Harry Green, a sus treinta y cinco años, se ha encargado del negocio familiar; estar al frente del gran “centro comercial West Edmonton Mall”, su vida de soltero es la buena vida para el galán más codiciado de la familia Green, sin embargo, no se dice lo mismo de la familia, ya que piensa que el hombre que lo tiene todo puede que tenga unos gustos raros como “amar a uno de su mismo sexo”, pero todo son suposiciones porque a nadie le consta cuál es el pasatiempo de Harry después de un arduo día de trabajo.
Detrás del perfil serio del imponente Harry hay una gran debilidad que nadie lo sabe, ya que durante años se ha encargado de su vida íntima en secreto porque dice que no se puede mezclar el agua con el aceite. Su personalidad egocéntrica, fría y responsable es y será ante la sociedad el respeto es uno de sus atributos porque, mientras que por las noches, su lado atrevido y oscuro sale a relucir cuando una de las empleadas del centro comercial es la que descubre el gran secreto de su jefe. Alexandra Morin es la chica que hace enloquecer al inquebrantable Harry Green, en el preciso instante que ella entra como nuevo usuario de la app “Placeres ocultos”. El trabajo principal de Alexa es ser vendedora de una de las tiendas del centro comercial y su segundo trabajo es recibir llamadas de los clientes que necesitan una voz celestial que los haga volar y olvidar toda su triste realidad. La app “Placeres ocultos” es una plataforma de suscripción por contenido sexual exclusivo y explícito, solo para mayores de +18. Los clientes VIP de la app no tienen límite y menos restricciones. Para Alexandra ser parte de la app es un nuevo ingreso demasiado jugoso, ya que de eso ella podrá pagar la estadía de la casa que siempre ha soñado, llevándose a conseguir a su tía con engaños, aunque su tía no se cree el cuento que ella está pagando una mensualidad para vivir en una enorme mansión teniendo el salario de vendedora. El objetivo de Alexandra es generar mucho dinero para no tener que buscar otro camino que haga lograr lo que ella tiene ahora porque el salario de vendedora no le ajusta ni para pagar una factura de electricidad. Ella dice que la belleza cuesta de la misma forma que cuesta mantener una vida rodeada de lujos. Alexandra cierra los ojos cada vez que recibe una llamada de su iPhone con funda rosada y figuras de corazones para poderse imaginar que la persona que está al otro lado de la llamada sea un hombre grande; robusto, con unos grandes bíceps, y ser ella transportándose a donde está él para acercarse, tocando con sus manos la espalda ancha hasta llegar a sus brazos duros y fuertes, logrando que aquella cálida sensación provocará que su cuerpo reaccione. La imaginación de la chica crecía y crecía al no escuchar la verdadera voz de la persona que pide a gritos placer y mimo, ya que la mayoría de los clientes prefieren ocultar su voz verdadera y su información personal. La chica era tan audaz que hacía que los hombres se enloquecieran con su imaginación perversa, provocando que ambos se conectaran. El horario fijo de las llamadas era nocturno, pero todo eso cambió hasta que ella llegó a oídos de unos de los clientes VIP. Ella llegó a estar en recomendados de parte de la plataforma y lo último fue que todo estallara cuando la chica apareció en best seller, el hombre no resistió y no dudó ni un segundo para marcar el número de la “chica fresa”… Ese es el seudónimo de Alexandra Morin, tanto ella como cualquiera dentro de la aplicación no se llegó a imaginar que una chica nueva podría ser la sensación de los hombres. Harry interactúa con la chica fresa por llamada y lo primero que él le propone es hacer un juego en el que ambos tendrán que actuar e improvisar. El hombre es exigente, pero la chica no se queda atrás, ya que lo primero que dice en su lista es no darse cuenta por vencida. Ella inspiró hondo al escuchar la petición de aquel cliente desconocido, para luego imaginarse nuevamente al hombre de sus fantasías, recreando junto con el cliente un ambiente candente, fogoso y excitante. Para Alexandra no fue difícil adivinar los gustos del cliente, se desenvolvió bien y le dio lo que el hombre buscaba; atención, mimo, sensualidad, escena erótica y tener una imaginación sucia como la de él. La llamada apareció tres horas y al terminar él le dice que promete ser unos de los clientes de su lista, pero le dejó en claro que no es de los clientes que tiene hora fija, ya que siendo cliente VIP, tiene el derecho de llamar cuando deseo + +Alexandra+ + Como todas las mañanas salgo de mi nuevo hogar, esa enorme casa en la que me gusta vivir para toda mi vida, desde que tengo todo lo que quiero, no deseo volver a ver hacia atrás porque me importa lo que tengo y lo que hay frente de mis ojos. Me subo a mi moto y antes de ponerme en marcha le doy una última mirada a mi casa, sí, se escucha bonito decir ¡mi casa! Me coloco el casco y antes que se me haga tarde le digo a mi niña que podemos irnos, “Ducati”; es la moto de mis sueños y se ha logrado con mucho esfuerzo, no es que esté vendiendo mi cuerpo, aunque me lo han ofrecido, pero no, porque él aceptó dar placer por medio de la app. Llevo varios meses trabajando con la app, a través de ella he obtenido; una gran casa, comida, ropa y esta gran moto… Para todas las personas que viven en este residencial de 73 Westbrook, deben imaginarse que esta chica es millonaria, es mejor que lo piensen así porque no me conviene que nadie sepa que mi segundo trabajo es dar placer para aquellos hombres y mujeres que necesitan un rato para disfrutar del placer y la fantasía. Lo bueno de vivir aquí y de tener moto es que mi trabajo solo está a diez minutos, sí, tengo todo lo que antes deseaba y si sigo trabajando donde estoy es porque es una simple fachada, ya la vez no quiero dejar a mi amigo solo. Mi amigo Alexis es un tanto especial, por lo que no le gusta socializar con nadie, dado que la sociedad ha sido excesivamente cruel con el tema que a él le gustan los de su mismo sexo; sus padres lo despojaron de todo, hasta de su casa por el simple hecho de que no le gustan las mujeres y de no aceptar un matrimonio al que no quería. Antes que él se acercará a mí y de confesarme lo que sus padres hicieron. Yo era una que se lo quería comer enterito, pero al decirme sus gustos todo mi pensar se desvaneció porque al chico no le gusta el pan, por unos minutos duré en shock para decir que no se preocupara, que tiene un trabajo del cual se puede independizar, no es que ser cajero y vendedor gane lo suficiente para tener todo lo que tenía, pero todo es un comienzo. Mi amigo ha perdido una familia entera, pero ha ganado una amiga incondicional y si me pide vivir conmigo estoy dispuesta a darle una habitación, es que no se merece vivir en la calle, aunque él me ha dicho que ha alquilado una habitación compartida. Ambos parecen un par de hermanos porque de Alexandra u Alexis, no hay mucha diferencia, creo que por eso conectamos. *** Estacioné la moto y me apresuré para entrar al centro comercial, ¡ya es tarde!, lo peor es que mi móvil no ha dejado de sonar y no puedo contestar porque me tengo que apresurar. Espera… Espera… Espera Alexandra, ese que sale de ese auto BMW, es más ni menos que el jefe, “el dueño de todo lo que mis ojos ven”. Hmmm, qué hombre tan guapo, como me gustaría ser la mujer de sus sueños, fantasías o hasta la novia. ¡Por Dios! Me vuelve loca ver a ese hombre, quiero correr hacia él con la intención de decirle que puedo cumplir sus sueños y hacerlos realidad, aunque está el riesgo que me humille diciéndome que no soy de su tipo por el simple hecho que soy una simple vendedora de ropa interior ya la vez de juguetes exóticos. Cierra la puerta de su auto y sin esperarlo, menos planearlo, se le caen unas bolsas que llevaba en sus manos. ¿No sería nada malo que fuera a ayudar? Tengo que armarme de valor para ayudar a ese espécimen de hombre. ¡Madre mía! ¡Qué guapo es! —¿Se encuentra bien, señorita? ¿Qué? ¿Me lo dice a mí? Solo he venido a ayudar con las bolsas que se le cayeron. No negaré que me apresuré, que vine corriendo hacia él y no a mi trabajo, (donde está seguro que me pueden despedir.) —Creo que necesita ayuda —termino de recoger el par de bolsas que se le cayeron—, no me molesta, señor —me levanto con dificultad, ¡pesan demasiado! Dios, todo apunta que dentro de esas bolsas hay libros, ya que pesan como piedras.Ahora que estoy a unos metros de este hombre, me he quedado deslumbrada al ver lo atractivo y alto que es. Sin duda me quedo corta al describir el traje elegante que lleva puesto y esos brillantes ojos azules que me observan atentamente.Dios, necesito un momento para permitir que mi respiración vuelva a la normalidad porque este hombre me está robando todo mi aliento.—Gracias —masculla con voz ronca—, no se hubiera molestado, pero ahora que lo hizo quiero agradecerle.Le doy la mano temblorosa, nos saludamos y cuando nuestros dedos se tocan, siento un extraño y excitante escalofrío que recorre todo mi cuerpo.¡Este hombre tiene que ser mío! Ja, solo en mis sueños.Tengo que recordar que el hombre es dueño de un enorme centro comercial y jamás desearía estar con una mujer que gana lo básico.—Mucho gusto, señor Green —me sonrojo y lo único que quiero es lanzármele a sus labios, quiero saber de lo que él es capaz, me urge sentirlo.—Alexa… ¡Tienes que entrar ahora! —me sobresalto al e
—Alexis, no puedes darme un momento, estaba… —no termino de hablar cuando veo a mi jefa con los brazos cruzados tras llevar su mirada lasciva de arriba hacia abajo, trago horrible—. Hola, jefa—mis palabras salen en un hilo de voz, bajo la mirada porque la hija de su madre me intimida y no puedo con la suya, tampoco quiero desafiarla.—Te mandé… Ash, me tienes cansada, no puedo contigo, así que te necesito en el puesto de clientes pesados —alzo la mirada al escuchar eso, significa que me perdonara porque me ha sorprendido en los cubículos de los baños—, pero eso es para ayer Alexa, no quiero que te quedes viendo.No espero que ella espere mi respuesta cuando ya estoy asintiendo, y antes de salir corriendo le doy una última mirada a mi amigo, el pobre no tiene nada que decir, hizo lo posible por ayudarme, aunque pensándolo bien, la jefa no me ha dado el castigo que ella cree que debo tener, siento que hasta me ha premiado.Me voy, dejo a mi jefa con mi amigo porque si ella me ha venido
—No, no exageres, verás que ahí te irá de lo mejor y sin contar que no se trabajan los fines de semana, eso es bueno para ti.Eso es nuevo, será posible que todo sea diferente, que no es nada de lo que se comenta de ellos.—Una pregunta, no quiero ser agobiante ni nada por el estilo, pero si me urge saber qué es lo que vieron en mí, no es que me crea especial, pero tengo entendido que para ser call center tienes que tener experiencia o un título que te respalde.—Son nuevas oportunidades, y no creas que el jefe no ha visto tu expediente, una parte de lo que dices es cierto y por eso te queremos en nuestro equipo, eres la ideal para ese puesto.Quiero creerle, pero se me hace difícil.—Gracias por la oportunidad, solo espero que no me despidan por no tener la experiencia que ustedes buscan.Bueno, ya le advertí, soy linda y todo, pero también tengo mis errores.—No hay de qué, y para que veas que soy buena te daré la bienvenida pidiéndote que contestes tu móvil, desde aquí puedo escuch
—Sí, y disculpé, pero quiero cerrar el tema con lo del consejo de que siempre preguntaría la edad, siempre me aseguro de que mis consejos sean con personas que tienen experiencia con el tema, solteras o casadas que quieren luchar por su matrimonio.Intento cerrar ese tema, no quiero que piense que puedo meter a la empresa en problemas por un consejo del que no ayudaría, sino que perjudicaría.—Por lo que veo no necesitas asesoramiento y quiero ofrecerte que trabajas por un tiempo en el área de atención al cliente, y mientras tanto puedo asegurarme si eres la indicada para el puesto de asesora —me quedo perpleja por la enorme propuesta, trago horrible y sin duda me quedó sin aliento, sus palabras son sinceras, sus ojos azules me demuestran que no me está mintiendo, pero es inevitable dudar de lo que me dice.¿Por qué yo? Porque soy una de las mejores vendedoras de la tienda o porque tengo el carisma para llegar a las mujeres, ya que no creo que todo esto sea porque tengo una bonita son
—Nena, tenemos que organizarnos, salir un poco y hablar de cómo nos veremos, y todo porque la bruja se ha salido con la suya, sin embargo, no sabe que se ha perdido a una… —Shhh… No te menosprecies, eres buena y ella ni notará que me fui —lo interrumpo poniéndome de pie, para luego volverme a sentar y dejar caer la cabeza sobre el escritorio—, el problema está en que nuestros horarios son diferentes y puede que solo los domingos nos podamos ver.Dispuesta a ver el otro lado de la moneda, alzo la mirada y antes de todo empiezo a limpiar porque se aproxima el tiempo en el que el grupo de mujeres empiezan a trabajar.—Me tengo que ir, mi tiempo se ha acabado y esa perra es capaz de mandarme aquí, lo malo de eso es que en esta área no soy bueno —dice tras levantarse, y comienza a ayudarme a levantar el resto de las cosas que tenemos regado sobre mi escritorio.El café me ha gustado, lo malo fue la ensalada, ya que eso no me llenará. Ash, él sabe que no soy de esas chicas que se desviven p
—Me debes de decir quién es la persona que nos ha invitado, ¡tengo que agradecer! —agarro el brazo de mi amigo, y en un grito le digo lo que mi alma siente.—Bienvenidas… —me sorprendo al ver que una chica aparece de la nada.—Gracias —dije con voz temblorosa.—Alexis, te has equivocado, no veo que ella sea la indicada para estar aquí —me quedo helada al escuchar a la mujer desconocida, ahora me tomo el atrevimiento de verla de arriba hacia abajo, ¿quién le da el derecho de juzgarme y decir si debo o no estar aquí?“Obvio, es la que paga la entrada”.Maldita sea, eso me pasa por…—¿En serio? —pregunto con tono burlón—... Alexis, ella nos ha invitado, si es así hay que agradecerle, pero sino…—Shhh… Alexa, ella es Rosalía y lo que quiso decir es que podemos tomar nuestro lugar, sí, es ese —se interpone entre las dos, eso porque él sabe que no tenía pensado quedarme con los brazos cruzados.Ja, ¿ella es Rosalía? Esa mujer es un insulto para la verdadera Rosalía, no debería de llamarse a
—Oye, ¿dónde vas? —de la nada mi amigo aparece frente a mis ojos, me relajo por ello.—Quiero ir al tocador, ¿puedo? —lo último sonó demasiado tosco, y él sabía el motivo de mi comportamiento.Falta de sexo…—No se preocupe, yo la acompañaré —¡madre mía! ¿Está detrás de mí? Cierro mis ojos y maldigo por dentro, ¡no entiende que estoy huyendo de él porque la fiera que tengo dentro se lo quiere comer!—. Vamos, su amigo la puede esperar en el lugar donde estamos o esperar aquí.—Sí, a ella le gustará su compañía —dice con un tono de humor.Maldito, como se atreve a delatarme.Asiento, y con una pequeña sonrisa le digo que será un tremendo placer si me acompaña.El papucho me dice que debemos entrar por el pasillo que se encuentra detrás de la barra, que ahí nos pueden dar el acceso que necesito para entrar al tocador.¡Madre mía! Siento un vuelco en mi corazón, mi estómago se retuerce hasta el punto de sentir mariposas intentando salir.Doy un paso hacia delante y avanzo, él lleva el rit
Ah, el cliente, puedo imaginarme lo furioso que se debe encontrar, pero de eso de querer desear que me quede sin trabajo… Eso no se hace.Camino hacia el tocador con la intención de encerrarme ahí y de paso darme el baño de espuma que había planeado.—Papi, tiene mucha razón de quejarse ninguna y protestar, no hay explicación que pueda justificar lo que hice —miento, es obvio que no le puedo decir que fue por mi trabajo del día a día, ese trabajo principal, ya que este es el secundario.—Eso no es todo, te estuve llamando y… —guarda silencio, él sigue furioso, será que pueda controlarlo ya la vez relajarlo—, bueno, te perdonaré si me dices que fue eso tan importante para que colgaras el móvil y de ignorar mis llamadas.Fantástico, esto parece una escena de celos… Me está pidiendo una explicación, esa de la que no debería de darle.—Trabajo, papi, fuera de las llamadas tengo otro trabajo, lamento todo lo que sucedió, no tenía intenciones de ignorarlo —lo escucho, inspirar—, acepto si d