XXXV Punto de fuga

—Podríamos irnos de paseo —le sugirió Irum a Libi entre su segunda y tercera alarma.

Alejarse de la ciudad y los traidores que en ella pululaban lo ayudaría a aclarar sus pensamientos.

—Es una buena idea —convino ella, todavía un poco adormilada.

—Podríamos ir a Francia o a Italia, países con ciudades que destacan en el mundo del arte.

—Sí, es una bue... ¡¿Qué?! ¡¿Francia o Italia?! —preguntó con los ojos bien abiertos.

Se le había espantado todo el sueño de la sorpresa.

—Si quieres ir a ambos no hay problema.

—¡Pero eso no sería un paseo! Paseo es ir al parque o a la playa, algo que tome unas horas o a lo mucho un fin de semana, no ir a otro país.

—Para mí sí lo es. Además, los países europeos son tan pequeños que una vez allá, ir a otro es como ir al parque o a la playa.

—No puedo, Irum. Tengo clases y un trabajo.

—Puedes decir que estás enferma. Buscaremos algún médico de ética cuestionable que nos extienda una licencia.

Libi lo miró con horror. Con qué liviandad hablaba él de asu
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo