59.

Alba

Ni mi padre ni Gabi le hicieron preguntas a Gian y lo dejaron ir por temor a que él los echara, pero se les notaba en las caras que no estaban del todo cómodos al verlo salir.

—No sabes cuánto esperé este momento, aunque me hubiera gustado más que fuera en otras circunstancias —dijo papá mientras me abrazaba.

—¿Estás bien, cariño? —inquirió Gabi, acariciando mi hombro—. ¿Él no te hizo daño?

—No, no lo hizo —mentí—. La situación es mala, pero estoy bien.

—No creo del todo que estés bien. Ese malnacido te tiene controlada todo el tiempo.

—Es algo que yo me busqué —repuse con tristeza—. Ya me resigné a esto, a que por ahora tengo que hacer caso de todo lo que me diga.

—¡Eso no es justo! —exclamó Gabi, indignada—. Cometiste errores, claro, pero ¿por qué él no se mira su propia nariz?

—Supongo que porque es narcisista —bromeé—. No, en realidad se siente muy herido. Pero no me importa; ahora solo quiero estar cerca de ustedes y que mi bebé nazca sano.

—Nacerá saludable —afirmó
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP
capítulo anteriorcapítulo siguiente

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP