-¿Tú lo invitaste? –Siseo Noah en mi dirección cuando Thomas se levantó de su asiento para ir al baño.
-No, me lo encontré acá. –Dije casi en un susurro. La cara que Noah coloco tras mis palabras sirvió como respuesta: No me creía. –Te lo juro. –Dije algo indignada– ¿O acaso crees que era mi intención que él me viese vestida así?
-Bueno, en eso tienes razón. –Dijo de mala gana. –Ya compartí mucho con tu noviecito, ¿Podemos irnos y seguir disfrutando de la convención? –Dijo con ironía y algo más.
-No es mi novio. –Replique rodando mis ojos, aunque, a pesar de negarlo, no pude evitar sonrojarme al pensar sobre esa posibilidad. –Y, sé que quieres seguir en la convención, lo entiendo, pero ¿Podemos quedarnos un poco más? –Pregunté de manera suplicante. Noah no dudo en rodar sus ojos con fastidió así que antes de que dije algo tomé la delantera– ¿Puedes conocerlo un poco más?, por favor, él en verdad me gusta, y tú eres mi mejor amigo, me gustaría que ambos se con
-¿Anabelle?, ¿Anabelle? –Escuche una voz femenina que me volvía de nuevo a la realidad, mis ojos se abrieron y quede un poco encandilada por el rayo de sol que entraba por la ventana de la habitación.-¿Sí? –Pregunté confusa, buscando el origen de la voz. Fue entonces cuando choque con sus ojos grises, los cuales me miraban de manera expectante, incrédula, curiosa.-¿Aún no recuerdas nada? –Inquirió ladeando su cabeza. Por una pequeña fracción de segundo tuve la impresión de que los anteojos que se hallaban posando en su cabello iban a caer al suelo.-No, todo sigue siendo un misterio en mi mente. –Solté un suspiro mientras volvía a recostar mi cabeza en el sillón en el que me encontraba, me dispuse a mirar el techo.Era frustrante no poder recordar absolutamente nada de lo que sucedió antes del accidente. Parecía que esos últimos seis meses habían sido borrados por completo de mi memoria. El doctor que me atendió en el hospital dijo que hab
-Aquí es según la dirección que Wayne me envió. –Dijo mi padre revisando el GPS. – ¿Lista para lo que seguramente será una excelente y perfecta cena? –Añadió con un inmenso sarcasmo mientras terminaba de estacionar el automóvil, no pude evitar reír ante su comentario.-¡Dios te oiga! –Dije riendo mientras comenzábamos a bajar del mismo.Ambos sabíamos que la familia del señor Wayne era peculiarmente extraña. Él era un hombre de negocios bastante reconocido en la industria de las finanzas, su empresa formaba parte del top 5 de las más reconocidas del país, su vida profesional era un éxito, sin embargo la personal tenía algunas cosas fuera de lo común por lo que mi padre solía contar.Los Wayne solían desaparecer una vez al mes, todos los meses, durante tres días exactos
-Se los dije, este era el hombre que le hacía falta a la compañía. –Dijo él chico que acababa de llegar mientras sonreía en dirección de mi padre.-Lo sé, Thomas, yo tampoco dudo de ello. –Respondió el señor Nicholas al joven. Mierda, ¿Ese era su hijo menor?, mi padre al darse cuenta de quien se trataba se levantó para saludarlo, mientras yo seguía completamente congelada en mi asiento, no podía dejar de mirar al tal Thomas. “¿Por qué carajos te pones así?, ¡Ni si quiera le conoces!, ¡Al menos trata de disimular!” me regañé internamente.-Muchísimas gracias, Thomas. –Dijo mi padre mientras le tendía la mano al recién llegado, a lo que este correspondió de inmediato. –Es un gusto conocerte, muchacho.-Lo mismo digo, señor William. –Respondió él mostrando su sonrisa con perfecta dentadura. Mi-er-da. Luego de saludar a mi padre, quien volvió a tomar asiento, se dispuso a ocupar el puesto restante en la mesa, justo a mi lado, aunque a decir verdad parecía no percatarse
-¿Estas segura que no quieres que los lleve?, ya te dije que no tengo ningún problema con hacerlo. –Insistía Thomas nuevamente.-Y yo te dije que sé manejar, no te preocupes. –Repetí por séptima vez mientras rodaba mis ojos. Desde que anuncie que ya debíamos marcharnos Thomas había comenzado a insistir en que él podía llevarnos, debido al estado de ebriedad de mi padre. A decir verdad tenía algo de encantador su gesto, además de que su preocupación se veía genuina, sin embargo no había necesidad de eso, yo podía hacerlo sin ningún problema, mi padre me había enseñado a manejar a los catorce, incluso ya había conseguido mi licencia de conducir. Además, no quería dar la impresión, por mucho que me gustase la idea, de que entre él y yo podía surgir algo, una situación así podría afectar el puesto que del cual mi padre recién se iba a hacer cargo.-Está bien, si quieres puedes manejar tú, pero entonces ¿Me dejas acompañarte? –Pregunto con cierta ternura, había en sus ojos al
-Agh, no, aún nada. –Dije negando con mi cabeza mientras llevaba unas cuantas papas a mi boca. –Es como si hubiese desaparecido de la faz de la tierra. ¿Estás seguro que los meses antes del accidente los pase con él? –Inquirí frunciendo mi ceño.-¿No te cansas de preguntar eso? –Dijo rodando sus ojos. –Ya te dije que sí, estoy completamente seguro de que así fue. –Añadió con sequedad.-Disculpa si te molesto con mis preguntas, es que ya no hallo la manera de recuperar la memoria. –Dije con frustración. –Es que no puedo creer que la única persona que pudiese ayudarme a recuperar la memoria sea precisamente alguien que no aparece. Es una estúpida ironía.-Perdón. –Dijo soltando un suspiro. –Me encantaría poder ser de más ayuda, en serio, pero de momento solo puedo traerte papas fritas e intentar que te sientas meramente normal. –Dijo encogiéndose de hombros.-No es tu culpa, tranquilo. –Dije exhalando un aire que sin saber retenía. –Me estoy volviendo loc
18 de abril, 2019.Eran alrededor de las 9 am, me encontraba trotando a la mitad del Central Park con mis auriculares a todo volumen mientras escuchaba “Bomm Clap” de Charlie XCX. A decir verdad me gustaba como se veía Central Park a estas horas, se convertía en un lugar bastante pintoresco, de lo habitual, además, el clima fresco de hoy le sumaba más puntos al lugar. Me encontraba sumergida en mis pensamientos, en la canción, en el entorno a mí alrededor, tanto que no me percaté que me llamaban a mis espaldas, fue cuando sentí que tocaron mi hombro que caí nuevamente en la realidad.-Por Dios, no eres fácil de alcanzar en ningún aspecto. –Dijo él colocando las manos en su cintura mientras luchaba por recuperar el aliento. Se encontraba con ropa formal, de traje para ser exacta, su cabello se hallaba complemente despeinado, sin mencionar que se le veían algunas gotas de sudor en la frente.-¿Thomas? –Dije por inercia frunciendo mi ceño mientras me
“¿Qué carajos iba a colocarme?” Era el interrogante más grande en este preciso momento. Ya me había probado absolutamente todos los jeans, las blusas, suéteres, franelillas y demás prendas de ropa que tenía y nada, había colocado mi closet patas arriba y aún no hallaba una combinación que me convenciera como outfit para mi cita con Thomas. Me deje caer boca arriba sobre mi cama completamente frustrada, ¿Por qué no podía vestirme con equis cosa y ya? ¿Por qué me importaba tanto vestir bien para ir a ver a Thomas?, “Porque te gusta, duh” respondió la voz de mi interior, di un suspiro de resignación. Escuche como mi celular comenzó a sonar desde la sala, respire hondo y me levante para ir a contestar, quizás se trataba de mi padre, o de Thomas. Al ver la pantalla descubrí que era Noah quien llamaba. Oh, mierda.-¿Ya estas lista? –Pregunto al otro lado de la línea apenas conteste. –Ya casi voy saliendo a buscarte.-Noah, perdón, perdón, perdón. –Dije de inmediato. –Me
Presente.-¿Thomas? –Pregunté al verle allí parado frente a mí. Era él sin duda alguna, aunque la verdad se veía bastante diferente al recuerdo que conservaba del día que lo conocí. En esta ocasión se encontraba despeinado y tenía algo de barba, la cual lo hacía ver desaliñado, el brillo de sus ojos se había perdido por completo, el gris era opaco, oscuro. Vestía una franela gris con un estampado que decía “STOP”, un jean negro que estaba algo roto a la altura de las rodillas y unas VANS clásicas.-Hola, An. –Dijo curvando un poco la comisura de sus labios, más que una sonrisa su gesto era de nostalgia. Noté como sus ojos se humedecieron un poco, su tono de voz era apagado, lo cual hizo que mi estómago diera un vuelco, en definitiva no estaba ni cerca de ser el Thomas que recordaba.-¿Qué te paso? –Pregunte con una mezcla de confusión y sorpresa. Una parte de mí quiso acercarse a él y abrazarlo, darle consuelo a lo que fuese que pasase por su mente