CAPÍTULO 5

Las cosas comenzaron a ir de viento en popa, Estrella se comenzó a convertir en la madre de dos niñas que no tenían a nadie más que a ella, y a su familia, porque, sin duda alguna, si a alguien querían ese par de niñas definitivamente era a Chase y a Rebecca, que las querían demasiado también.

Poco a poco, con el paso de los días, ellas no solo comenzaron a responder a las preguntas que los de a su alrededor les hacían, también comenzaron a dar pie a conversaciones, y ver eso siempre le llenó el corazón a Estrella; y a Kenya, que no se perdía de nada de lo que con ellas pasaba gracias a que la tutora temporal del par de niñas le compartía vídeos y mensaje de su crecimiento. 

Y así, tras dos semanas en casa de sus padres, y media semana en su departamento, Estrella decidió darle un poco de normalidad a su vida regresando a su trabajo, por eso buscó y visitó guarderías que cuidaran a las niñas parte del día.

Durante tres días la joven tutora, acompañada de dos niñas medio temerosas de conocer un nuevo entorno, visitaron seis lugares que le ofrecieran lo que estaba necesitando: un lugar lindo, con un buen plan educativo y excelentes cuidadores que protegieran a sus pequeñas cuando ella no pudiera hacerlo debido a su trabajo; y, aunque no fue difícil elegir un lugar, dejarlas ahí solitas sí lo fue. 

—Es normal —dijo Rebecca al ver a su hija entrar inquieta a su oficina y escuchar de ella que la razón de su inquietud era haber dejado a las niñas llorando en la guardería—, se estaban acostumbrando a estar contigo todo el día, les debe de costar quedarse en un lugar sin ti, sobre todo cuando seguro se parece al albergue del que las sacaste al borde de la depresión... Estrella, puede que tengan miedo de que las dejes solas ahí, estarán pensando que las vas a devolver al albergue o las abandonarás en este nuevo lugar. 

—Pero no las voy a dejar ahí, iré por ellas en la tarde —explicó Estrella algo que, como adulto, tenía claro, pero que a los niños les costaba entender, si lo sabría bien su madre que fue maestra de preescolar y que sufrió demasiado mientras Chase se acostumbraba al jardín de infantes. 

—Amor, los niños son más instinto que razón, el miedo es miedo así que, si lo quieres es que se acostumbren sin sufrir demasiado, ve por ellas en un par de horas, llévalas corto tiempo por unos días y poco a poco alarga ese tiempo —sugirió Rebecca y Estrella asintió agradecida de tener una excusa para poder ir por ellas mucho más pronto de lo planeado. 

Y eso hizo, justo dos horas después de haber recibido el consejo de su madre Estrella atravesaba la puerta de la guardería para recibir a sus pequeñas tutoradas con una enorme sonrisa y les explicó que, aunque las seguiría llevando, porque era bueno pare ellas, siempre iría por ellas y luego de eso pasarían el resto del día juntas. 

Entonces, tal como Rebecca previó, Roberta y Rebeca se acostumbraron a eso, a ir y estar solas por algunas horas con más niños y con algunos adultos que las cuidaban, jugaban con ellas y les enseñaban cosas divertidas que a Estrella, Chase, Rebe y Alessandro siempre les encantaba escuchar.

Y, también, el par de niña se acostumbraron a pasar una o dos horas en las oficinas de la empresa de Alessandro, jugando con todo lo que les permitían y siendo adoraras por todos los que en el lugar laboraban, sobre todo la familia de una que, tras meses de convivencia, comenzaron a llamar mamá.

**

—¡Mami! —gritó Roberta, corriendo a las piernas de una joven que, ni bien la escuchó, giró en dirección de la pequeña.

Estrella, fingiendo que no le encantaba escucharlas llamándola así, a pesar de que no debían y de que se los había dicho infinidad de veces, vio ir hacia ella a dos pequeñas preciosas que sonreían enorme. 

Rebeca y Roberta tenían más de seis meses con ella, y todo había ido de bien a mejor día con día, ahora ellas se amaban con todo su corazón, al punto de que Estrella había decidido dar un segundo paso y dar inicio con un proceso de adopción que legalmente las convirtiera en lo que ya eran en su corazón: madre e hijas. 

FLASHBACK 

—Tella —habló una de las gemelas que, justo en ese momento, a pesar de tener un par de meses de convivencia, no identificaba solo por la voz, así que volvió la mirada a ellas y supo que quien le hablaba era Rebeca, porque Roberta estaba dormida justo al lado de su hermana—, ¿mamá y papá se fueron al cielo? 

Estrella, que alcanzaba a notar la preocupación de la pequeña en sus ojos, respiró en serio profundo y se encaminó a su cama para hacerle sentir que estaba con ella.  

La joven caminaba lento, como haciendo tiempo para pensar en qué decirle porque, para ser completamente franca, no se había esperado semejante pregunta jamás.  

—Sí —respondió al final la joven, sin poder sonreírle a la pequeña—. ¿Recuerdas lo que pasó? 

—El coche chocó —dijo la niña que hablaba más y más claro de las dos y que, al parecer, también estaba más avispada que la otra—. Mamá y papá no epetaron.  

Estrella asintió, eso era lo que ella sabía también, pero no había esperado que la pequeña entendiera lo ocurrido. 

—Se fueron al cielo —mencionó la joven lo que la propia niña hubiera dicho antes—, y desde allá las van a cuidar siempre, pero, como son tan pequeñas, necesitan a alguien que las cuide también aquí. Rebeca, ¿tienen algún tío o tía? ¿Sabes dónde están tus abuelitos? ¿Dónde vivían antes del accidente? 

La cuestionada negó con la cabeza y, sin saber cómo interpretar eso, Estrella simplemente volvió a respirar profundo, ganado la fuerza de sonreír esta vez, y haciéndolo. 

» Bueno, no te preocupes —pidió la mayor—, yo las voy a cuidar entonces. ¿Estás bien con eso? 

—¿Vas a ser mamá de Becky y Bety? —preguntó la niña y el aire que se agolpaba en los pulmones de Estrella casi le hace llorar, por eso, pensando en que tal vez eso era lo que deseaba, le sonrió a la niña y le acarició la carita.  

—Solo por un ratito —respondió la cuestionada y se dejó abrazar por la mayor de esas dos pequeñitas que, ahora, estaba completamente segura de que se habían robado su corazón.  

FIN DE FLASHBACK 

Estrella se acuclilló para recibir al par de niñas que recién llegaban de la guardería acompañadas de la joven que le ayudaba con la comida y el aseo de la casa cinco días a la semana, y cuya última tarea del día era justo esa: recoger a las niñas de la guardería a las dos de tarde y llevarlas a la empresa con ella.

—¿Se portaron bien? —preguntó la joven algo que siempre les preguntaba, y luego rio a carcajadas cuando Beca admitió que ella no, al tiempo que Beta asentía con la cabeza.

La escena era divina, por eso todos los que la veían no pudieron evitar sonreír, todos excepto un prospecto a nuevo socio que, tras haber conversado con Chase y Alessandro toda la mañana, se dirigía a comer y aguardaba el elevador que, al abrirse frente a él, fue abandonado por dos niñas que creía conocer.

Sin embargo, aunque estaba casi seguro de que ese par de niñas eran quien él creía, a la madre de las niñas no la conocía de ningún lado, por eso, confundido, y a sabiendas de que esa mujer era la hija de su posible futuro socio, y que definitivamente ella no ser iría de ahí, ni las niñas, decidió alejarse para poder investigar, y también para respirar, porque esa confusa situación lo estaba dejando sin aire. 

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo