, pues estaba por encima de mí aparentemente dejándome saber que debían ser más de las diez de la mañana.Al darme la vuelta me encontré con la cama vacía y Liam desaparecido de la habitación.Estirándome me levanté de la cama y empujé lejos las sábanas para tocar con mis pies las baldosas frías que se veían muy lujosas ahora que tenía mas luz.Sin enfocarme demasiado en las cosas que me rodeaban me moví hacia el baño y me miré al espejo notando que mis ojos brillaban un poco aun cuando estaban algo pegados por el sueño.Inclinándome sobre el lavabo lavé mi rostro con jabón y luego de secarlo noté el cepillo de dientes sin destapar de color blanco. Lo saqué de su empaque notando mis bonitas uñas con manicura francesa cortesía de las chicas de ayer y negué con una sonrisa mientras comenzaba a lavarme los dien
Liana ClintonCuando desperté algo se sentía extraño.Por lo general despertaba cuando el sol a penas estaba saliendo y la mayoría de las veces eso sucedía a causa de la alarma que siempre sonaba en mi habitación. Siempre estaba oscuro cuando despertaba, pero ahora había luz por todos lados dejándome saber que la hora de despertar se me había pasado y considerando que era lunes debía ir muy tarde al trabajo.Ese fue el primer susto que tuve en esa mañana.El segundo fue abrir mis ojos y no reconocer el lugar donde estaba. Ciertamente había menos luz de la que creía, pues el amanecer se levantaba frente a mí, brillando sobre increíbles agua que permanecían oscuras, pero que poco a poco estaban tomando la tonalidad de las luces anaranjadas que reflejaba el sol sobre ellas.Cuando descubrí que estaba frente al mar y en una habitación que no era mí recordé de inmediato que se suponía que estaba en mi luna de miel con Liam y aparentemente me había quedado dormida.Pero el siguiente susto f
Liam FlesherLiana estaba tocando mis botones. Su cuerpo se removía sobre el mío algo ansioso por algo que sabía podía darle y me cuestioné si la empujaba hacia sus límites o le daba lo que realmente quería.Ella parecía decidida a moverse sobre mí para sacar un orgasmo de ello y no me quejaba en lo absoluto, pero no estaba seguro de poder controlar mis instintos dominantes si ella seguía por esa línea de acción.—Liana —rogué con un gemido bajo, pero no parecía escuchar.Sus labios estaban entreabiertos y se removía sin consideración sobre mí quebrando mi pobre al y espíritu sin que pudiera hacer nada al respecto.Esta mujer debería calmar sus instintos más básicos, pero, Jesucristo era un solo un simple mortal y tenía sobre mí a una mujer que parecía haber bajado del mismo olimpo solo para usarme y complacerme a la vez.Y decidiendo que no me importaba nada más que darle lo que quería, me aferré a su cintura y ala ayudé a moverse sobre mi tieso miembro para que buscara su propio pla
Liana ClintonLas manos de Liam me sostenían de la cintura con determinación mientras me giraba en su regazo lentamente. Su mirada se enfocó directamente en mis labios cuando los lamí con cuidado y aunque su miembro semi erecto estaba presionando contra mis nalgas, no me sentía tan nerviosa como en un principio.Había hablado de follarme lento, a mi ritmo. Y eso aumentó mi ritmo cardíaco en cuestión de segundos. Y tenía miedo de que si me acercaba lo suficiente él podría escuchar los desenfrenados latido de mi corazón.Mi mano se elevo hacia su rostro y él se inclinó hacia mi palma suspirando suavemente mientras una de sus manos continuaba masajeándome el cabello tras haber desecho el moño que me había mantenido con un poco de dolor de cabeza.—Estaremos tres días en una isla desierta solo para nosotros, Liana. Y soy un hombre con más paciencia de lo que crees, viviremos juntos, puedo esperar el tiempo que haga falta. Ambos estuvimos de acuerdo en empujar nuestros muros, pero eso no q