Mientras preparaban completamente el set para comenzar la entrevista, entre las en mis dedos con los de Nicolás, mi mano estaba sudada, pero él no se apartó. — Ya encontraron a la hija de Elisa — el negó — . Desde el principio no había estado de acuerdo con esa decisión, pero Kevin y Luis lo convencieron de lo contrario. Era necesario tener esa ventaja. — De ser necesaria, no la hemos encontrado — sinceramente tengo la esperanza de que nos lo hagamos, porque no sé qué vamos a hacer después de eso. Tenemos una pista en Rumanía, tal vez, pero solo tal vez. Así como encontramos los fondos que desviaban Elisa para pagar el ancianato de su abuela, encontramos cómo también desviaba fondos a una familia allá. No fue fácil: pasaba por varios testaferros y fue difícil rastrearlo. Pero no encontramos un motivo lógico para que Elisa enviara dinero mensual a una familia en un país tan lejano y tan extranjero. Pensamos que, tal vez, solo tal vez, su hija pueda estar allá. — Sus enemigos — pregu
Me quedé prácticamente paralizada, literalmente paralizada, observando a la mujer que estaba ahí en la primera fila. Pero entonces las luces se enfocaron nuevamente en mí y fueron tan intensas que ya no pude verla con claridad. — ¿Estás bien, Evangeline? — me preguntó la entrevistadora.Yo abrí los ojos hacia ella, apartando mi mano de la cara, la que intentaba cubrir la luz para volver a ver en la fila de enfrente. — Sí, sí... tal vez no era ella. Seguramente no lo era. Solo era una mujer que se parecía. Aunque Elisa no tenía un rostro especialmente común... es que... en fin, coincidencias. No podía ser. ¿Qué carajos hacía Elisa como público privado en una entrevista como esa? No tenía ningún sentido. No tenía ningún sentido porque no era real. Ella no estaba ahí.Eso era lo que yo quería convencerme, diciéndome a mí misma una y otra vez: *"Ella no está aquí, ella no está aquí"*. Me repetí. — Entonces... nos contabas sobre el día en que enterraron a Doña Amara Montalvo...Respiré
Apreté con fuerza la mano de la entrevistadora. La luz de un relámpago iluminó el pasillo. —¿Qué está pasando? —preguntó la mujer. Pero yo sabía perfectamente qué era lo que estaba pasando. Sabía que Elisa había regresado, y había regresado por mí. Ni siquiera sabía exactamente qué, pero estaba claro que quería algo. Estaba claro que tal vez su plan aún seguía en marcha. Por eso arruinó la entrevista, porque afectaba la continuidad de su carrera. Pude escuchar unos tacones que se acercaban. Yo sabía que me encontraría con su perfecto rostro en cualquier segundo. Así que apreté con fuerza la mano de la entrevistadora y le dije: —Es mejor que se vaya ahora. La mujer me miró con los ojos abiertos. La tormenta de afuera arreciaba, el lugar se oscureció. Ok, eso me hizo recordar la noche en la que escapé de la cárcel, en la que la tormenta y el fuego se unieron para cambiar mi vida para siempre. Esta vez, la tormenta afuera parecía que estuviera dispuesta a destruir todo el mundo. Tal
A pesar de que la tormenta entorpecía un poco la visión, el auto continuó avanzando sin detenerse ni una sola vez. La poca agua que había logrado empaparnos tenía mi cuerpo tiritando. Esta ciudad no era precisamente una ciudad de clima muy frío, todo lo contrario, incluso era un poco tropical. Pero ese día hacía tanto frío que se colaba debajo de la piel como puñaladas y agujas.Elisa se veía extraña, relativamente calmada, como si hubiese entendido algo que yo no, algo que ninguno hubiera logrado entender aparte de ella. Se veía con la mirada firme a través del cristal empañado por las gotas de agua. Lanzó un gran suspiro.Cuando llegamos a la orilla del muelle, era un lugar amplio, muy turístico. Había un caudaloso río que desembocaba cerca del océano y un barandal enorme en el que la gente podía recostarse a observar las aguas que bajaban por la ladera. Pero con el torrente que arreciaba sobre la ciudad, desde dentro del auto incluso se podía escuchar cómo su creciente había aument
Pero una sensación extraña, porque Elisa se había comportado de una manera cálida y amigable, y de repente había cambiado por completo cuando esos hombres habían decidido venir por nosotros. Me había atacado. Estaba segura de que me quería muerta, pero no entendía la razón. Me aferré con fuerza al barandal mientras ella me jalaba por el cabello. No sabía qué era lo que pretendía. Si quería matarme, simplemente hubiera podido levantar su arma y dispararme en la cabeza. Pero no. Estábamos forcejeando. Ni siquiera sabía para qué. No sabía si quería golpearme, no sabía si quería lanzarme al río. Solamente me jalaba y me apretaba. Me dio un par de puñetazos en las costillas que me arrancaron el aliento.Y entonces yo me moví para tratar de golpearla nuevamente, pero Elisa era una mujer entrenada. Sabía muy bien cómo manipular una pelea cuerpo a cuerpo, y yo sabía que no tenía ninguna ventaja contra ella. Pero lo intenté. Intenté golpearla, intenté hacer tiempo mientras Nicolás llegaba por
Kevin también estaba ahí. Cuando Nicolás me soltó, pude ver cómo se acercó a mí. Me abrazó con fuerza, pero entendía que aquel abrazo se sentía diferente. No fue como esa vez en la cocina cuando me abrazó. Fue diferente: más auténtico, más cálido, menos forzado. Cuando se apartó, me tomó por las mejillas.—Tuve miedo al verte pelear. ¿Qué hacían aquí? —les pregunté.—Nos llegó una notificación. Era uno de nuestros espías. Dijo que habían visto a Elisa Duke en ese lugar, justo donde estábamos todos. Cuando llegamos, resultó que no solo nuestros espías se encontraron esa noticia, sino que también los espías de los enemigos de Elisa.Yo volteé a mirar alrededor. La decena de hombres que estaba en el lugar comenzó a dispersarse. Pude sentir la tensión que había en el lugar. Muchos de ellos también eran enemigos entre sí, pero Elisa era su contrincante máximo. Todos se habían reunido en ese momento porque querían acabar con ella, pero habían visto cómo había sido yo la que la había empujad
Volví a ser yo. Volví a sentirme completa cuando vi sus tres pequeños cuerpecitos bajar del avión. Cuando los vi correr hacia mí, Jordan llegó primero, saltó sobre mí y lo abracé con fuerza. Jonathan y Jason después. El pequeño Jason se veía diferente, tan recuperado, casi estaba igual de alto y gordito que sus hermanos. Y los abracé a los tres. ¿Cuántos meses habían pasado? No lo sabía, pero para mí había sido una eternidad sin mis niños. Los abracé y los besé tantas veces que incluso tuvieron que salir corriendo de mí porque no quería soltarlos ni un solo segundo.Cuando corrieron hacia Nicolás, lo hicieron efusivamente. Los ojos del hombre se pusieron brillosos. A pesar del poco tiempo que había logrado compartir con los niños, podía ver todo el amor que sentía por ellos. Los abrazó y los cargó a los tres al mismo tiempo, estrechándolos entre su fuerte pecho mientras yo me limpiaba las lágrimas con un pequeño pañuelo.El siguiente día sería mi boda. Me casaría con Nicolás una vez m
—¡Mira a esta desvergonzada! ¡Engañó a Nicolás con su cuñado!Esta frase fue como una bomba y todos en el funeral se quedaron atónitos, observando a la delgada mujer vestida de negro arrodillada frente al ataúd.Sentí un grupo de miradas acaloradas detrás de mí, mi corazón tembló, y los tulipanes que tenía en la mano se doblaron de repente sobre la tierra delante de mí.Esa era la flor favorita de la abuela de mi esposo, antes de morir. acomodé cuidadosamente la flor y una lágrima cayó sobre el pétalo.Sabía que a partir de ese día había perdido el único refugio que tenía en esta familia.Respiré hondo, contuve mi pena interior y lentamente me levanté, me di la vuelta y alcé la cabeza para encontrarme con los ojos oscuros de mi marido.Sólo quería explicarle, pero vi que directamente me ignoraba y caminaba hacia la fuente del rumor.Su hermana menor.—¿De qué diablos estás hablando, Michelle? —le preguntó Nicolás, apretando sus fuertes puños.—Así como me oyes, hermano. La fácil de tu