Mala suerte

—Alexis, no puedes darme un momento, estaba… —no termino de hablar cuando veo a mi jefa con los brazos cruzados tras llevar su mirada lasciva de arriba hacia abajo, trago horrible—. Hola, jefa—mis palabras salen en un hilo de voz, bajo la mirada porque la hija de su madre me intimida y no puedo con la suya, tampoco quiero desafiarla.

—Te mandé… Ash, me tienes cansada, no puedo contigo, así que te necesito en el puesto de clientes pesados —alzo la mirada al escuchar eso, significa que me perdonara porque me ha sorprendido en los cubículos de los baños—, pero eso es para ayer Alexa, no quiero que te quedes viendo.

No espero que ella espere mi respuesta cuando ya estoy asintiendo, y antes de salir corriendo le doy una última mirada a mi amigo, el pobre no tiene nada que decir, hizo lo posible por ayudarme, aunque pensándolo bien, la jefa no me ha dado el castigo que ella cree que debo tener, siento que hasta me ha premiado.

Me voy, dejo a mi jefa con mi amigo porque si ella me ha venido a buscar es porque realmente me necesita, una que otra loca quiere que le explique sobre el producto, si es tan bueno como lo dice la presentación. Sutilmente, le diré todo lo que he experimentado, lo bueno de que trabajo aquí es que todos los juguetes sexuales que están disponibles en la plataforma los tengo en mi bolso o en mi habitación.

Ah, m*****a sea, mi móvil está sonando, ¡no puedo contestar porque ahí si me despedirán! Antes de salir de la bodega y disimuladamente pongo en vibrador el móvil, no importa si me provoca un orgasmo, pero de que no contestaré, no lo haré.

Qué lástima que perderé a un nuevo cliente, ese que estaba dispuesto a pagar mucho más de lo que otros no pueden pagar, hmmm… Ese cliente debe tener tanto dinero que no sabe cómo gastarlo o no ha encontrado a la persona que pueda llenar sus expectativas.

Pufff… Por eso estoy yo, puedo darle lo que otras no han logrado.

Pasando esa enorme puerta que me lleva a la gloria, donde siempre debo estar y no limpiando todo el polvo que hay en la bodega.

—Ella es la última chica que está esperando —soy señalada de la chica de administración, esa que tiene vestuario elegante y gris sin gusto—, ven, puedes decirme cómo te llamas.

Madre mía y qué es esto, volteo hacia atrás y la m*****a mujer esboza una enorme sonrisa para luego decirme que administración quiere a una chica que sepa toda la información de los productos, es para contestarle a los clientes que no entienden lo que compran ya la vez evitar una demanda absurda.

—Tu trabajo será atender el teléfono y ser amable con todos los clientes, sí, es una maravilla, deberías de agradecerme por pensar en ti mi amor —ella no deja de mostrar sus enormes dientes de conejo, que me importa si los tiene reluciente, pero de que es una perra con diente de conejo, lo es.

Ella me está mandando al área donde tendré que pasar sentada y con toda la paciencia del mundo me tocará contestar llamadas y explicar una y otra vez de que se trata el maldito artículo que ellas han comprado.

No me gusta ese trabajo porque ahí es el doble de responsabilidad que está y también implica vestirme con ese uniforme gris que solo provocará que mis piernas se mantengan sudadas o las medias me estorbe. ¡Dios, no seas injusto!

—Pensé…

—Puedes irte, desde ahora perteneces a la señorita Pamela y no te preocupes por nosotros, ya que no te extrañaremos.

—Nena, aquí están tus cosas —detrás del cuerpo de ropero de la mujer que tengo frente a mí sale mi amigo con mis cosas.

Él intenta decirme algo, pero la perra de la ex-jefa le dice que vuelva a su lugar de trabajo porque hay mucho que hacer.

Todo esto es una m*****a trampa de ella, no me quiere en su vida, ya me ha quedado claro… Respira profundo, Alexa, no te dejes de esa perra porque ni ella y menos otra merece que te sientas mal, además no sabes si el mejor cliente que tienes se ha ido porque lo ha dejado a medias, no terminaste lo que acabaste.

Calma, no te sueltes a llorar y menos te abalances sobre esa mujer, no arruines la manicura que te ha hecho, no vale la pena.

Me trago la furia que llevo en mi interior, doy media vuelta y tras salir le digo a la señorita de administración que será todo un gusto trabajar en un área en la que podría estar sentada y sobre todo no es como que está limpiando la bodega.

Hago todo lo posible para que mis palabras salgan excesivas, creíbles, necesito que la perra de esta mujer vea a la persona que está dejando ir, solo espero que después de este puesto me consideren y me suban el salario, también que me manden a otra área donde me alaben por lo que soy y del trabajo que puedo desempeñar.

La chica que se llama Pamela me dice que la acompaña porque me están esperando, ya que desde hace tres días se me estaba solicitando, pero la ex-jefa que no quería soltarme.

Esto debe ser un sueño completo, no puedo creer que ellos me hayan elegido para un puesto de mayor responsabilidad, obviamente creer que la vieja de mi ex-jefa me despida, ya que siempre ha sido su sueño.

M*****a, si seré idiota, ella tenía mi remplazo. La estúpida me puso hacer inventario de la mercadería vieja y la nueva, también me estuvo preguntando que son mis tips para que el cliente siempre se lleve algo de la tienda.

Ella me había ofrecido en bandeja de plata, esto no es coincidencia, la perra ya tenía todo calculado y yo como idiota le solté todos mis secretos pensando que era especial. Ah, se burló en mi propia cara.

Guardo silencio, ya que no me queda de otra y antes de perder mi cordura termino de salir de la tienda, pero sin antes decirle a la chica que estoy preparado para la pelea entre mujeres y hombres frustrados que no saben lo que compran.

Juro por mi vida que esa perra me las pagará, necesitará de mí y no haré nada para que consiga todo lo que pudo obtener con los años de experiencia.

No está mala la idea de que estudie sexología, así podría ayudar a muchas personas que no haya que hacer con su vida; todo les parece tan aburrido que la rutina es lo único que pueden hacer.

No…, y por eso muchas buscan de otras personas que le den lo que otras no le quieren dar, no justifica que las mujeres u hombres tienen que ser infieles, na-ah, sin embargo, ambas parejas tienen que dar de su parte, en mí pensar, creo que todo tiene su tiempo, otra cosa es que lo disfracen con las “excusa”.

—Te irá bien en tu nuevo trabajo y antes de enseñarte tienes que presentarte con el jefe, lo lamento corazón, pero es que las demás chicas ya pasaron por la presentación del jefe y… —Ya, ya lo entendí, esa mujer se ha

encargado de que trabaje doble y de que siempre la recuerde donde quiera que vaya.

Espera… Espera… Espera… No le había prestado atención, ella estará hablando del jefe de jefes o solo el jefe de ella. Es que si es la persona en la que estoy pensando significa que me desmayaré.

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