Anna ha sido encerrada para siempre. Solo su familia conoce el secreto codiciado para conseguir la inmortalidad y tras la muerte de su madre espera el momento de vengarse. Sin embargo, hay un joven, un principe durmiente en un camastro de flores con una maldición eterna. Él no resulta ser tan temible como su padre y podría ser su única salvación. Si lo salva, él la liberará. pero, ha unido su vida a la de él. En el lenguaje del amor licantropo eso significa que le pertenece o ¿Simplemente desea obtener el secreto de Anna para permanecer joven por siempre?
Leer más«Capítulo Trigésimo Cuarto»Siento la piel arder cada vez que intento acercarme a un rayo de sol. Hago lo posible para protegerme de lo que ahora supone mi peor enemigo. En cuanto se ha escondido en el horizonte voy afuera, la primavera ha llegado y con ella un viento más cálido. —Mi señora —. Adrían aparece con una voz tranquila, me sigue esta noche y trae consigo algunos frascos con cosas de muertos tanto frescos como de tumbas viejas. —¿No se podrían enojar sus ancestros si no continúa con su venganza?—Supongo que lo harán, pero ¿Qué otra cosa puedo hacer? — Me llevo unos mechones de cabello detrás de la oreja. Volteo para verlo y siento que su aura ha cambiado. Antes era un devoto cura y ahora, solo lleva esa ropa por puro hábito.—¿Qué hay de su compromiso con Nikolai? —inquiere ya que vamos a verlo. Tiene información para mi acerca de el último grimorio.—Lo resolveré —. Sé que tanto los bosques como los castillos tienen oídos y por eso no me atrevo a decir que he arrojado es
«Capítulo Trigésimo Tercero»Velkan lleva a Anna en sus brazos hasta su propia habitación, no teme en meterla en su propia cama después de lo que le ha hecho. Gritó desesperada entre el deseo, el amor y el dolor que se causaron. El en el alma y ella en su cuerpo que no es frágil, pero que siente con una intensidad asfixiante. Se siente culpable de estar tan feliz, tan lleno de alegría por haberla unido de una forma tan retorcida a él. Siempre la sentirá, la conexión irá mucho más allá de sufrir las mismas heridas o el mismo placer. Se trata de ser uno.Ahora, le da igual si ella es tan malvada como para dejarlos vivos sólo a ellos dos, si mata a todo el pueblo y la cubre con las mantas mientras pega su frente a la de ella. Cada vez, se pierde más en la dulce pelinegra que ama con su vida desde el primer momento en que posó sus ojos en los de ella. Anna será suya por siempre. ¿Y si no? Bueno, ya sabrá que hacer con ella si no quiere quedarse.Mis ojos ven el destello de luz que entra
«Capítulo Trigésimo Segundo»—Velkan…—su rostro es distinto, está cegado y yo no lo comprendo. Sé que tiene celos, pero siempre era suave. Sin embargo, hay algo que ha cambiado y recuerdo la obsesión de su padre con su madre. No, él jamás sería así porque es bueno, siempre lo será.Hasta la bondad tiene límites. Me susurra mi mente y yo alejo esos pensamientos.—Tu mujer… vaya —. No, mi mente empieza a colapsar cuando veo que Nikolai no es ningún perro asustadizo, sino un poderoso guerrero y soberano igual que Velkan. —No creo que estés bien informado, pero ella es mi prometida.—¡¿Qué?! — me mira y luego a él. Trata de que yo lo niegue mientras me aprieta la muñeca hasta creer que va a crujir en cualquier momento. —¡Dile! —me ordena. —¡Dile que eres mía! —Sus colmillos se alargan un poco, sus ojos tienen el brillo aumentado y no soy capaz de articular porque todo esto ha sido una sorpresa para mi. —Su cuerpo es mío, su alma es mía, su corazón es mío. Ya tiene mi aroma y he compartido
«Capítulo Trigésimo primero»Deja que lo abrace, con su cabeza sobre mi abdomen mientras admiro cómo duerme. Velkan tiene el cabello más sedoso que alguna vez he tocado. Me absengo de seguir en la tortura de meter mis dedos en su cabello cuando veo que se ha removido adormilado. Sus largas pestañas se levantan, me mira con ambas manos sobre mi barriga, su mentón apoyado sobre estas y una cara dulce y tierna. —¿Cuánto tiempo he dormido?—No lo sé. Unas horas, tal vez.—¡¿Qué?! Pensé que había solo cerrado los ojos —. Se incorpora de inmediato, pasa sus manos por la cara mientras busca sus pantalones en el suelo y yo voy a hacerlo pecar de nuevo, por supuesto. Le amaso un poco los hombros con ambas manos, paso mis dedos por su pecho para que se quede conmigo.—No te vayas…—empiezo mientras le doy besos. —Todavía tengo ganas de más…—Harán una cena en mi honor… no puedo hacer tal desplante —. Me da un beso en la boca, uno rápido para no caer en la perdición que suponen mis labios para él
«Capítulo Trigésimo»Velkan se apresura al castillo, se esboza una sonrisa al poder volver a ver a Anna después de tres largos años. A pesar de su cansancio, hace a su grupo aumentar la velocidad. Redujo el tiempo de llegada a aquel lugar dos días al decidir descansar poco y galopar mucho. Anna, Anna, Anna… es todo en lo que piensa. Se siente culpable al estar inquieto por verla y no tanto por la muerte de su padre. Tampoco pensó que fuera extrañado por él. Pero ella ha estado sola todo este tiempo y la edificación cubierta por una neblina que llega hasta el pueblo en un aura gris y lúgubre logra desestabilizarlo. Baja la velocidad al encontrar que todo el lugar se encuentra un poco vacío. Las personas que van de un lado a otro son muy recelosas, se han armado comercios en sitios interiores y no han puesto sus carretas afuera.Con una mirada le pide al capitán Ferenc que investigue un poco la situación. Se baja de su caballo, va a comprar unas naranjas que por su apariencia son vieja
«Capítulo Vigésimo Noveno» La corona es pesada en la cabeza de Vincent. Se yergue con orgullo al lado de su esposa. Ambos tienen las manos en sus respectivos objetos. El rey joven con su cetro y la reina también. Un cuadro conmemorativo para ambos. A pesar de, solo haber transcurrido unos cuantos días se ven radiantes y me rio. ¿Qué tan poco vale tu padre para ti? Es solo cuestión de tiempo muy corto de luto para que te hayas olvidado del dolor y te dediques a sonreír como si fueses el más afortunado del mundo. ¡Qué risa! Más motivos para acabar contigo. Su pueblo lo vitorea por una semana completa y me dedico a contemplar su pasión por el nuevo soberano. Que gracioso verlos. Son amantes del espectáculo porque no tienen nada más que eso, nada en qué ocuparse. El mismo pueblo que hoy celebra tu ascenso, es el mismo que gritará con júbilo tu ejecución. Es por eso, que me río de la ironía. No tengo piedad con ellos debido a ese motivo. Tal vez, soy una mujer insensible, pero así fui cri
«Capítulo Vigésimo Octavo»Velkan ha sido cortado por el filo de una espada enemiga. Su cara inexpresiva se sostiene a pesar del dolor que hay en su costado. Los tres años lo han endurecido para ocultar su ser oculto. Ese interior dulce, de un muchacho sentimental solo lo deja ver, lo reserva para Anna.Pronto la verá. No va a morir de forma estúpida. En la tienda es curado por médicos, su atención está centrada en él. Bebe un delicioso vino mientras terminan de vendar sus heridas. No podrá irse tan rápido como desea.Anna, Anna, Anna... solo piensa en verla.Me transformé en serpiente, me metí bajo la sombra de un árbol para no arder. No sé cómo ha sucedido. Mis planes para matar al rey deben esperar a la noche.El rey no recibe ninguna visita. Se queda todo en día sin creer que su esposa esté con él. Analiza los cabellos castaños, el cuerpo desnudo que reposa bajo las sábanas.Le sonríe al despertar por la penetrante mirada de su esposo. —Buenos días —dice con voz cantarina. Ella se
«Capítulo Vigésimo Séptimo» La princesa Agnes tomó entre sus dedos la vela. Realizó con un apuro inminente un hechizo, sus labios murmuraban en una lengua antigua. Protegería a todos en el castillo del que la malvada bruja había tomado posesión. Se le entregaron cabellos de Anna y una pertenencia de ella, de Klara y de el sacerdote que siempre la acompañaba. Al final, hizo que le entregaran sangre del padre de Vincent porque usaría su linaje para hacer un mal peor a sus enemigos. Las reglas del juego serían diferentes. El rey estaba con un miedo absurdo a los sonidos fuertes del fuego que avivó cuando se quemó cada objeto de la bruja y sus ayudantes. Lo último, un pedazo del capullo de la pequeña niña que causaba las terribles alucinaciones y sueños de todos. —¿Funcionó? —inquirió, Vincent. Con cara preocupada. Atento porque no parecía suceder en absoluto nada. Su esposa asintió, no dijo nada por la concentración. Además, sabía el precio de usar esa magia. Durante estos años no lo
«Capítulo Vigésimo Sexto»Pasaron tres años desde ese incidente. Camine con paso sereno por la nieve que se teñia de negro debajo de mi. Tenía mis manos juntas mientras Klara iba detrás, junto a Adrian. Desde ahora eran mi par de protectores.Aunque le insistí a mi subordinado de que ya no debía usar más su sotana, decidió continuar usándola. Desde su transformación, en el momento en que recuperó a su hija yo sabía que me sería leal. Mi primo, que era todo un caballero de armadura oscura y capa que ondeaba en el viento vino a nuestro encuentro. Me besó los nudillos con una sonrisa. —Condesa.—Príncipe. —Me incliné muy suave, me quedé callada para escucharlo hablar.—Como te he prometido… — Con su dedo pulgar mandó a traer una cesta cerrada. Al abrirla, había una bolsa con sangre. Supuse a simple vista el contenido. Era la cabeza de uno de los príncipes de Habsburgo que había traicionado a mi familia. —¿Qué hay del grimorio? —Alce una ceja a la expectativa, se derrumbó en cuanto vi su