EPÍLOGO
MARTIN

El tiempo no cura todas las heridas, pero nos da la oportunidad de aprender a vivir con ellas. Habían pasado meses desde aquel día en la corte. La sentencia que recibí fue justa, pero lo más importante es que me dio la posibilidad de salir con la cabeza en alto. Sabía que había cometido errores, que había actuado con imprudencia y había puesto en peligro a las personas que amaba, pero también sabía que, al final, todo valía la pena por ellos.

El día de mi liberación llegó mucho más rápido de lo que imaginé. Me despedí de aquellos que, en el reclusorio, se habían convertido en una especie de familia temporal. No todos tenían la suerte que yo tenía de tener alguien esperando al otro lado de los barrotes.

Al salir, lo primero que vi fue a Laura. Se veía hermosa, con su cabello recogido y una sonrisa nerviosa en los labios. Pero lo que realmente me dejó sin aire fue Gabriel en sus brazos. Mi hijo. Tan pequeño y frágil, pero tan fuerte a la vez. Casi no podía creer que, después de ta
Lissandra

HAsta aquí llego esta historia, espero que la hayan disfrutado. Esta historia la escribí hace muchos años, estuvo en borrador en algunos lados y decidi reescribirla. Le tengo mucho cariño, por que es mi primer bebé. PRONTO SUBIRË ALGU NUEVO; HACE MUCHO QUE NO ESCRIBO NOVELAS; ESPERO QUE LAS DISFRUTEN; AL IGUAL QUE ESTA. :)

| Me gusta
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP
capítulo anteriorcapítulo siguiente

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP