La relación de Libi e Irum ha sufrido un quiebre que parece irrecuperable. ¿Podrán volver atrás? ¿Debería ella luchar por su amor o alejarse de él? Los próximos capítulos serán infartantes, así que junten pañuelos. ¡Gracias por leer!
Tras rechazar la propuesta de Lucy de recogerla para ir a clases, Libi se montó en su auto y llegó por su cuenta. Sus brazos y piernas terminaron agarrotados de lo tensa que estaba, pero lo había logrado. Con cada caída que la desarmaba, la vida empezaba a concebirse a fragmentos, pequeñas etapas a superar para recuperar la fuerza y estabilidad. Estar en público era otra de ellas, pero tenía amigos que no la dejaban sola. —¿Un regalo para mí? No tenías que molestarte, Libi —pese a sus palabras, los ojos de K brillaban cuando recibió el paquete. La sorpresa de un presente inesperado y secreto lo llenaba de infantil emoción y no podía ocultarlo. —Sí tenía. Sé lo ocupado que estás y te tomaste muchas molestias por mí, este regalo es pequeño en comparación. Espero que sea de tu agrado.K quitó el papel de regalo cuidando no romperlo. Sus ojos refulgieron como un par de estrellas cuando vio el ferrari en miniatura en la caja. Era un modelo para armar.—Lucy me dijo que te gustan los auto
Todavía a la espera de los documentos que debía entregarle Alejandro para revocar la interdicción, Irum aguardaba su regreso a empresas Klosse trabajando desde casa. Francamente todo estaba hecho un desastre, así pasaba cuando se les daba libertad a quienes no sabían administrarla. La libertad y el libre albedrío debía ser dosificados o sus empleados acabarían convertidos en una pandilla de monos. Y los monos ya se habían reproducido lejos de su diligente y estricto mando. Dejó el despacho a media mañana a tiempo de evitar una jaqueca por estrés. En el jardín, Libi le lanzaba una pelota a Canela y la cachorra se la llevaba de vuelta una y otra vez.—¿No tienes clases hoy?—Sí, pero me alejaré unos días de la universidad. El ambiente allí está algo denso. —Esconderte aquí no resolverá nada. —Tampoco escuchar todas las cosas que dicen sobre mí. Mira lo que le enseñé a Canela —Libi lanzó la pelota, la cachorra se la trajo de vuelta y cuando ella la sostuvo en lo alto, la cachorra se
El acto público finalizó a las dos de la tarde. Irum llegó a casa después de las cuatro y se fue directo a su habitación en el segundo piso. Directo al baño a darse una ducha. Se encontró con Libi en la cocina, estaba sentada frente al mesón donde la había follado la otra noche, con una copa entre los dedos. —Te ves bien en televisión —le dijo ella.—Tú podrías haberte visto bien también —del refrigerador sacó un refresco. —Encontraste a otra que combinara mejor contigo. ¿Cuánto le pagaste? —¿Te refieres a Elizabeth? No conozco el detalle de sus honorarios.—Descarado. ¿Te fuiste con ella después?—¿En serio quieres saber los detalles? Libi se bebió el vino blanco que le quedaba en la copa y se la lanzó por la cabeza. Estaba lo suficientemente ebria como para no lamentarlo.Los buenos reflejos de Irum lo salvaron del golpe. —¡Me largo! —amenazó ella. —Estás borracha, tu palabra no cuenta. —¡Entonces ándate tú! —cogió la botella, con expresión amenazante.Irum alcanzó a sujetar
De la suculenta cifra que Irum le había depositado a Libi en su cuenta bancaria, ella no había gastado ni un 2%, y cuando se fue de su casa con sus sueños rotos a cuesta, deseó devolverle todo lo que quedaba, pero había dejado su departamento por él y alguien más lo había rentado, necesitaba hospedaje y pagar un hotel era lo más rápido. "Considéralo una compensación por lo ocurrido", le decía su Lucy interior, la parte más sensata de su conciencia y a la que rara vez escuchaba. El inteligente y atractivo Irum, tan atento y cariñoso había resultado ser una est4fa. Ella merecía una compensación, aunque se sintiera como una interesada por conservar el dinero. Le haría falta para empezar de nuevo considerando que la mayoría de sus pertenencias se habían quedado en aquella casa. Esperaba que al menos él le permitiera ir a buscar sus pinturas, esas eran irremplazables. —¿Extrañas tu habitación? Canela la había despertado con sus chillidos. La cachorra caminaba hasta la puerta, la raspa
Irum Klosse, el hombre que no se equivocaba, acababa de cometer el que era hasta la fecha su más grande y terrible error. Camino al hotel donde Libi se hospedaba estaba considerando seriamente el cambiarse de nombre.Fue en la recepción donde se hizo patente que había cometido otro.—La señorita Arenquette dejó el hotel ayer, señor. ¿Puedo ayudarlo en algo más? Al anochecer ya tenía en su lista más de seis errores, así que se vio obligado a recapacitar. Irum Klosse sí se equivocaba, ¿sería también capaz de disculparse?〜✿〜Con el cabello al viento y bajo un pálido sol, Libi inhaló profundamente. Sus pulmones se llenaron de un aire frío y liviano que sabía al aliento de los árboles que la rodeaban. Eran tan grandes y ella tan pequeña. Sus problemas también se volvían más pequeños desde allí. Cada vez que se quedaba sola luego de que la vida la pateara en el suelo, ella acudía a Lucy y ésta no había sido la excepción.«Necesito inspiración para trabajar en unos cuadros, ¿podrías prest
Libi cruzó corriendo la arboleda que rodeaba la cabaña con todas sus fuerzas. Llevaba un tiempo sin hacer ejercicio y sus recientes malestares no le fueron de ayuda. Acabó tosiendo como tuberculosa, a punto de escupir un pulmón. Al menos Irum no se veía por ninguna parte. Y tan racional y cuerdo que le había parecido en un principio. En ciertos aspectos y, guardando las proporciones, era peor que Damien. Con Damien sabía qué esperar, la única incertidumbre era si acabaría dándole un puñetazo o una patada. Irum estaba mostrándose como alguien completamente impredecible y aquello la asustaba mucho más.Lo primero que haría al llegar a la cabaña de Lucy sería cerrar muy bien puertas y ventanas, beberse una cerveza fría y dormir hasta el día siguiente. La cabaña tenía dos pisos, una bella construcción de madera que había sido un piloto de las casas sustentables que empresas Sterling y su división inmobiliaria estaban diseñando. Se abastecía de electricidad a partir de paneles solares y
Estudiando artes, Libi había aprendido algo sobre diseño arquitectónico. Un fallo en los puntos clave de los cimientos era suficiente para hacer colapsar hasta la construcción más firme y sólida, sólo era cuestión de saber dónde atacar. Ciertamente, luego de pasar la noche en vela, Libi no estaba en condiciones de asociar aquellos detalles con los eventos de su propia vida, pero algo intuía. Poco a poco empezaba a desmoronarse. Un magnífico desayuno la esperaba en la mesa. Ella en la despensa no tenía ni la mitad de lo allí servido. Había fresas. Y crema.—Espero que lo disfrutes —le dijo Irum.Llevaba ropa diferente a la del día anterior y eso sólo significaba una cosa. —¿Cuánto tiempo más vas a quedarte aquí?—Eso depende de ti, Libi. Nos vamos o nos quedamos, pero no me iré de aquí sin ti.Su tono inflexible no daba lugar a la negociación, él ya había decidido por ambos. —Entonces llamaré a la policía.—Adelante. Con mis influencias podría conseguir que vinieran a rescatarme a
Despertar y sentirse tan cansada como al dormirse era señal de que todo iba terriblemente mal y así estaba Libi. Irum no la había acompañado en la cama y no supo qué pensar al respecto. En el velador encontró de regreso sus ansiolíticos y unos somníferos diferentes a los suyos. Volvió a encontrarse con Irum en el comedor, la esperaba para desayunar.—¿Cómo te sientes hoy, Libi?—Confundida. Y hambrienta. ¿No dormiste conmigo?—Seguiré en la habitación del segundo piso hasta que vuelvas a sentirte cómoda con mi cercanía, no quiero transgredir tus límites. Cuando quieras que durmamos juntos, sólo dilo y allí estaré. Muy racional y amable de su parte. Casi hacía parecer que ella estaba allí por voluntad propia, pensó Libi. —Mas tarde podríamos hacer algo que te guste —ofreció Irum, dispuesto a hacer tiempo en su agenda para ella—. Ir a pasear con Canela al parque, comer fuera, nadar en la piscina. —No sé nadar.—Yo podría enseñarte. El nado es un excelente ejercicio de fortalecimient