Harry Green, a sus treinta y cinco años, se ha encargado del negocio familiar; estar al frente del gran “centro comercial West Edmonton Mall”, su vida de soltero es la buena vida para el galán más codiciado de la familia Green, sin embargo, no se dice lo mismo de la familia, ya que piensa que el hombre que lo tiene todo puede que tenga unos gustos raros como “amar a uno de su mismo sexo”, pero todo son suposiciones porque a nadie le consta cuál es el pasatiempo de Harry después de un arduo día de trabajo.Detrás del perfil serio del imponente Harry hay una gran debilidad que nadie lo sabe, ya que durante años se ha encargado de su vida íntima en secreto porque dice que no se puede mezclar el agua con el aceite. Su personalidad egocéntrica, fría y responsable es y será ante la sociedad el respeto es uno de sus atributos porque, mientras que por las noches, su lado atrevido y oscuro sale a relucir cuando una de las empleadas del centro comercial es la que descubre el gran secreto de su
Ahora que estoy a unos metros de este hombre, me he quedado deslumbrada al ver lo atractivo y alto que es. Sin duda me quedo corta al describir el traje elegante que lleva puesto y esos brillantes ojos azules que me observan atentamente.Dios, necesito un momento para permitir que mi respiración vuelva a la normalidad porque este hombre me está robando todo mi aliento.—Gracias —masculla con voz ronca—, no se hubiera molestado, pero ahora que lo hizo quiero agradecerle.Le doy la mano temblorosa, nos saludamos y cuando nuestros dedos se tocan, siento un extraño y excitante escalofrío que recorre todo mi cuerpo.¡Este hombre tiene que ser mío! Ja, solo en mis sueños.Tengo que recordar que el hombre es dueño de un enorme centro comercial y jamás desearía estar con una mujer que gana lo básico.—Mucho gusto, señor Green —me sonrojo y lo único que quiero es lanzármele a sus labios, quiero saber de lo que él es capaz, me urge sentirlo.—Alexa… ¡Tienes que entrar ahora! —me sobresalto al e
—Alexis, no puedes darme un momento, estaba… —no termino de hablar cuando veo a mi jefa con los brazos cruzados tras llevar su mirada lasciva de arriba hacia abajo, trago horrible—. Hola, jefa—mis palabras salen en un hilo de voz, bajo la mirada porque la hija de su madre me intimida y no puedo con la suya, tampoco quiero desafiarla.—Te mandé… Ash, me tienes cansada, no puedo contigo, así que te necesito en el puesto de clientes pesados —alzo la mirada al escuchar eso, significa que me perdonara porque me ha sorprendido en los cubículos de los baños—, pero eso es para ayer Alexa, no quiero que te quedes viendo.No espero que ella espere mi respuesta cuando ya estoy asintiendo, y antes de salir corriendo le doy una última mirada a mi amigo, el pobre no tiene nada que decir, hizo lo posible por ayudarme, aunque pensándolo bien, la jefa no me ha dado el castigo que ella cree que debo tener, siento que hasta me ha premiado.Me voy, dejo a mi jefa con mi amigo porque si ella me ha venido
—No, no exageres, verás que ahí te irá de lo mejor y sin contar que no se trabajan los fines de semana, eso es bueno para ti.Eso es nuevo, será posible que todo sea diferente, que no es nada de lo que se comenta de ellos.—Una pregunta, no quiero ser agobiante ni nada por el estilo, pero si me urge saber qué es lo que vieron en mí, no es que me crea especial, pero tengo entendido que para ser call center tienes que tener experiencia o un título que te respalde.—Son nuevas oportunidades, y no creas que el jefe no ha visto tu expediente, una parte de lo que dices es cierto y por eso te queremos en nuestro equipo, eres la ideal para ese puesto.Quiero creerle, pero se me hace difícil.—Gracias por la oportunidad, solo espero que no me despidan por no tener la experiencia que ustedes buscan.Bueno, ya le advertí, soy linda y todo, pero también tengo mis errores.—No hay de qué, y para que veas que soy buena te daré la bienvenida pidiéndote que contestes tu móvil, desde aquí puedo escuch
—Sí, y disculpé, pero quiero cerrar el tema con lo del consejo de que siempre preguntaría la edad, siempre me aseguro de que mis consejos sean con personas que tienen experiencia con el tema, solteras o casadas que quieren luchar por su matrimonio.Intento cerrar ese tema, no quiero que piense que puedo meter a la empresa en problemas por un consejo del que no ayudaría, sino que perjudicaría.—Por lo que veo no necesitas asesoramiento y quiero ofrecerte que trabajas por un tiempo en el área de atención al cliente, y mientras tanto puedo asegurarme si eres la indicada para el puesto de asesora —me quedo perpleja por la enorme propuesta, trago horrible y sin duda me quedó sin aliento, sus palabras son sinceras, sus ojos azules me demuestran que no me está mintiendo, pero es inevitable dudar de lo que me dice.¿Por qué yo? Porque soy una de las mejores vendedoras de la tienda o porque tengo el carisma para llegar a las mujeres, ya que no creo que todo esto sea porque tengo una bonita son
—Nena, tenemos que organizarnos, salir un poco y hablar de cómo nos veremos, y todo porque la bruja se ha salido con la suya, sin embargo, no sabe que se ha perdido a una… —Shhh… No te menosprecies, eres buena y ella ni notará que me fui —lo interrumpo poniéndome de pie, para luego volverme a sentar y dejar caer la cabeza sobre el escritorio—, el problema está en que nuestros horarios son diferentes y puede que solo los domingos nos podamos ver.Dispuesta a ver el otro lado de la moneda, alzo la mirada y antes de todo empiezo a limpiar porque se aproxima el tiempo en el que el grupo de mujeres empiezan a trabajar.—Me tengo que ir, mi tiempo se ha acabado y esa perra es capaz de mandarme aquí, lo malo de eso es que en esta área no soy bueno —dice tras levantarse, y comienza a ayudarme a levantar el resto de las cosas que tenemos regado sobre mi escritorio.El café me ha gustado, lo malo fue la ensalada, ya que eso no me llenará. Ash, él sabe que no soy de esas chicas que se desviven p
—Me debes de decir quién es la persona que nos ha invitado, ¡tengo que agradecer! —agarro el brazo de mi amigo, y en un grito le digo lo que mi alma siente.—Bienvenidas… —me sorprendo al ver que una chica aparece de la nada.—Gracias —dije con voz temblorosa.—Alexis, te has equivocado, no veo que ella sea la indicada para estar aquí —me quedo helada al escuchar a la mujer desconocida, ahora me tomo el atrevimiento de verla de arriba hacia abajo, ¿quién le da el derecho de juzgarme y decir si debo o no estar aquí?“Obvio, es la que paga la entrada”.Maldita sea, eso me pasa por…—¿En serio? —pregunto con tono burlón—... Alexis, ella nos ha invitado, si es así hay que agradecerle, pero sino…—Shhh… Alexa, ella es Rosalía y lo que quiso decir es que podemos tomar nuestro lugar, sí, es ese —se interpone entre las dos, eso porque él sabe que no tenía pensado quedarme con los brazos cruzados.Ja, ¿ella es Rosalía? Esa mujer es un insulto para la verdadera Rosalía, no debería de llamarse a
—Oye, ¿dónde vas? —de la nada mi amigo aparece frente a mis ojos, me relajo por ello.—Quiero ir al tocador, ¿puedo? —lo último sonó demasiado tosco, y él sabía el motivo de mi comportamiento.Falta de sexo…—No se preocupe, yo la acompañaré —¡madre mía! ¿Está detrás de mí? Cierro mis ojos y maldigo por dentro, ¡no entiende que estoy huyendo de él porque la fiera que tengo dentro se lo quiere comer!—. Vamos, su amigo la puede esperar en el lugar donde estamos o esperar aquí.—Sí, a ella le gustará su compañía —dice con un tono de humor.Maldito, como se atreve a delatarme.Asiento, y con una pequeña sonrisa le digo que será un tremendo placer si me acompaña.El papucho me dice que debemos entrar por el pasillo que se encuentra detrás de la barra, que ahí nos pueden dar el acceso que necesito para entrar al tocador.¡Madre mía! Siento un vuelco en mi corazón, mi estómago se retuerce hasta el punto de sentir mariposas intentando salir.Doy un paso hacia delante y avanzo, él lleva el rit