Frank Maxwell es un solitario millonario recién divorciado y padre soltero del pequeño Gabriel a quien su madre rechazo. Desconfiado de las mujeres debido a su ex esposa Susan, Frank no quiere involucr con ninguna, aunque, al mismo tiempo, desea encontrar una buena mujer que sea una madre para su pequeño hijo. Sin embargo, el destino a veces da en donde mas duele, y el joven padre ha sufrido la perdida de su hijo en ms de su cruel ex esposa, aun asi, los caminos del padre y el hijo han de reencontr en donde menos esperan y por una buena mujer que lo ha dado todo para criar a un niño que no es suyo. Emily Grant, una amable joven universitaria que busca ayud a pagar a su carrera, ha entrado en la vida de Frank y Gabriel para cambiarlo todo. ¿Podrá Frank ver más allá de aquella sencilla mujer de corazón de oro? ¿O su desconfianza en las mujeres le hará dudar del amor naciente entre ambos? Un papá millonario busca a su hijo perdido y quizás encuentre el amor en donde menos se espera.
Leer más¿oí quejas?–pregunto con ojos de demonio nuevamente Emily tronando sus dedos y haciendo palidecer desde a sus hijos hasta a los hermanos rubios quienes tragaron grueso y hacer sonreír nerviosa a la hombre— N—no–respondieron al unisonó todos los hermanos negando fuertemente con la cabeza, solo que Armand paro volviéndose a sobar la nariz al encontrarse con que le seguía doliendo— Sana, sana, ya sano–dijo Blanca con una divertida expresión habiendo, con dos dedos, sobado la nariz del pelirrojo con cuidado— Blanca, eso sirve con los niños de kínder–se quejo con ojos entrecerrados Armand mirando como sonreía divertida la hombre, aun cuando eran novios, el complejo de niña inocente de esta todavía le desconcertaba de cierta manera, ya que a pesar de tener ahora 10 años, seguía comportándose de 5 años la mayoría del tiempo— Entonces así–pronuncio la hombre quien luego se acerco al rostro del pelirrojo dándole un beso en la nariz, dejándolo con los ojos abiertos de par en par y las mejil
¡Termine!–exclamo feliz la pequeña de ahora 5 años colocándose de pie desde la silla del escritorio de su hermano y levantando su cuaderno con una hermosa sonrisa— Espero que hayas entendido, sino, puedo explicártelo de nuevo–ofreció el pelirrojo quien sabia que a su hermanita a pesar de ser bastante inteligente, como a todo niño habían cosas que le costaba entender de la escuela, sobre todo cuando avanzas en los grados— No, intentare hacer el resto yo sola, no quiero interrumpir más tus estudios de la universidad–sonrió de manera dulce la pequeña rubia de ojos negros con agradecimiento para su hermano, sabia lo muy ocupado que estaba en sus estudios y aun así siempre podía contar con él— Está bien, pero si necesitas ayuda sabes que puedes pedírmela–dijo Armand con una enorme sonrisa a su hermanita, después de todo para él jamás fue molestia ayudarle a estudiar— ¡Ferdinand! ¡Fernand!–Escucharon el tremendo grito de la rubia madre de ambos sacándole una tremenda gota a ambos al esc
Es verdad –afirmo Armand quien cerró los ojos de momento para abrirlos con una media sonrisa muy a su estilo— además, salgo de viaje a Londres ahora a las ocho, así que ya tengo que irme para registrarme y todo el asunto–aviso recordando la hora que era y que si no se alistaba para volver, perdería el pasaje de vuelta— Dale mis saludos a Emily–pidió Gustav a Armand con una divertida mueca esperando una reacción de enojo de el pelirrojo quien siempre fue celoso de su madre— Pero esta vez era diferente Ya quisieras–sonrió con diversión el pelirrojo menor comenzando a caminar dándole la espalda con diversión a los esposos— Y a tu familia, tarado–completo la frase Gustav mirando con cara de fastidio a Armand quien se quedo parado para tan solo verles por sobre su hombro— Insisto, quisieras–sonrió de medio lado con los ojos divertidos para seguir caminando solo levantando una mano en son de despedida— No ha cambiado tanto como pensaba—pensó con un suspiro de fastidio Gustav, muy a pe
Me volvieron a trasladar aquí ya que la empresa que me contrato abrirá una sede en Inglaterra y como yo sé japonés les convenía traerme–volvió a explicar sin darle mucha importancia al tema el pelirrojo mayor mirando el rostro serio de Armand— Que suerte–dijo con ironía Armand mirando con un tic nervioso a Gustav, realmente no había cambiado nada después de todos esos años— Sí, he tenido suerte estos últimos años –sonrió con ligereza Gustav quien se coloco en la misma posición del Maxwell pelirrojo, mirando al parque— recuerdas aun este parque con dolor ¿verdad?, es normal, ya que ha sido mi culpa muchas de las cosas que pasaste–intento comprender Gustav la mirada y actitud que Armand aun tomaba con él, era lo más razonable, después de todo lo que había hecho se merecía su indiferencia— No es dolor con lo que recuerdo este parque ni es rencor lo que tengo contigo–suspiro el Maxwell quien cambio su cara de fastidio por una de nostalgia mientras miraba aquel parque— ¿no?–pregunto as
Aun veía con sus chocolate ojos a aquel chico con una gota en la cabeza, no era para menos, no siempre se podía ver a aquel pelirrojo Maxwell con una curita en la mejilla y con un ojos morado. Si, un ojo morado Está listo–afirmo Armand dejando el lápiz sobre el escritorio y pasándole un montón de papeles a quien estaba del otro lado del escritorio quien asintió tomándolos y comenzando a revisarlos— Frank es un demonio sin compasión, hacerte venir aquí después de tan tremenda tunda–comento Jaden aun revisando los papeles mirando que todo estuviera en orden con una sonrisa de diversión ante el suspiro que escapo de la boca del pelirrojo— Si es por demonios sin compasión, conozco a uno peor, el que me dio la tunda–afirmo el pelirrojo con aburrimiento colocando un codo en el escritorio y depositando su mejilla en su mano, reaccionando inmediatamente al dolor ya que se apoyó inconscientemente en su mejilla herida— Sobreviviste–dijo Jaden con expresión de risa arrogante en su rostro al
Cuando llegue la enfermera iré, antes no, no dejare a mi hijo solo con esta banda de incompetentes rodeándonos–se quejo Frank cruzándose de brazos con impaciencia al ver que por mucho que esperaban y pasaban los segundos, no llegaban Carlo y Minerva con una enfermera— Era un hospital, debían haber muchas de ella, ¡¿Cómo no había una cuando se le necesitaba? Le estaré esperando en la recepción–afirmo el médico quien salió prácticamente corriendo de la habitación asustado por la dura mirada que Frank había colocado— Armand–llamo Emily al pelirrojo al ver que este tenía cerrados los ojos con una tranquila expresión en el rostro— ¿murió?, ¿Cómo sucedió? –pregunto aun sin abrir los ojos, sentía como aun la anestesia le adormecía después de esa noticia y la intensa tranquilidad que le dio al alma saber aquello— No le deseaba mal a nadie, pero era egoísta Cuando impactamos el auto con el de ella, ella quedo atrapada, apenas quedaste inconsciente comenzaron a incendiarse ya que la gasol
Comenzó a tomar conciencia de sus sentidos. Lo primero fue, no sentir su cuerpo, ni dolor ni el movimiento que intentaba realizar por algún medio, lo único que sentía era la sensación de cosas punzantes clavados en sus brazos y resto del cuerpo, además de algo rodeando lo que sería su boca. El siguiente sentido que recobro fue el olfato, el aire que respiraba no era normal, el aroma a desinfectante y esterilizado rondaban el ambiente. Todo junto a la sequedad de su boca. Comenzó a escuchar voces, sonidos que debían ser de maquinas, algunos pitidos y el sonido de ruedas acercarse y alejarse varias veces, junto a los pasos de varias personas a su alrededor. Intento abrir finalmente los ojos, al segundo entrecerró los ojos debido a la luminosidad de aquel lugar, intentando enfocar alguna imagen. Vio como algo se colocaba frente a sus ojos ayudándole a acostumbrar sus pupilas hasta que logro distinguir que era una mano lo que estaba frente a sus ojos. No te esfuerces tanto aun, tus
Se miraron al mismo tiempo, habían sentido algo extraño dentro de ellos, sus miradas lo confirmaban. El ceño del azabache se frunció al segundo que el rostro de la rubia expreso casi miedo puro ante aquella extraña sensación Conocían esa sensación Frank–llamo con la voz casi cortada Emily a su marido quien asintió con la cabeza— Lo sé, también lo sentí–afirmo Frank al segundo que amos bajaron las miradas— Silencio Aquel que solo fue roto por el sonido de un cierto irritante aparato. El teléfono Alo –respondió Frank quien se paró a contestar solamente para que dejara de sonar— Frank, habla Julius–se escucho la voz del hombre del otro lado de la línea, aunque su voz también denotaba que algo le tenía alterado— ¿Qué sucede?–Pregunto con extrañeza Frank, no era usual que su ex cuñado le llamara a esas horas de la mañana, es más, solo le llamaba para las emergencias— ¿tienen la televisión encendida?–Pregunto intentando mantener la calma— Si–afirmo Frank cortante— Coloca el canal
o intente, realmente no se a que le temo, es solo un sueño, fue solo una pesadilla, no es como que se fuera a hacer realidad, papá tiene razón, tengo que enfrentar esto–pensó Armand quien aun estaba parado apoyado en la puerta de la entrada de su casa con el rostro levemente pálido— Había acertado muchas veces con sus sueños, pero era verdad, para todo hay una primera vez ¿Y si esta vez se equivocaba? Sí, eso pasaría, se iba a equivocar, ese día seria como cualquier otro. Se juntaría en la misma esquina de siempre con Carlo y Minerva, pasarían a dejar a Minerva a la primaria ya que les quedaba de paso y luego llegarían a la secundaria. Haría el estúpido examen a la perfección para pasarle las respuestas a Carlo, correría de las molestas chicas dejando atrás a su amigo rubio y luego aguantaría sus reclamos de traición por abandonarlo en la boca del lobo. Regresarían a la empresa, donde ayudaba a su padre por petición propia ya que quería aprender a manejar la empresa y ser tan exit