Alice Davis es una diseñadora arquitectónica en banca rota que vive en la ciudad de Nueva York. Recién acaba de graduarse y debía conseguir empleo para poder costear los medicamentos para el cáncer de su madre e intentar salvarle la vida, así que esta deberá trabajar sin descanso para recuperar la única familia que le queda. Dalton Monroe es el CEO mas exitoso en el mundo arquitectónico. Este hombre a demás de ser guapo y poderoso también es un padre soltero que busca a alguien que sea capaz de ser la niñera de su hijo sin que salga corriendo puesto que su travieso hijo pequeño se especializó en traumatizar a todas las niñeras de la ciudad y ahora no existe nadie que quiera quedarse con él. Después de tantos intentos fallidos en su travesía de buscar empleo, Alice decide darse una última oportunidad y, luego de tener una entrevista en Monroe’s Company y ser degradada a asistente, descubre que su nuevo jefe quiere que no solo se dedique a cumplir sus exigencias laborales, sino que también debe mudarse a su casa y cuidar al joven diablillo. Una inocente soñadora que solo quiere cumplir sus metas… Un Odioso empresario obsesionado con el control… Y un pequeño diablillo que solo busca llamar atención de su padre… Está es una historia repleta de romance, drama, pasión y comedia que sin duda alguna marcará tu corazón.
Leer másLuego de que Alice se fuera, Samuel tomó asiento junto a Gabriel, lo miró a los ojos y entonces comenzó a interrogarlo sin rodeos.—Gabriel… quiero que me digas lo que está sucediendo. —Exigió. — Siento que en el poco tiempo que llevamos de conocernos tú me conoces más que nadie, pero yo no conozco nada de ti. Me ocultaste lo de tus padres, el orfanato, tu vida en las calles… ¿Por qué no me lo contaste antes? ¿Cómo es que sabes pelear tan bien? ¿Y quién demonios es Lara? —Farfulló hablando cada vez más fuerte.Gabriel se quedó en silencio por un momento, mirando a Samuel con una expresión seria. Sabía que no podía decirle la verdad, así que decidió inventar una historia que pareciera lo bastante convincente para calmarlo.—Samuel, lamento mucho no haber sido completamente honesto contigo. Hay cosas de mi pasado que son difíciles de compartir y no me gusta hablar de ellas porque me traen muy malos recuerdos… —Comenzó Gabriel, tratando de sonar convincente.Samuel frunció el ceño, trata
Samuel y Gabriel esperaron aproximadamente una hora afuera de la oficina del director, nerviosos y expectantes. El silencio en el pasillo era casi ensordecedor, y cada minuto que pasaba se sentía como una eternidad. Finalmente, la puerta de la recepción se abrió y Samuel no pudo creer lo que veía: Alice estaba allí.El director la había llamado, y al verlo, Alice se acercó a Samuel con una mezcla de preocupación y sorpresa en su rostro.—Samuel, ¿Qué está pasando? Nunca te habías peleado con nadie antes. —Dijo Alice, su voz estaba cargada de incredulidad.El castaño abrió su boca para responder, pero antes de que pudiera responder, el director salió de su oficina y le hizo una señal a Alice para que entrara. Ella le dirigió una última mirada a Samuel antes de seguir al director, dejando a los chicos nuevamente solos en el pasillo.Después de unos minutos que parecieron interminables, el director llamó a Samuel y Gabriel a su oficina. Samuel sintió un nudo en el estómago mientras camin
Samuel se tensó al escuchar las palabras de la subdirectora. Miró a su alrededor, tratando de procesar lo que acababa de escuchar.—¿Jennifer? —Preguntó, intentando ocultar su sorpresa.La subdirectora asintió con firmeza.—Sí, Samuel. Por favor, acompáñame a mi oficina.Samuel siguió a la subdirectora por los pasillos de la escuela, sintiendo una creciente sensación de inquietud. Llegaron a la oficina y, al entrar, vio a Jennifer sentada en una silla, con una expresión de impaciencia. Al ver a Samuel, esbozó una sonrisa que no llegó a sus ojos.—Samuel, querido, qué bueno verte. —Dijo Jennifer con una voz aparentemente amable.Samuel no pudo evitar sentirse incómodo. Desde que recordaba, su relación con Jennifer había sido tensa y distante.—¿Qué haces aquí, Jennifer? —Preguntó Samuel, tratando de mantener la calma.Jennifer se levantó y se acercó a él, colocando una mano en su hombro de manera posesiva.—Solo quería verte y hablar contigo. Han pasado tantas cosas desde que... bueno,
Samuel se tensó al escuchar las palabras de la subdirectora. Miró a su alrededor, tratando de procesar lo que acababa de escuchar.—¿Jennifer? —Preguntó, intentando ocultar su sorpresa.La subdirectora asintió con firmeza.—Sí, Samuel. Por favor, acompáñame a mi oficina.Samuel siguió a la subdirectora por los pasillos de la escuela, sintiendo una creciente sensación de inquietud. Llegaron a la oficina y, al entrar, vio a Jennifer sentada en una silla, con una expresión de impaciencia. Al ver a Samuel, esbozó una sonrisa que no llegó a sus ojos.—Samuel, querido, qué bueno verte. —Dijo Jennifer con una voz aparentemente amable.Samuel no pudo evitar sentirse incómodo. Desde que recordaba, su relación con Jennifer había sido tensa y distante.—¿Qué haces aquí, Jennifer? —Preguntó Samuel, tratando de mantener la calma.Jennifer se levantó y se acercó a él, colocando una mano en su hombro de manera posesiva.—Solo quería verte y hablar contigo. Han pasado tantas cosas desde que... bueno,
Luego de que Alice se fuera, Samuel tomó asiento junto a Gabriel, lo miró a los ojos y entonces comenzó a interrogarlo sin rodeos.—Gabriel… quiero que me digas lo que está sucediendo. —Exigió. — Siento que en el poco tiempo que llevamos de conocernos tú me conoces más que nadie, pero yo no conozco nada de ti. Me ocultaste lo de tus padres, el orfanato, tu vida en las calles… ¿Por qué no me lo contaste antes? ¿Cómo es que sabes pelear tan bien? ¿Y quién demonios es Lara? —Farfulló hablando cada vez más fuerte.Gabriel se quedó en silencio por un momento, mirando a Samuel con una expresión seria. Sabía que no podía decirle la verdad, así que decidió inventar una historia que pareciera lo bastante convincente para calmarlo.—Samuel, lamento mucho no haber sido completamente honesto contigo. Hay cosas de mi pasado que son difíciles de compartir y no me gusta hablar de ellas porque me traen muy malos recuerdos… —Comenzó Gabriel, tratando de sonar convincente.Samuel frunció el ceño, tratan
Malek sujetó la máscara del hombre y se la arrancó de un tirón al tiempo que Alice se acercó para ver de quién se trataba.—No lo puedo creer… —Musitó sorprendida.El hombre enmascarado era nadie menos que uno de los antiguos socios de Dalton, un rostro que Alice y Malek reconocieron de inmediato. Ese hombre fue el primero en ponerse del lado de Jennifer cuando inculpó a Dalton sobre todos esos crímenes en el pasado.—Este tipo… ¿Qué no trabajaba con Dalton en el pasado? —Preguntó Malek con una mezcla entre preocupado, extrañado y sorprendido a la vez.Alice se llevó una mano a la frente, tratando de asimilar lo que estaba viendo.—No lo entiendo… ¿Por qué intentaría secuestrar a Samuel? —Cuestionó la castaña con su voz temblando ligeramente.—Pienso que deben llamar a la policía, no sé lo que está pasando, pero creo que este hombre debe asumir las consecuencias de sus actos… —Sugirió el pelinegro con firmeza.—¿Y tú no crees que deberías ir a ponerte algo de ropa? No te metas en asunt
Samuel y Gabriel esperaron aproximadamente una hora afuera de la oficina del director, nerviosos y expectantes. El silencio en el pasillo era casi ensordecedor, y cada minuto que pasaba se sentía como una eternidad. Finalmente, la puerta de la recepción se abrió y Samuel no pudo creer lo que veía: Alice estaba allí.El director la había llamado, y al verlo, Alice se acercó a Samuel con una mezcla de preocupación y sorpresa en su rostro.—Samuel, ¿Qué está pasando? Nunca te habías peleado con nadie antes. —Dijo Alice, su voz estaba cargada de incredulidad.El castaño abrió su boca para responder, pero antes de que pudiera responder, el director salió de su oficina y le hizo una señal a Alice para que entrara. Ella le dirigió una última mirada a Samuel antes de seguir al director, dejando a los chicos nuevamente solos en el pasillo.Después de unos minutos que parecieron interminables, el director llamó a Samuel y Gabriel a su oficina. Samuel sintió un nudo en el estómago mientras camina
Al llegar a la escuela, se encontraron con una mezcla de curiosidad y miradas de desaprobación de sus compañeros. Samuel sabía que su mala reputación seguía afectándolo, pero ahora, con Gabriel a su lado, sentía que podía afrontar cualquier cosa.Entraron al aula y tomaron asiento juntos. A lo largo del día, Gabriel permaneció cerca de Samuel, asegurándose de que todo estuviera bajo control. Sabía que debía cumplir su misión sin levantar sospechas, pero también comenzaba a desarrollar un verdadero afecto por Samuel, pero tenía que ser profesional y mantenerse a raya. Un agente condecorado no puede enamorarse de sus protegidos.Durante el recreo, Samuel y Gabriel se sentaron en un rincón tranquilo del patio. Samuel sacó los documentos que habían encontrado la noche anterior y los revisaron juntos, tratando de descifrar cualquier pista adicional.—Mira esto, hay un nombre que se repite en varios de los documentos: "C. Roth". ¿Quién crees que sea? —Preguntó Samuel, señalando el nombre en
—Busquemos cualquier cosa que pueda ser una pista. No podemos despertarla —Respondió Samuel a media voz, comenzando a revisar la habitación en silencio.Mientras buscaban, encontraron una maleta abierta con documentos y papeles esparcidos por el suelo. Samuel recogió uno de los documentos y lo leyó rápidamente.—Mira esto. Es un informe de seguimiento. Parece que Jennifer ha estado vigilando a alguien. —Dijo Samuel, mostrándole el documento a Gabriel.—¿A quién? —Preguntó Gabriel, mirando el informe con interés.—No lo sé, pero debemos llevarnos esto y revisarlo con calma. No podemos quedarnos aquí mucho tiempo. —Respondió Samuel, guardando el documento en su mochila.De repente, la figura en la cama se movió y emitió un gemido. Samuel y Gabriel se quedaron inmóviles, conteniendo la respiración. Jennifer se giró en la cama, pero no se despertó. Los dos jóvenes aprovecharon la oportunidad para salir de la habitación en silencio.Al llegar al pasillo, cerraron la puerta con cuidado y se