NARRADOR Ángel sabía que el momento que más había esperado, había llegado. Mientras más se prolongara el reencuentro con Erick, más dulce sería la recompensa. Recordó a Laura cada día imaginando lo delicioso que sería lograr que perdiera su voluntad y recibir las atenciones de un hombre de verdad. Tal y como imaginaba, Erick llegó a la misma hora se siempre dispuesto a dejar todo el dinero que le quedaba hasta su fecha de cobro. Era un idiota demasiado predecible y él un jugador experimentado que le demostraría el precio verdadero de las apuestas. -Ya sabes lo que tienes que hacer- Se dirigió a su empleado de confianza para que supervisara todo y se ocupara de que él fuera atendido como el más adinerado de los apostadores-Si señor, con permiso- Se dirigió sin demora a cumplir su laborErick se sentía poderoso porque creía que el casino lo consideraba un cliente distinguido, pero no era más que un tonto frecuente. Ángel, con su andar elegante y calmado se dirigió a apostar contra s
NARRADOR Un juego de práctica había elevado la confianza de Erick al mismísimo cielo y tal vez más. Con un simple full, Ángel había perdido. -Realmente eres bueno, creo que perderé mi amado Lamborghini- Halagó falsamente a su contrincante-Será bueno conducirlo- Erick se veía demasiado confiado y su pose se había relajado, grave error Para Ángel era sencillo. De primera había perdido dejando pasar todas las cartas importantes que podría haber utilizado en su beneficio. Simplemente evitó hacerlo. Quería sentir el verdadero sabor de la victoria en breve. Disfrutaría la expresión de derrota de ese idiota que necesitaba un milagro para ganarle. Una baraja totalmente nueva fue puesta delante de ellos. No habría trucos, todo sería legal, al menos evitando la apuesta por alguien que no estaría dando su consentimiento. Los minutos transcurrían y Ángel no demostraba lo que estaba haciendo. Erick también jugaba, pero desconcentrado imaginando el rugido poderoso del motor del Lamborghini. I
NARRADOR-¿Qué fue lo que apostó?- Preguntó consumida por los nervios, el pánico, la creciente sensación de desesperación-Me perteneces por toda una semana. Vienes conmigo, no necesitas llevar nada- Ángel comenzaba a sentirse impaciente -Puedo caminar sola- Dos hombres fornidos vestidos de negro habían entrado solo para controlar que Erick no tuviera un pequeño indicio de valentía y quisiera mantener a Laura con élLaura salió de su apartamento con la idea de negociar. Si ese hombre también disfrutaba las apuestas, tal vez podría apostar para salvarse. Subió al vehículo de lujo en el asiento trasero junto a Ángel y se sentó lejos de él sin saber lo que sucedería allí donde no tendría lugar para huir. -No hay razón para temer, Laura. Soy un hombre realmente generoso- Puso la mano sobre su pierna y ella la apartó de un manotazo causando su risa Para él sería muy divertido. Si, de eso no había duda. -¿Dónde iremos?- Le preguntó con preocupación. Él conductor solo veía hacia la carre
NARRADOR Laura estaba escandalizada, no había otra palabra que describiera lo que había sentido cuando Angel le habló con tal nivel de franqueza. -¿Despreciable? ¿Eso piensas de mi?- Ángel comenzó a reír y dejó de barajar. Hablar con ella era totalmente divertido -Quieres... conmigo y sabes que mis deseos no son los mismos que los tuyos- Lo miró sintiéndose totalmente ofendida -Follar, puedes decirlo. Al menos soy sincero, ¿No te parece? Tal vez prefieras estar con tu adorado novio tan correcto y caballero- Él tocó esa fibra sensible y ella lo odió aún más -No tengo novio. Juré que jamás estaría con alguien que tuviera vicios de algún tipo y finalmente me quedé con el peor- Se quejó-Suele suceder. Eres demasiado ingenua. Él estuvo en el casino cada fin de semana, de cada mes apostando todo lo que tenía en su poder. Cuando se retiraba lo hacía sin dinero. Debiste darte cuenta- Laura se sintió estúpida y aunque no confiaba en quien tenía enfrente, sabía que estaba siendo sincero. T
NARRADOR Laura salió del baño con su cabello mojado y desenredado. El pijama negro que estaba usando era de seda. La parte superior tenía un pequeño escote, pero también una cierta cantidad de encaje que mostraba parte de su sostén. El pantalón cubría su trasero, no mucho más. En los laterales tenía dos grandes triángulos de encaje para hacerlo aún más sensual. Dormir así, en la habitación de alguien que quería desnudarla no la hacía sentir segura. Tampoco tenía adónde ir, ni la posibilidad de salir de la habitación. Ángel evitó hacer comentarios, pero con lujuria observó a Laura arrepintiéndose de haber aceptado apostar. Si tan solo le hubiese devuelto su apartamento... pero no. Él tuvo que aceptar un nuevo juego que lo haría dormir excitado. Tener a Laura en su dominio, le producía excitación. Quería arrancarle ese pijama y descubrir su cuerpo. Sabía bien que Erick era un inútil, ¿Que hombre escogería apostar teniendo una mujer así de atractiva en casa? Solo un idiota. Él salió
NARRADORPara Laura, amanecer con Ángel fue difícil. Él aún dormía profundamente a su lado y ella no comprendía como podía hacer eso, ¿Acaso no tenía conciencia ni remordimiento? ¿Cómo lograba dormir después de haberla apostado en contra de su voluntad? Quiso escapar de los brazos de Ángel, pero él solo la aprisionó aún más. Su conciencia no le había permitido dormir demasiado. Se había acabado excitado por lo que él había hecho. Un hombre tan despreciable, uno sin escrúpulos como él. Su cuerpo había experimentado un atemorizante nivel de placer mientras él besaba su cuello y aún más cuando frotaba sus partes. Lo había comprendido todo más tarde. Para Ángel, las mujeres no eran más que objetos, adornos sin valor. Si el quería sexo con alguien podía pagar por conseguirlo, pero ella no se vendía. Él creyó que si y por eso hizo esa estúpida e insultante propuesta, seducido por el deseo, perdido en el nivel de excitación que en su propio juego consiguió. -Si hubiésemos tenido sexo aún d
NARRADORÁngel recibió los reportes de sus empleados sobre lo que hacía Laura y también sobre Erick. Él deseaba saber todo, aún más sobre el ex novio. ¿Había abandonado el apartamento? ¿Seguía allí? ¿Intentaría recuperarla? -Toda una leona- Ángel dejó su teléfono con una sonrisa al saber lo que ella había dicho Mientras Laura trabajaba admirando el trabajo de Lucio y atendiendo posibles compradores, Ángel se disponía a la tarea de averiguar más sobre ella. ¿Cómo había aprendido a jugar? Conocía esa técnica, el mismo la usaba y ella le había ganado en el que debía de ser su dominio. -Me hiciste sentir confiado y me ganaste Laura. ¿Dónde y con quién aprendiste a jugar? Ninguna persona como tu puede aprender en un minuto y ganarme- Con los dedos en su barbilla reflexionaba en voz alta y por más que le daba vueltas en su mente, no tenía sentido -Si juegas tan bien, ¿Cómo es que desconocías lo que tu novio hacía? ¿Por qué no intentas ganar dinero apostando? Si odias las apuestas y los
NARRADOR Laura dilató el momento de la cena cuánto pudo. Estar en la cama con Angel la hacía sentir nerviosa, pero sabía que aún así debía ir con él y luchar por conciliar el sueño. Para él su miedo era demasiado evidente y aún más como evitaba mirarlo concentrándose en la comida que cortaba en minúsculos trozos. Acabó por abandonar la deliciosa cena. Con tanta ansiedad se sentía demasiado incómoda para poder comer con tranquilidad. Ella lo siguió al cuarto en silencio y entró cuando él le abrió la puerta. Lo mismo de la noche anterior se repitió y pronto la puerta estuvo asegurada convirtiéndola en su prisionera. -Ve primero a la ducha. Luego iré yo, o si prefieres podemos ducharnos juntos- Inquirió mirándola con intensidad y fantaseando con todo lo que podría hacer en su baño Ángel la miró corriendo del armario al baño y escuchó el preciso instante en el que ella le ponía seguro a la puerta. Una alerta en su teléfono hizo que dejara de prestar atención en la mujer que temporal