Laura Torres había perdido su preciada inocencia y también la confianza en los demás. Con una pequeña familia que jamás actuó como tal, había buscado el amor para aliviar su soledad. Después de algunas relaciones que acabaron en fracaso, ella supo que su gusto al momento de escoger hombres era aún peor que el de su madre. Sus percepciones solo cambiaron tiempo después, cuando a su vida llegó Erick Ferrer. Él aparentaba ser el hombre perfecto, trabajador y honrado que siempre había deseado. Erick tenía un oscuro secreto que Laura desconocía, su adicción al juego. Él generalmente tenía suerte y no debía afrontar grandes pérdidas, pero solo bastó con encontrar a un mejor jugador que él para que todo cambiara en su vida. -Que lástima que te retires. Tenía una mejor apuesta que vale más que todo esto- Erick iba a retirarse, pero Ángel Millar aún tenía un as bajo la manga -Si pierdo no tengo nada que ofrecer. No podría pagar- Comentó desilusionado -Podria darte una fortuna y además, mi Lamborghini, ¿Estás seguro de retirarte?- Ángel lo vió dudar y supo que había ganado -Te escucho- Una sonrisa de lado se formó en Angel al saber que había tocado un punto débil en el ingenuo apostador -El apartamento en el que vives y también a tu novia por una semana. Es todo- Erick se puso de pie molesto, pero Ángel aún no había terminado- piensa en cuanto podrías ganar y en la vida que le darías a ella Erick lo pensó por unos momentos y tomó la decisión que no solo cambiaría su vida. -Acepto Solo unos días después, Ángel estaba listo para cobrar su apuesta, pero no contaba con la astucia de Laura. -Apostaste con él, pero no conmigo, ¿Tienes miedo de perder contra una mujer?
Leer másNARRADOR La descripción, la m*****a descripción que Erick dió sobre quién lo abordó hizo que Ángel comprendiera de quién se trataba y no lo podía creer. El objetivo era Laura, claro que lo era, pero también él. Tenía los medios económicos y mucha gente rodeándolo dispuesta a hacer lo que quisiera por varios billetes. ¿Cómo no lo pensó antes? Joder, fue un idiota por no poner más atención aún sabiendo que él la deseaba. En la estación de policía, Ángel y Laura daban su declaración sobre quien era el culpable, pero no lo hacían solos. Una fotografía le mostró a Erick quien fue el culpable de darle un susto de muerte. Alejo estaba hospitalizado después de sufrir un atentado por no alejarse de Laura. Al salir de ver a Ángel y a Laura, alguien lo había chocado intencionalmente haciéndole perder el control del vehículo que conducía. La policía estaba custodiando la clínica por miedo a que quien dejó al médico en esa situación quisiera terminar su trabajo. También Ángel había puesto s
NARRADOR Laura piensa en todo lo que ha ocurrido y en el seductor médico que la contrató para trabajar en la clínica siendo una desconocida, sin haber pedido referencias, en su contacto físico y también en la evidente atracción que él sentía hacia ella. Aún así, el jamás hizo una propuesta indecorosa, ¿Sería inocente? ¿Y si lo juzgó todo el tiempo? Cómo en todo sitio, la gente chismosa existe y Erick no tardó en enterarse que Laura sufrió un atentado. Haber ido al casino y encontrar oficiales de policía haciendo algunas preguntas, junto a los empleados susurrando con pesar y preocupados por la "Señora Millar" lo hizo arder de celos pero también de preocupación. -Oficial. Tengo algo que decirle y creo que está relacionado con lo que le sucedió a Laura Torres- Tomó valor dejando la partida de Póker sin terminar "Estúpido, claro que tiene que ver pero no eres más que un puto cobarde que no pensó en ella de nuevo y que por eso la perdiste"- La conciencia del ex protestó Eric
NARRADOR Alejo había intentado comunicarse con Laura al número de teléfono que aparecía en su contrato, pero no lo había conseguido. Ella siempre llegaba temprano, algunos minutos antes de su hora de entrada y no había tenido queja alguna sobre su desempeño. Decidió llamar a Ángel para saber que estaba ocurriendo. Una de las enfermeras que trabajaba muy cerca de Alejo había demostrado su preocupación por Laura y eso más lo alarmó. Se arrepintió de no haberla retenido allí el último día que fue a trabajar, ¿Le habría ocurrido algo? Muy molesto, Ángel decidió responder. Conocía bien al doctor y no se rendiría hasta obtener una respuesta. -¿Por qué me llamas? Se que fuiste tu- Lo acusó con rudeza sin darle tiempo a decir hola -Espera, ¿De qué rayos hablas? ¿Laura está bien? No sé presentó a trabajar en días y si la llamo me envía al buzón- Ángel ardía de rabia, una furia asesina lo dominaba y su mano se apretaba en el teléfono imaginando que era el cuello de quién hablaba -¿De q
NARRADOR Laura entró a la casa que tanto tiempo fue testigo de su pasión y del cariño que comenzaba a crecer entre los dos. Volver allí la hacía sentir una pequeña seguridad que en su apartamento ya no podría encontrar nunca, aunque algo había cambiado. Ella ya no se sentía ni remotamente parecida a la última vez que allí había estado. -¿Cómo te sientes? No te atrevas a mentirme, es mi deber preocuparme por ti- Advirtió Ángel al notar que ella gemía levemente de dolor aunque intentaba disimularlo -Me duele. Se que eventualmente pasará y aunque el dolor es menor que al inicio aún está presente- Suspiró de forma entrecortada y Ángel la abrazó intentando demostrarle que no estaba sola en su dolor. Físicamente solo ella sentía ese dolor, pero sentimentalmente era compartido -Amor tengo los analgésicos que te recetó el médico. Vamos a la cama, necesitas descansar- La acompañó al dormitorio y la ayudó a recostarse Ángel no se sentía capaz de dormir. Tenía su teléfono en modo vibr
NARRADOR El guardaespaldas que había liderado toda la operación para ver la casa de quién consideraba la señora Millar se dirigió a la habitación donde sus jefes estaban. En sus manos llevaba una bolsa de papel que guardaba todo lo que habían usado para espiar el apartamento. -Señora, espero que esté recuperándose favorablemente. Lamento su pérdida- Había hecho un gesto de respeto- Señor necesito hablar con usted en privado -¡NO!- Gritó sin poder contenerse. Ella sabía que lo que ese hombre diría tendría que ver con lo que le ocurrió y ella por nada del mundo se quedaría al margen de la situación- Lo que tengas que decir lo dirás aquí delante de mi -Señora, con el respeto que usted merece debo contradecir su pedido para favorecer su recuperación y que pueda mantener la calma. Señor por favor- El guardaespaldas debió contradecirlo, pero Laura no estaba dispuesta a escuchar sus excusas por buenas y lógicas que fueran -Dije que no. Lo que dirás es sobre quién destruyó mi embarazo
NARRADOR Ángel fue conducido a la habitación donde Laura estaba recuperándose. Al verla allí tan pálida sabiendo lo que le había ocurrido sintió una profunda impotencia que lo consumía por completo. Sentía que había estado a punto de perderla y si eso era culpa de alguien ajeno al destino se lo haría pagar. Guardaba en su bolsillo el estuche que tenía una hermosa pulsera con dijes de corazones. Sabía que probablemente era cursi, pero sabía que ella la amaría y con ella estaba decidido a pedirle que fuera su novia. ¿Cuántas veces habían hecho el amor sintiéndose piel a piel? ¿Cuántas veces se había derramado en su interior? No planeó traer un hijo al mundo, pero si había llegado no quería perderlo. La sangre que había manchado sus manos era la prueba de su unión con Laura y eso lo carcomía. ¿Qué iba a suceder si ella lo apartaba de su vida por la inseguridad de no sentirse protegida a su lado? Los guardaespaldas mientras tanto trabajaban siguiendo su experiencia y sin órdene
NARRADOR -¿Un... aborto?- Laura habló con dificultad sintiendo que su cuerpo involuntariamente se doblaba por el dolor tan intenso que sentía Ángel la veía sufrir y se sentía impotente. No podía hacer nada para ayudarla, ni siquiera comprendía lo que estaba ocurriendo. -Lo siento mucho- El médico expresa su pesar Laura no soporta más el dolor y se desmaya, pero es allí cuando el médico nota que la pérdida de sangre es aún mayor y que ella está debilitándose. Ángel no sabe que hacer, la ve sudada y con su rostro bañado en lágrimas, su pantalón completamente mojado por su propia sangre y se altera al notar que se está formando un pequeño charco rojo a la altura del trasero de la mujer que tanto quiere. Ve la preocupación del médico y como él llama a una ambulancia. Él se quedó petrificado. Había planeado algo especial para ese día y en realidad deseaba llevar a cabo ese plan. Iba a pedirle a Laura formalmente que aceptara ser su novia. Estaban juntos cada día, pero ella ne
NARRADOR Ángel había estado investigando los movimientos de Alejo con demasiada cautela porque sabía que el no era precisamente un hombre descuidado, mucho menos un tonto. También había estado investigando incansablemente la tienda de Lucio, pero no había encontrado nada raro allí, mucho menos alguien que pudiera tener interés en dañar a ese hombre de apariencia normal. Laura había seguido trabajando tal como lo hacía siempre, aunque muy cerca de Ángel. Él se preocupaba demasiado por ella y por su bienestar. Siempre controlaba los detalles por mínimos que estos fueran por miedo a que ella pudiera ser drogada y sometida en contra de su voluntad. Las semanas transcurrían en lo que parecía una rutina que rozaba la paranoia por parte de Ángel. Laura, seguía las indicaciones, pero aunque intentaba no demostrar su miedo ante lo que había escuchado ella no era buena disimulando. Laura estaba por cumplir los tres meses de trabajo en la clínica. Nunca había llegado tarde y ningún emp
NARRADOR Laura iba prolijamente vestida cada día a su trabajo. Era muy diferente su trabajo a lo que ella había imaginado. Había pensado en comenzar en el casino al terminar su período de prueba de tres meses. Ver a los pacientes morir era muy doloroso para ella, por lo que prefería ver apostadores empedernidos alrededor de una mesa recibiendo cartas. El sueldo que cobraba era realmente bueno, así como también los beneficios adicionales. Allí no necesitaba usar ropa costosa ni ir maquillada, eso era un gran punto adicional. Aún así emocionalmente le afectaba. No estaba preparada para afrontar eso cada día. Ángel estaba molesto con ella, cada día más celoso y eso no le agradaba. No quería dejar de verlo, mucho menos que la extraña relación que tenían se viera afectada o, peor aún, que llegara a su fin. Laura comenzó a notar que Ángel era más controlador y eso no le agradaba. Ella no tenía idea de que él solamente estaba intentando protegerla. La falta de comunicación entre l