SINOPSIS En el texto se narra una historia de drama, amor y romance erótico. Ashley Freetman una chica joven, universitaria, sencilla y enamorada desde que tiene uso de razón de Noah Hanks, él fue su amor de adolescencia y ahora su juventud. Cuando a ella se le presenta la oportunidad de estar con él, no lo piensa dos veces para darle su virginidad. Noah Hanks, es un hombre quince años mayor que Ashley, el cual pensó que el amor y la felicidad no estaban hechos para su vida, hasta que descubrió que sus sentimientos por la pequeña Ashley, no eran los mismos que tenía desde que la vio nacer y crecer. La pequeña no sólo era una de sus alumnas en la universidad de Harvard y el hospital donde se desempeñaba. La pequeña Ashley, ahora era su tentación prohibida la cual no podía tocar, pero la joven estaba despertando nuevamente al hombre posesivo, dominante y temeroso de perder la felicidad que siente que se le escapaba nuevamente de las manos. Lo que más teme Noah, es enfrentar a la pequeña Ashley, con su pasado y el motivo que lo llevó a ahogarse en el licor; Pero de lo que no se había dado cuenta Noah, era que ya es tarde para pensarlo, lo que no deseaba comprometer ya lo había dado y era su corazón y su alma, que pendían de un hilo con las decisiones de Ashley. Mayores de 18 años, Alto Contenido Erótico y descriptivo; Formato digital e impreso. Prohibida su copia o adaptación Reservados todos los derechos a su autora. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia ISBN: en proceso Sin Editar Autora: Helen Vivas
Leer másObservo todo a mí alrededor, hay muchos vidrios en el piso, botellas de whisky y vasos de vidrios estrellados, el olor a alcohol marea. Tía Abigail y yo, nos observamos con preocupación, avanzo subiendo las escaleras apresurado, al igual que mi tía. Ingreso a la habitación. Mi padre está sobre la cama, tía y yo, nos acercamos con nerviosismo.─ ¿¡Samuel!? ─ lo llama mi tía, moviéndolo varias veces.─ ¿¡Papá!? ─ Murmuro con miedo, también moviendo su cuerpo.─ ¿Samuel? ─ Insiste tía.─ ¿Valerie? ─ murmura mi padre, en una voz enredada y con aliento a whisky.Tía Abigail y yo, nos observamos con preocupación, pero aliviados de que hubiese respondido. Lo acomodamos en la cama, ya que parecía que a duras penas, hubiese logrado llegar a ella y lanzarse sobre la misma.*******─ Ya todo está limpio, ─ murmura, tía Abigail. Anoche, nos acostamos tarde tratando de acomodar un poco el desastre. Ninguno de los dos ha logrado dormir casi y hasta esta mañana culminamos de limpiar.T
─ No deseo que te vayas, ─ susurró abrazándome. Busqué sus labios, en tres días viajaría al condado con tía Abigail. Mamá me pasará buscando cuando llegue de su luna de miel.─ Ven conmigo, ─ susurré.─ ¿Para tú casa? ─ Preguntó entrelazando nuestras piernas, se sentía tan bien estar los dos desnudos y abrazándonos.─ Eres mi novia, ─ le dije sonriendo.─ Quiero ser más que eso Sebas, no deseo que dejes de tocarme, ─ pronunció besándome. Bajé mis manos hasta sus glúteos acariciándolos suavemente, todo se sentía demasiado placentero.─ No dejaré de tocarte, ─ le respondí lleno de deseo.─ ¿Te ha gustado tocarme? ─ Preguntó mirándome con intensidad.─ Mucho, ─ le respondí apretándola hacia mi cuerpo.─ ¿Me amas, Sebas? ─ Preguntó sentándose sobre mis caderas sin dejar de mirarme. Las sábanas se deslizaron por su espalda, no pude evitar recorrer con la mirada su cuerpo desnudo, era tan hermosa.─ Mucho, ─ repetí respondiendo su pregunta. Su rostro marcó una sonrisa y Aleska, era mucho m
Nos besamos de una forma muy diferente a la usual, no sé si por la excitación de la escena que habíamos presenciado en el jardín, por los videos sexuales, o por lo caliente que estábamos.Aleska, fue abriendo los botones de mi camisa y yo, me quité la corbata, la ayudé a sacar mi camisa, luego ella giró su cuerpo y bajé el cierre de su vestido, ayudándola luego a quitárselo.La había visto en traje de baño muchas veces, pero verla en ropa interior era excitante, no sé porque me había endurecido más, solo con verla. Su pequeña panty, dejaba ver su pelvis con un poco de vello púbico. El brassier hacía notar unos pezones pequeños y rosados. Aleska, se fue a la pretina de mi pantalón abriéndola. Yo, deslicé el cierre y ella lo bajó junto al bóxer. Ella, se quedó mirando mi erección y yo, no me atreví ni a moverme. Tragué grueso cuando la vi acercándose más, posó sus manos en mis hombros empujándome. Me acomodé en la cama boca arriba, solté su brassier, sus pechos quedaron al descub
─ Vamos al jardín, ─ me susurra Aleska, al oído. No le respondo nada, suelto su mano y envuelvo su cintura, sacándola de la pista de baile, la orquesta está en su apogeo, al igual que la fiesta. Hay muchos invitados y la mayoría está en la pista de baile.─ ¿Para dónde van? ─ Pregunta mi madre al vernos, sacando su rostro del cuello de Franchesco.─ Vamos para el jardín, ─ sonríe Aleska.─ ¡Ya, déjalos quieto! ─ Murmura Franchesco, sonriendo y llevándola otra vez a su hombro, para continuar bailando. Aligero el paso de Aleska, antes que mi madre se ponga intensa.El jardín del hotel, está lleno de parejas caminando y grupos charlando. Entre ellos hay uno con mis abuelos Andrew y Hailey, también la abuela Samantha y el abuelo Ethan. Prácticamente, salimos huyendo antes que las abuelas comiencen a perseguirnos. Tomamos el lado contrario a ellos.─ Amor, debes descansar. Escuchamos la voz de Noah, acariciando el vientre plano de mi prima Ashley.─ Mi vida, piensas que si me sintiera
*Jordan McCarthy*Observo a mis dos hijos adolescentes. Cesar y Leonardo, están bailando en la pista con unas adolescentes, una de ellas es española y la otra es Londinense. Parecen dos babosos tan embelesados como mi sobrino Sebastián, por la sobrina de mi nuevo cuñado.Dirijo la mirada a mi hermana Valerie, quién también sonríe feliz bailando con Lumbardi.─ ¿Bailamos señora McCarthy? ─ Le pido a mi esposa sonriendo. Ella asiente, la llevo a la pista de baile, la rodeo completamente, ella envuelve mi cuello, hemos atravesado varias dificultades, como mi amor por Lissie y su misterioso amor por el arqueólogo. El cual ha vuelto a desaparecerse y yo, agradezco a Dios, por eso y le pido que no aparezca más. Ojalá se me cumpla el deseo, porque ese es mi deseo, que el arqueólogo se vuelva a perder por lo menos lo que resta de nuestras vidas, así como Abigail, desea que deje de amar a Lissie.Observo a mi alrededor y los ricos, aparte de su riqueza, lo que más tienen es locura. Esto
Abigail McCarthyUna vez hecho el brindis, nos acercamos para felicitarlos, estoy pendiente de la pequeña Hailey, que está correteando por el jardín, nos acercamos al tronco que está colocado sobre un caballete, donde será el próximo rito, esta al parecer es una de las tradiciones más importante de las bodas de Alemania.Valerie y Franchesco, se acomodan cada uno a cada lado del serrucho, que cruza gran parte del tronco. Los recién casados por el civil, se acomodan a cada lado, sosteniendo los mangos de los extremos del serrucho. Ambos comienzan a pasar el serrucho del uno al otro extremo, este rito significa que como pareja, podrán superar en equipo cualquier obstáculo que se les presente.─ Espero que ese obstáculo esta vez no sea la infidelidad, ─ murmura Jordan, yo lo observo, no puedo negar que sus palabras me duelen. Nunca pensé que Valerie y mi hermano se separarían algún día, pero de corazón deseo que ellos sean felices y mi cuñada no vuelva a pasar nunca, por algo seme
Abigail McCarthy─ Vamos, levántate o se nos hará tarde. ─ Sonrío cuando mi esposo presiona más sus brazos sobre mi cintura. Juro que a veces no lo entiendo, unas veces me demuestra que me ama y otras veces siento que nunca dejará de amar a Lissie. Esa mujer que solo conozco en fotos, ha sido mi tortura durante años y ahora, con el parecido que tiene Katty con Lissie, según mi suegro y mi esposo, hasta la misma Ivanna, Aleina y Roger; se han sorprendido demasiado con este hecho, siento que el recuerdo de Lissie, me ha desplazado por completo con la aparición de Katty, la ex esposa de Noah, madre de Jaime y que ahora es muy amiga de la familia y se comunica muy a menudo. La mujer se disculpó con Valerie, por no poder asistir a su boda y yo, para ser sincera debo agradecer su ausencia, aunque ella, esté casada, siento el peligro cuando está cerca de Jordan.─ ¿En qué piensas tanto? ─ Murmura Jordan, buscando mis labios.─ No, ─ le digo intentando levantarme o se nos hará más ta
Samuel Ghill─ Llevarte a mi boca, ─ susurró y mi miembro vibró con esas palabras.─ ¿Por qué no me lo habías pedido? ─ Le pregunté.─ Nunca habíamos llegado tan lejos, y tampoco creo saber hacerlo, ─ explicó.─ ¿Deseas probarme tanto como yo deseo probarte a ti? ─ Le pregunté sin dejar de besarla y moverme rozando con mi dureza su intimidad, sintiéndola cada vez más húmeda, facilitando mucho más el frotamiento entre ambos.─ Deseo que me enseñes todo, ─ pronunció abrazándome fuerte, la fui llenando de besos y caricias, sus pechos me detuvieron unos minutos, acariciándolos y chupándolos.Bajé hasta su pelvis besándola y chupándola, me acomodé de forma que quedáramos de medio lado, mi pelvis en su rostro y la de ella en mi rostro.Sentí su mano tomar mi erección, la movió suavemente, levanté una de sus piernas y comencé a besar toda la parte externa de su vagina. Valerie, hizo lo mismo con mi pene, depositando suaves besos en el glande. Con mis dedos abrí sus pliegues y deslicé mi l
Samuel GhillObservo el periódico, arrugo las páginas donde salen en primera plana la noticia del matrimonio de Valerie y Lumbardi. Hago trizas las hojas, aprieto mi mandíbula, han pasado dos años desde el divorcio y ella, se ha casado con otro. Su boda, es noticia de primera plana publicitaria, no niego cuanto me duele, aún la amo y no hay un día que no la extrañe. Observo la mesa del frente del mueble donde estoy sentado, con una botella de whisky, una hielera y un vaso con hielo; es mi segundo día de este fin de semana en la sala de mi casa, la que compré para Valerie y Sebastián. Mi hijo, tengo tres meses que no lo veo, los mismos que tiene Valerie, sin venir al condado, aunque a ella, llevo más de un año sin verla; ya ni siquiera, pisa esta casa. Dirijo mi mirada hacia el piso, donde están los trozos del periódico. Mi vaso, es el siguiente en hacerle compañía a esos trozos de papel totalmente despedazados. Nunca he sido un hombre violento, pero últimamente la nostalgia