Conocí el amor con Sean Ford, atractivo, millonario, pero sobre todo un hombre atento y lindo, siempre creí en sus palabras de amor, era el hombre más perfecto del mundo para mí hasta que después de tres años de matrimonio lo encontré con su asistente en la cama. Fue decepcionante y la primera de muchas veces que me lastimará aunque dicen que el karma existe, cuando llegó con una noticia soprendente no se lo hubiera deseado. Margareth Ford... perdón la costumbre, Margareth O'Neill
Leer másPov. Sean Ford. Un ángel, esa fue la palabra que pensé la noche que conocí a Maggie, su recuerdo es tan claro en mi mente, ese vestido amarillo y las zapatillas café, sus rulos dorados cayendo por su hombros, había llegado con una chica a la fiesta, pero me tenía tan abrumado que quise tomar aire y ahí fue donde la ví, eran tan hermosa jugando con el columpio, me acerqué a hablarle y se sentía muy bien estar con ella; era lo más cercano que conocía al amor, cuando se la presente a Richard me di cuenta que él quería conquistarla, pero ella no parecía interesada en eso, no parecía interesada en ningún chico y si había algún imbécil que se quería aprovechar de ella, yo mismo me encargaría de romperle la cara, para mi ella era un ángel que nadie podía tocar, era preciosa, inteligente y tan inocente, era perfecta. Cuando mi padre me rogó porque aceptará casarme con ella, en lo único que pensé era en darle la vida que merecía, nunca lastimarla y protegerla de todo, esa sería mi misión, de
–Margareth –Aleks me llamó –. Ven conmigo. Había pasado casi una semana desde mi conversación con Faddei y las cosas en la casa habían mejorado, después de tres días se aburrió de tenerme en la oficina y decidió sacar el violonchelo a una de las salas, pasaba las tardes tocando y eso me relajó, ya no estaba tan abrumada, Johan empezó a insistir que quería volver a casa, las clases en línea eran más difíciles y aunque Aleks había traido un profesor, aún así extrañaba a sus compañeros, mi pobrecito pequeño estaba demasiado cansado y solo quería salir. Caminé con Aleks hacía las escaleras. –¿A dónde vamos? –A la habitación, quiero hablar contigo. –Podemos hablar en la sala. –Prefiero que sea en privado.Continuamos hasta llegar a la habitación, se sintió extraño al cruzar la puerta porque era como ese lugar conocido que te hace sentir bien cuando vas, esos dulces recuerdos me hacían querer meterme en la cama con Aleks y no querer salir nunca, solté un suspiro intentando controlar m
Subí las escaleras para ir a la habitación, estaba furiosa y solo quería salir de aquí, pero por ahora solo podía ir a la recamara, antes de llegar a la puerta Aleks estaba frente a ella, se dio cuenta de mi expresión porque cambió la suya en el momento que me vio. –¿Qué pasó? –Pasa que me quiero ir y no puedo –reclamé –. ¡Estoy harta de está maldita situación! ¡No quiero vivir así!–Maggie, cálmate. –Me calmaré cuando tenga que hacerlo.Aleks intentó tomar mis hombros con sus manos, pero estoy muy alterada, cansada de todo esto, quiero regresar, no quiero ver los malos gestos de Faddei o la preocupación de Irina, a Johan preguntando cuándo podremos ir a dar un paseo ó a los trabajadores de Kalia por toda la casa, me duele demasiado la cabeza, el pecho, el cuerpo, solo quiero descansar y parece que nunca voy a poder hacerlo. Las lágrimas salieron cuando escuché el corazón de Aleks en mi oído, me estaba abrazando, todo ese enojo salió con sollozos. –Lo siento mucho, nunca quise pon
Los días pasaron y me empecé a recuperar físicamente de las heridas que tenía, no podía decir lo mismo de mi estado mental, tenía pesadillas casi todas las noches sobre el lugar donde estuve encerrada y lo sucedido, casi no dormía y si lo hacía tenía que estar realmente cansada, quería irme a casa, salir de aquí y no sabía nada, si realmente podíamos irnos o no, en el día me entretenía con las clases de Johan y los asuntos de la empresa que manejaba a distancia, ahora solo quería salir de aquí. Deje de bajar a comer con los demás, siempre fingía estar ocupada con algo de la empresa; Mickaela o Irina me traían comida a la habitación que me habían dado, no había visto a Faddei en todos estos días y Aleks pasaba dos veces al día preguntando cómo me sentía y si necesitaba algo. –¿Cuándo podemos irnos? Esa era mi pregunta de todos los días. –El avión estará preparado cuando Kalia se comunique. Casi arrastraba esas palabras, llegó un momento en donde pensé que él no quería que nos fuéra
En el momento que bajé del auto Aleks llegó hacía mí para abrazarme, me sentía demasiado confundida y débil para rechazar su abrazo. –¿Estás bien? ¿Te hicieron algo? –No, ¿dónde está Johan?–Está en su habitación con Niko, le pedí a Mickaela que se quedarán, no sabe nada. –Al menos hay alguien más que no lo sabe –murmuré. –¿Quieres que te lleve? –preguntó. –No quiero asustarlo, voy a darme una ducha y luego lo veo.–Te llevó a la habitación. –No, Aleks –me alejé –. Ya hiciste suficiente. Caminé hasta la habitación, Irina intentó detenerme para hablarme, pero seguí caminando, llegué a la habitación para meterme en la ducha con la ropa puesta y deje caer el agua sobre mí, me sentía débil, asustaba e impotente, ¿qué se supone que debía hacer ahora? Kalia dijo que no podíamos salir de está casa hasta que ella avisará, solo quería regresar a la casa del lago y pensar que nada de esto pasó; olvidarlo; seguir con mi trabajo y cuidar a Johan, estaba atrapada aquí no sé cuánto tiempo.
Margareth O’NeillSentí el arrollador dolor en todo mi cuerpo cuando reaccioné; abrí los ojos mientras intentaba moverme, estaba en el suelo, pero no sabía dónde o cómo había llegado aquí. –Señora, con cuidado, puede lastimarse. Reconocí la voz del chófer, sentía la boca seca, la suciedad en mis manos y el frío en el lugar, él me ayudó a sentarme y pude observar que era una habitación cerrada, una calefacción arriba y una mesa con tres sillas en una esquina, todas las paredes eran cerradas, solo había una puerta sin cerradura, seguramente solo puede abrirse desde afuera. –¿Qué pasó? ¿Dónde estamos? –pregunté. –Tranquila, no voy a dejar que nada le pasé, primero me matan. –¿Matar? ¿De qué estás hablando? –me alarmé al escuchar sus palabras, tenía que volver a casa con Johan y Aleks. –Lo que quiero decir es que nada va a pasarle, por favor mantenga la calma. –Explíqueme, ¿Qué está pasando? ¿Por qué nos trajeron a este lugar? –Cuando quise mover mi brazo me dolió y me di cuenta qu
Narrado en tercera persona.Aleksandr Kostov pasó las manos por su cabello y rostro varias veces, se lanzó a la cama desesperado por la discusión que había tenido con Maggie, él le ocultaba cosas pensando que así la protegería, pero la situación solo empeoraba su relación, casi la perdía una vez, no estaba dispuesto a hacerlo otra vez, especialmente frente a Sean Ford que en el pasado le había dejado claro que haría lo que fuera por ella, recordaba el día que Sean lo encaró para que se alejará de ella. –Aléjate de ella, si de verdad te importa, Kostov. –¿Qué te hace pensar que voy a escucharte?–Porque sé de tus negocios, esos casinos solo son una fachada, a mi no me engañas. –Esos casinos son los negocios de mi familia y solo quieres que deje a Margareth porque tu quieres estar con ella, no la mereces, solo la has lastimado, hasta yo me doy cuenta en tan poco tiempo, eres tú quien debería alejarse, Sean. –Tenemos un hijo, historia y aunque tenemos nuestros problemas, lo vamos a r
Por la mañana Johan nos despertó temprano para aprovechar el tiempo y eso fue lo que hicimos, pasamos el día visitando algunos lugares y recorriendo las calles de la ciudad hasta que la hora de regresar llegó, casi perdemos el tren por estar distraídos, pero estuvimos ahí a tiempo, es regreso se sintió más corto de lo que esperaba.Al llegar a casa Irina tenía preparado un desayuno para un ejército de personas, Johan estaba entusiasmado contando todo lo que vivimos allá, habló sobre los lugares, Irina le entendía perfectamente porque iba seguido, Faddei se fue a su estudio y no habló más, después de que Johan se fue con Niko a jugar subí a la habitación a darme una ducha, estoy considerando regresar a casa, ya no recibí ninguna llamada de Sean o del detective del caso para saber si han encontrado a Richard, sé que es peligroso, pero me gustaría hablar con él. –Margareth –La voz de Aleks me regresó a la realidad. –Hola, solo vine a tomar un baño. –¿Estás bien? –preguntó al tomar lug
Después de hablar con Faddei y saber que él sí está molesto conmigo, comencé a sentirme incómoda con su presencia en las comidas, tenía que disimular porque estoy consciente que no es mi hogar, le dije a Johan que iríamos a Moscú y comenzó a buscar en internet los lugares que podía visitar, estaba muy emocionado diciendo los lugares que quería ir a ver, propuso llevar a Nevá y le expliqué que ella no podría soportar tantas horas en un tren. Ese día viajamos por la madrugada porque tenía mi reunión con los clientes a medio día en un restaurante que Aleks mencionó que era un lugar muy exclusivo, está vez Johan iba emocionado viendo todos los paisajes, casi no durmió y cuando llegamos estaba muy cansado, apenas si pude ir con ellos al hotel, Aleks quería acompañarme al restaurante, pero Johan se había quedado dormido y no podía quedarse solo, así que fui sola. –Buenas tardes, Margareth O’Neill –me presenté con dos hombres de traje que llevaban a sus esposas con vestidos muy elegantes.