Liana Clinton
Aun no podía asimilarlo del todo.
Mi cabeza continuaba dándole vueltas a sus palabras mientras él me miraba atentamente, tal vez dándome tiempo a que mi cerebro procesara su petición, sus palabras, su oferta.
—Entiendo que es algo complicado de asimilar —hizo una pausa al ver que mis labios se entreabrían, pero no salió nada de ellos —pero necesito alguien en quien confíe para esto y tú eres probablemente la persona en la que más confío después de Christian. Has sido mi secretaria durante nueve meses demostrando que eres de fiar y si aceptas esto realmente te beneficiará a ti.
Continué en silencio mientras mi cabeza recreaba la cantidad de dinero una y otra vez. Medio millón de dólares era una suma increíblemente grande. Podría hacer tantas cosas con ese dinero y una de ellas era sacar a mamá de su miseria, devolverle la vida de alguna forma.
—¿Qué conllevaría el casarnos? —pregunté al fin.
Había costado recuperar mis palabras, pero agradecí que mi mente formulara una pregunta adecuada y no solo terminara balbuceando.
—Todo lo que conlleva un matrimonio —mis ojos se abrieron un poco más de lo que ya estaban y él entendió mi preocupación —pero frente al público, cuando nadie más este mirando seremos solo tú y yo siendo como normalmente actuamos.
—Se refiere a usted refunfuñando sin sentido y yo soportándolo ¿no? —las palabras salieron sin que pudiera detenerlas y casi me reviento la cabeza contra el escritorio por tener que hablar justo ahora a cerca de esto.
—Se refiere a ti lanzándome dagas imaginarias sin sentido y yo teniendo que ignorarlas para no tener que despedirte.
Casi me rio de su respuesta, pero estaba demasiado nerviosa como para lograr dejarla salir.
—Básicamente seremos novios públicos durante un par de semanas declarando que llevábamos nuestra relación en secreto durante varios meses. Formalizamos nuestra relación al yo pedirte matrimonio en cualquier restaurante que tenga visibilidad y nos casamos una semana antes de que falten solo seis meses para que se venza el testamento.
—¿Y luego de que nos casemos? —sabía la respuesta, era clara, pero necesitaba realmente escucharla.
—Viviremos juntos, Liana. No tendremos intimidad —aseguró —aunque no me molestaría en lo absoluto si te ofreces —su sonrisa maliciosa cruzó sus labios y me pregunté si el hombre que tenía delante era el mismo que me ladraba órdenes cada día de mi vida.
—No, gracias, estoy bien así —su sonrisa se hizo más grande y por un segundo creí que se reiría.
Aparentemente ahora le parecía divertida.
—Seguirás trabajando como mi secretaria, el que te mantengas cerca dará pie a que nuestra relación es verdadera, nos verán juntos durante mucho tiempo y bueno, tendrás que adaptarte a mi vida en cuanto te mudes conmigo.
Él esperó largos segundos mientras yo mantenía mi boca cerrada mirando hacia la mesa, hasta que me di cuenta de que esperaba por mí.
—¿Espera que le responda ahora? —cuestioné algo incrédula y él ladeó la cabeza de un lado a otro pensándoselo.
—Puedes pensarlo.
Asentí varias veces y me levanté de mi lugar sintiendo que las piernas me temblaban levemente.
—Volveré a mis pendientes.
Mi voz fue a penas un susurro y mientras me daba la vuelta y salía de la oficina sentí su mirada en la espalda durante todo ese tiempo.
Ciertamente tenía demasiadas cosas que pensar, pero no quería tomar una decisión a la ligera solo porque la desesperación me estaba recorriendo. Y algo en todo esto me dio un mal sentimiento en el estómago.
Justo ahora que necesitaba una oferta como esta él caía del cielo como si hubiese estado esperando este momento durante mucho tiempo. Era como si todo hubiese sido planeado.
Era algo improbable, dado que apenas hace poco tiempo mamá fue diagnosticada, pero igual la sensación se asentó mi estómago sin estar dispuesta a liberarme.
Al llegar a mi escritorio me desparramé sobre él y busqué mi teléfono celular para marcarle a mamá.
Después de la última vez que tuvo que visitar el hospital me he preocupado por llamarla varias veces al día mientras mi hermana no estaba, para asegurarme de que todo andaba bien.
El alivio me recorrió cuando contesto y me hundí un poco más al escuchar su voz del otro lado de la línea.
—Hola, cariño —saludó suavemente.
—Hola, mamá ¿cómo has estado hoy?
Si bien la había visto en la mañana se sentía como si hubiese pasado mucho tiempo. No quería imaginar que era poco el tiempo que me quedaba con ella, por eso, me estaba esforzando en solucionar el problema del dinero y ahora parecía que la solución la tenía en la palma de mi mano.
—He estado bien cariño, pero te escucho un poco apagada —yo suspiré sabiendo que esta mujer me conocía más que yo misma, pero nunca me sentí mal por ello. Casi siempre agradecía el tenerla como madre.
—Te haré una pregunta y necesito que respondas con toda sinceridad.
—Está bien.
—¿Si hubieses tenido la oportunidad de salvar a papá, sin importar a qué costo, lo hubieses hecho?
El silencio se extendió por la línea y la respiración de mamá se hizo un poco más pesada.
—Lo hubiese hecho sin dudar ni un solo segundo.
Y esa fueron las únicas palabras que necesité para saber que nada de lo que hiciera para salvarla estaría mal. Era mi madre, sangre de mi sangre. Una mujer que podría tener una vida por delante si solucionáramos su problema de salud.
—Que tengas buen día, mamá, y llama si necesitas cualquier cosa.
Colgué la llamada sin esperar alguna pregunta de su parte y decidí que esperaría la respuesta de los bancos, sino lo lograba, el señor Flesher sería mi única opción.
Y si me lo preguntaban, un matrimonio no sonaba tan descabellado cuando seria él quien me besaría en público y me sostendría de la mano, aunque en privado regresara a ser ese ogro que solo grita órdenes.
Liam FlesherLa llamada de Christina me sacó de mi estado de concentración mientras analizaba mis próximos movimientos en una de mis empresas.Con el ceño fruncido tomé el teléfono y lo coloqué en altavoz para seguir repasando ciertas cosas mientras lo escuchaba hablar de cualquier cosa que necesitaba.—Resulta que le aprobaron uno de los préstamos a tu pequeña avecilla —casi por inercia mis movimientos se detuvieron y me concentración se enfocó en la voz de Christian y lo que estaba diciendo —eso nos deja en desventaja, ya que no te necesita para saldar sus deudas y por lo renuente que parece a contestarte supongo que esto es lo que esperaba, que otra puerta se abriera para no tener que elegirte.—Entonces no la voy a forzar a elegirme, Christian —contesté simplemente. Aunque aquella respuesta me dio un mal sabor de boca. Ya me había imaginado como sería vivir con la avecilla bajo un mismo techo.Me pregunté si su temperamento saldría a relucir o seguiría apagando el fuego que veía e
Liana ClintonMe habían rechazado todos los prestamos alegando que no tenía crédito suficiente para solicitar algo de esa magnitud. Y que, aunque pagara mis impuestos y mis servicios a tiempo, no era suficiente para aceptar darme un prestamos de aquella cifra.¿Lo peor? Los bancos llamaron simultáneamente pidiéndome que considerara la cantidad y que aceptara un prestamos de más bajo nivel. Pero uno de más bajo nivel solo me endeudaría sin sentido y no me serviría para completar el dinero que yo requería.Y aunque la solución estaba en mi mano, estaba demasiado renuente a aceptarlo.Siempre creí que cuando me casara lo haría por amor, siempre creí que lloraría por el hombre con el que me encontraría en el altar teniendo que utilizar maquillaje a prueba de lágrimas desbordantes.Pero ahora la primera vez que me casa sería por dinero y con un contrato de por medio para mantener la fachada de esposa perfecta y tener mis quejas en silencio.¿Tendría que soportar ver al señor Flesher liarse
Liana ClintonCuando estuvo listo el señor Flesher, se detuvo junto a mí y sonrió pausadamente al ver que me había arreglado el cabello amarrándolo en un moño suelto en la base de mi nuca, ya que peinarlo no era una opción en estos momentos.—Estás más presentable —atinó a decir y la verdad es que prefería cuando a penas se fijaba en mí.Ahora se siente incómodo estar en su punto de mira a cada nada.—Tiene una reunión en media hora, será mejor que se apure.Sin esperar su respuesta comencé a caminar hacia la puerta con su traje sucio en una bolsa, su mochila de deporte en la otra y mi bolsa colgando de mi hombro mientras malabareaba para no caerme. Él sin embargo iba con su teléfono móvil en mano, probablemente revisando los puntos a tratar en la cena de esta noche.Y no me quejaba, ciertamente este era mi trabajo. Hacerle la vida más fácil para que él pudiera enfocarse en las cosas importantes.Pero eso no quería decir que estaba contenta de recibir su lado grosero a cada nada.Una
Cuando el autobús se detuvo en la parada más ceca de casa tuve que caminar solo un par de cuadras hasta que la fachada de la bonita casa rosa estuvo a la vista. Mamá siempre soñó con tener una de esas casas de vecindario con valla blanca, jardín de flores delantero, un solo piso y colores pasteles decorando las paredes. Y papá se lo regaló, mucho antes de morir y aunque murió demasiado rápido, al menos disfrutaron este lugar durante muchos años. Recordar aquellas cosas hacían que mi pecho se apretujara, pero estaba agradecida con el tiempo que lo había tenido, no pude hacer más para salvarlo. Pero con mamá ahora era diferente. Ahora podía hacer mucho más para resolverlo. Esta vez podría hacer algo más que afrontar lo inevitable. Al entrar en casa Adri salió de su habitación en el pasillo y me sonrió levemente. Sus ojos estaban algo enrojecidos y sabía que debió haber estado llorando. Le di una suave sonrisa antes de caminar hacia la cocina en dónde escuchaba a mamá probablemente l
Liana ClintonDespertarme fue un martirio cuando fue difícil conciliar el sueño durante toda la noche.Fue poco lo que logré dormir y así como llegó la hora de dormir, así de rápido pasó.Fue difícil levantarme de cama y tomar una larga ducha para poder despertarme. Lo siguiente fue buscar la ropa adecuada para el día y termine eligiendo un traje de color crema oscuro y zapatos cerrados negros sin tacón.Peiné mi cabello suelto con sus ondas naturales bien pronunciadas y solo tuve que ponerme labial y moverme hacia la cocina con mi bolso ya en mano.Al entrar noté que mamá estaba despierta y Adri estaba junto a ella, ambas con pijamas mirando por la ventana.—¿Qué hacen despiertas tan temprano? —cuestioné sobresaltándolas a ambas.—Hay un auto afuera —explicó Adri —el chofer está afuera como si esperara a alguien de aquí.Con curiosidad me moví entre ambas encontrándome con el chofer de señor Flesher fuera de mi casa.—Es el chofer de mi jefe —expliqué llanamente mientras dejaba besos
Liam FlesherA penas habían pasado dos días desde que Liana firmó el contrato. Todo seguía casi igual entre nosotros, si ignorábamos que habíamos salido a cenar juntos sin ningún socio posible en la ecuación, lo que era claro que lo hacíamos por ocio y no por compromiso.No nos habíamos vuelto a besar, pero en internet vagaban las imágenes que se habían capturado en el video que se tomó en el gimnasio.Por supuesto sabía que estaban grabando, pero me importó muy poco hacerlo sabiendo que recorrerían toda la ciudad y el país en cuestión de días.Y aunque ningún reportero había llamado a mi puerta considerando que eso había sido un beso de amigos, sabía que después de esta noche todo el mundo estaría enterado de que Liana estaba conmigo.No me desagradaba la idea en lo absoluto, pero según lo que había visto la mujer solo tenía cuatro conjuntos laborales y nunca la había visto en ropa que fuera de trabajo. Por eso me estaba tomando la molestia de elegir varios vestuarios en una tienda e
Liana ClintonEran las tres de la tarde cuando llamaron a mi puerta. Adri estaba en su habitación mientras que mamá y yo estábamos en la sala tejiendo para que ella se entretuviera. Así que fui yo quien se levantó y fue a la puerta para ver quien era.Al abrirla me encontré con Michael, el chofer y tenía en sus manos muchas bolsas de alguna tienda de marca que no reconocía y una nota entre sus dedos. Me hice a un lado sin saber que más hacer y lo vi pasar para dejar las bolsas en la sala antes de volver a acercarse de nuevo a mí.—Buenas tardes, señorita. Lamento venir sin avisar, pero el señor solo me pidió recoger estas cosas hace un momento y traérselas, también le envió esta nota.Pasaré por ti en la noche, iremos a un club. Sé puntual. Sabía que no la había escrito él, pero las palabras sabía que provenían de él, pues era exactamente lo que él diría si tuviera que escribirla por sí mismo.Michael entró un par de veces más terminando de descargar las bolsas y Adri ya se encontrab
Eran las ocho con treinta cuando Liam pasó por mí. El auto que se detuvo frente a mi asa no era el que lo había visto usar para ir a la compañía. Este parecía ser un modelo más lujoso y sofisticado en color gris.Cuando se detuvo frente a mi puerta y tocó, ya mamá y Adri estaban frente a ella mientras yo retocaba el labial tras haberme cepillado los dientes.Adri había cumplido cada una de sus palabras y ahora mi piel brillaba no solo por la hidratación, sino también por el brillo que había colocado en mi piel junto con la crema corporal. Mi cabello estaba perfectamente lacio y mis ojos maquillados suavemente, mientras mis pies estaban sobre unos tacones no muy altos con tiras delgadas que se enredaban en toda mi pantorrilla y para rematar el asesino vestido que no me permitió colocarme ropa interior ya que se vería.No me sentía incómoda, lejos de eso me sentía demasiado bonita y sofisticada. Algo que realmente nunca había sentido.Al detenerme detrás de mamá y mi hermana las escuché