Mayo 27, 2019.
-¿Dónde has estado metida? –Inquirió Noah mientras se recostaba en el casillero contiguo al mío. –No he sabido nada de ti desde el viernes.
-Viaje con papá a Washington, fue algo que salió de imprevisto, perdón. –Dije mientras terminaba de guardar algunos libros en mi casillero. –Era un viaje de negocios, pero me dijo que lo podía acompañar si quería, estuvimos en un recorrido por empresas que quieren comprar acciones en “Industrias Wayne”, y algunas otras a las que los Wayne quieren comprarles acciones, la verdad fue muy interesante.
-Vale, está bien, eso lo entiendo, pero ¿Acaso allá no hay señal, o teléfonos?, te estuve llamando todo el fin de semana. –Dijo algo molesto. –Los mails también existen. –Bufó.
-Disculpa, pero no tuve el celular conmigo. –Respondí encogiéndome de hombros. –Los jefes de papá nos pidieron que los dejásemos en el hotel, además, el sábado llegamos súper tarde y estaba muy cansada como para siquiera re
Abril 30, 2019.Thomas.-Papá, estoy completamente seguro que es igual que nosotros. –Dije tratando de convencer a mi padre.-No tienes ninguna prueba de eso hijo. –Dijo él negando con su cabeza mientras daba un sorbo a su vaso de whisky.-¿Qué más prueba que el hecho de que sea mi mate? –Dije frunciendo el ceño. –Eso basta para saberlo, además…-¡Por Dios, Thomas! –Exclamo mi madre mientras irrumpía en la sala. – ¿Nuevamente estas con eso de que encontraste a tu mate? –Añadió con ironía– ¿Quién fue el mes pasado, Sofía o Vanessa?-Camile. –Dijo Allison entrando detrás de mi madre. Le dirigí una mirada fulminante, ella sabía perfectamente que no era quien para meterse en mis asuntos.-¿De quién se trata ahora? –Pregunto mamá mientras tomaba haciendo al lado de papá.-Annabelle Miller. –Dijo este sin levantar la vista del periódico. Tras sus palabras las miradas de mamá y Allison no dudaron un segundo en posarse sobre m
Presente.Anabelle.La luz del sol comenzaba a hacer su entrada a través de la ventana de la habitación, al fondo comenzaba a escucharse el cantar de los pájaros, ¡Al fin había amanecido!, A decir verdad la noche se me había hecho eterna, no había podido conciliar el sueño y pase toda la madrugada dando vueltas en la cama, para colmo mi celular se había descargado la noche anterior mucho antes de llegar a la propiedad de los abuelos de Dylan. La cabeza me dolía de tanto pensar y, a pesar de haberme dedicado a ello toda la noche, mi mente aun no procesaba lo sucedido.Después de tanta lucha por querer huir, Thomas me había convencido para que me quedase, por mucho que detestase la idea, y que me costara admitirlo, sabía él tenía razón: Yo era quien anhelaba tener respuestas, y era esa necesidad la que me había traído hasta este lugar.Al llegar del bosque todos los presentes en la cabaña me miraban de forma diferente a como lo hacían antes de
Junio 03, 2019. Anabelle. -¿Vas a seguir molesto conmigo por Thomas? –Solté sin más. Detestaba los silencios incomodos, y más cuando existían entre Noah y yo. -No estoy molesto. –Dijo con seriedad mientras comenzaba a tocar corneta al automóvil de enfrente, que parecía tener la intención de estacionarse en la mitad de la calle. -Oh claro, sé nota. –Dije con sarcasmo al mismo tiempo que rodaba mis ojos. –No me has dirigido la palabra con normalidad en toda la semana, y cuando estamos en el automóvil no te molestas ni siquiera en encender el radio. –Dije señalando a este último. -Si es por eso puedes prenderlo, no tengo ningún problema. –Respondió de mala gana encogiéndose de hombros. -¡No se trata de que yo ponga la música! –Dije exasperada. El problema era Thomas y estábamos hablando de la quien debía encender la radio, era realmente absurdo todo esto. -A
-¿Tú lo invitaste? –Siseo Noah en mi dirección cuando Thomas se levantó de su asiento para ir al baño.-No, me lo encontré acá. –Dije casi en un susurro. La cara que Noah coloco tras mis palabras sirvió como respuesta: No me creía. –Te lo juro. –Dije algo indignada– ¿O acaso crees que era mi intención que él me viese vestida así?-Bueno, en eso tienes razón. –Dijo de mala gana. –Ya compartí mucho con tu noviecito, ¿Podemos irnos y seguir disfrutando de la convención? –Dijo con ironía y algo más.-No es mi novio. –Replique rodando mis ojos, aunque, a pesar de negarlo, no pude evitar sonrojarme al pensar sobre esa posibilidad. –Y, sé que quieres seguir en la convención, lo entiendo, pero ¿Podemos quedarnos un poco más? –Pregunté de manera suplicante. Noah no dudo en rodar sus ojos con fastidió así que antes de que dije algo tomé la delantera– ¿Puedes conocerlo un poco más?, por favor, él en verdad me gusta, y tú eres mi mejor amigo, me gustaría que ambos se
-¿Tú lo invitaste? –Siseo Noah en mi dirección cuando Thomas se levantó de su asiento para ir al baño.-No, me lo encontré acá. –Dije casi en un susurro. La cara que Noah coloco tras mis palabras sirvió como respuesta: No me creía. –Te lo juro. –Dije algo indignada– ¿O acaso crees que era mi intención que él me viese vestida así?-Bueno, en eso tienes razón. –Dijo de mala gana. –Ya compartí mucho con tu noviecito, ¿Podemos irnos y seguir disfrutando de la convención? –Dijo con ironía y algo más.-No es mi novio. –Replique rodando mis ojos, aunque, a pesar de negarlo, no pude evitar sonrojarme al pensar sobre esa posibilidad. –Y, sé que quieres seguir en la convención, lo entiendo, pero ¿Podemos quedarnos un poco más? –Pregunté de manera suplicante. Noah no dudo en rodar sus ojos con fastidió así que antes de que dije algo tomé la delantera– ¿Puedes conocerlo un poco más?, por favor, él en verdad me gusta, y tú eres mi mejor amigo, me gustaría que ambos se con
-¿Anabelle?, ¿Anabelle? –Escuche una voz femenina que me volvía de nuevo a la realidad, mis ojos se abrieron y quede un poco encandilada por el rayo de sol que entraba por la ventana de la habitación.-¿Sí? –Pregunté confusa, buscando el origen de la voz. Fue entonces cuando choque con sus ojos grises, los cuales me miraban de manera expectante, incrédula, curiosa.-¿Aún no recuerdas nada? –Inquirió ladeando su cabeza. Por una pequeña fracción de segundo tuve la impresión de que los anteojos que se hallaban posando en su cabello iban a caer al suelo.-No, todo sigue siendo un misterio en mi mente. –Solté un suspiro mientras volvía a recostar mi cabeza en el sillón en el que me encontraba, me dispuse a mirar el techo.Era frustrante no poder recordar absolutamente nada de lo que sucedió antes del accidente. Parecía que esos últimos seis meses habían sido borrados por completo de mi memoria. El doctor que me atendió en el hospital dijo que hab
-Aquí es según la dirección que Wayne me envió. –Dijo mi padre revisando el GPS. – ¿Lista para lo que seguramente será una excelente y perfecta cena? –Añadió con un inmenso sarcasmo mientras terminaba de estacionar el automóvil, no pude evitar reír ante su comentario.-¡Dios te oiga! –Dije riendo mientras comenzábamos a bajar del mismo.Ambos sabíamos que la familia del señor Wayne era peculiarmente extraña. Él era un hombre de negocios bastante reconocido en la industria de las finanzas, su empresa formaba parte del top 5 de las más reconocidas del país, su vida profesional era un éxito, sin embargo la personal tenía algunas cosas fuera de lo común por lo que mi padre solía contar.Los Wayne solían desaparecer una vez al mes, todos los meses, durante tres días exactos
-Se los dije, este era el hombre que le hacía falta a la compañía. –Dijo él chico que acababa de llegar mientras sonreía en dirección de mi padre.-Lo sé, Thomas, yo tampoco dudo de ello. –Respondió el señor Nicholas al joven. Mierda, ¿Ese era su hijo menor?, mi padre al darse cuenta de quien se trataba se levantó para saludarlo, mientras yo seguía completamente congelada en mi asiento, no podía dejar de mirar al tal Thomas. “¿Por qué carajos te pones así?, ¡Ni si quiera le conoces!, ¡Al menos trata de disimular!” me regañé internamente.-Muchísimas gracias, Thomas. –Dijo mi padre mientras le tendía la mano al recién llegado, a lo que este correspondió de inmediato. –Es un gusto conocerte, muchacho.-Lo mismo digo, señor William. –Respondió él mostrando su sonrisa con perfecta dentadura. Mi-er-da. Luego de saludar a mi padre, quien volvió a tomar asiento, se dispuso a ocupar el puesto restante en la mesa, justo a mi lado, aunque a decir verdad parecía no percatarse