Capitulo 110

MARTIN

Me trajeron al hospital, pero estoy detenido, atado a la camilla como un delincuente. El dolor es insoportable. Siento punzadas ardientes en el costado, un latido sordo en la cabeza, y cada respiración me quema los pulmones. Dicen los médicos que estoy muy malherido, pero quizá es la rabia y el dolor por no estar con Laura lo que me mantiene fuerte.

O al menos, lo hacía.

Porque me sedaron.

Y cuando despierto, lo primero que veo es el techo blanco, demasiado brillante, demasiado estéril. Intento moverme, pero el frío del metal me detiene.

Estoy esposado a la cama.

La realidad me golpea como un puño en el estómago.

¿Dónde está Laura?

Giro la cabeza con esfuerzo, con la esperanza absurda de verla en algún lugar de esta maldita habitación. Pero no.

En su lugar, hay un hombre con traje de pie junto a la puerta, mirándome con los brazos cruzados. Alto, delgado, con ojos afilados que escudriñan cada uno de mis movimientos.

—¿Quién eres?

—Soy el agente Kabil, encargado del caso.

Su exp
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