81.

No le había creído. Esa fue la conclusión que quedó de mí cuando Elisa se fue de mi oficina. Yo no le había creído ni una palabra. "ver mis cámaras de seguridad solamente para ver si ya había hecho negocios con alguien", en vez de preguntarme directamente, me pareció una excusa barata y, de haber sido real, infantil.

Una acción infantil. Así que por eso supe que era mentira. ¿Qué pretendía? ¿Qué era lo que pasaba? Creo que la respuesta estaba más que clara. Era simple y concisa: todo tenía que ver con Evangeline.

No me lo sacaba de la cabeza, pero al menos no había terminado mal las cosas con ella. A pesar de todo, necesitaba seguirla teniendo ahí a mi lado. Necesitaba seguir trabajando con ella. Era la única forma de averiguar realmente qué era lo que pretendía o cuál era la venganza real que tenía contra mí, o contra mi madre, contra todos en general.

Me quedé el resto de la tarde en la empresa, pero no pude evitar llegar temprano a la casa.

—¿Y ese milagro? —preguntó mi madre en cu
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