Ashley Freetman.
─ Doctora, Ashley. ─ susurra uno de los niños sentándose en la camilla para abrazarme. Acción que se detiene cuando observa a los pocos pasos la cadena de médicos. Igual lo abrazo aunque sé que me ganaré la reprimenda del siglo.
─ A lo que todos se retiren del pasillo yo vuelvo a dejarte tú sorpresita ─ le aseguró al niño y así será, hoy les he traído las ricas gelatinas que sé cuánto le gustan y que mi amigo Mésele, con toda seguridad las tiene escondidas.
─ ¿Cuándo culmine la guardia te marcharás? ─ Pregunta el niño mirándome entristecido.
─ No, la doctora Ashley, tiene guardia toda la noche hasta mañana ─ mencionó el doctor Noah, acercándose, el niño sonrió y yo moví su cabello sonriendo.
─ Este Guerrero presenta un Neuroblastoma en glándula suprarrenal, está iniciando en el tejido nervioso ─ explica el doctor Noah, a los médicos que están recorriendo el área para recibir la guardia que inicia desde las ocho de la noche hasta las ocho de la mañana, los colaboradores las tenemos de seis a seis, pero casi siempre nos quedamos para hacer los recorridos de las entregas de guardia, en este pequeño momento, se aprende mucho de cada diagnóstico.
El recorrido finaliza y voy a buscar las gelatinas para entregárselas a los niños que las pueden consumir a esta hora, me tardo más de lo debido ya que ellos siempre me entretienen.
Llego al estar médico y busco las chupetas que nunca me faltan, le entregó a mis colegas una para cada uno y me voy hacia una de las sillas, en los pequeños momentos de descanzo todos agradecemos porque no hay emergencias y respiramos profundo.
Observo al doctor Noah, firmando papele. Con toda seguridad está hundido en su responsabilidad administrativa en el área de Oncología infantil.
Busco mi teléfono y mis audífonos y comienzo a coordinar la planificación de los eventos que tenemos pendientes, ingreso en las tiendas virtuales de festejos buscando lo que necesito.
Hay varios eventos infantiles y todo lo que tenga que ver con infantes y hacerlos felices es mi mundo, ingreso a un chat de decoración infantil y observo las artes en decoración con globos, hay payasos y animales hechos de globos, también árboles navideños y regalos; todo hecho con globos. Me encantan y ya tengo una idea para uno de los eventos, sonrío feliz y comienzo hacer los pedidos desde mi teléfono, así cuando salga mañana del hospital paso a recoger todo lo que he encargado.
Ingreso a otras tiendas virtuales y sigo haciendo los pedidos, consulto con mis tías enviándonos imágenes e ideas las cuales compartimos, en una hora e avanzado un poco y...
La alarma se enciende y se que es una emergencia. El doctor Noah, hace a un lado su bolígrafo levantándose, observa su indicador y...
─ Ala cuatro ─ señala y enseguida nos dirigimos al ala que a mencionado. El enfermero Mésele, nos hace seña cuando prácticamente estamos corriendo por el pasillo.
─ Doctor, comenzó a presentar convulsiones, ─ expresa el enfermero corriendo junto a los dos médicos y yo.
Llegamos a la camilla donde está el pequeño con una fuerte convulsión, escuchamos nuevamente la alarma y sabemos que es otra emergencia, observó los dos médicos y se que esa emergencia la cubrirá otro médico de los que está de guardia con sus colaboradores.
─ Tiene mucha fiebre ─ menciono cuando toco el cuerpecito del pequeño, enseguida la enfermera le coloca la cinta del termómetro mientras tratamos de estabilizarlo.
─ Doctor la saturación bajó de ochenta a setenta ─ informo observando el indicador y notando como sigue descendiendo. La dificultad respiratoria está aumentando y se que estamos perdiendo al pequeño. El Doctor Noah, se mueve apresurado inyectando al pequeño sin dar la orden al núcleo de enfermeros.
El enfermero Mésele, se apresura a medir la presión barométrica.
─ La hipoxemia es severa ─ informo observando el indicador, la respiración se hace más dificultosa y a aumentado también la frecuencia cardiaca.
─ Administración de oxígeno ─ ordena el doctor y ya yo vengo apresurada para suministrarlo al notar el aumento de la dificultad respiratoria, pidiéndole a Dios que con solo eso sea suficiente y no tengamos que introducirlo a quirófano para intervenirlo.
─ El paciente ingresa para fisioterapias respiratorias ─ indica el doctor Noah, diez minutos después. Respiro aliviada al notar que la respiración del pequeño va nivelando y la saturación está ascendiendo.
─ No puede descender de noventa ─ indica el doctor al núcleo de enfermería. El jefe de enfermeros es Mésele, y él asiente dando órdenes a sus colegas. Noah, receta los antibióticos que deben suministrar, el niño tiene un síntoma viral y en su cuadro de salud una simple gripe en pacientes con cáncer puede causar mucho daño y hasta la muerte.
Saliendo de ese pasillo la alarma vuelve a sonar, el doctor y yo nos observamos. Yo, desde hace tres meses he sido nombrada su colaborador y nadie con su experiencia y su entrega para aprender de él. Ambos nos dirigimos al otra ala que es donde está señalada la emergencia, ingresamos observando al niño que tiene una hemorragia nasal. La alarma vuelve a sonar y se que esta será una de esas largas noches en el piso de Oncología pediátrica.
Son la una de la madrugada, desde las nueve de la noche no habíamos tenido descanso hasta este momento. Llego al Star de médicos y ayudo a la asistente de guardia con el trabajo administrativo.
─ Estoy solicitando insumos médicos ─ señala la joven el ordenador.
─ Te ayudo ─ le indico, ya en varias oportunidades lo he hecho para surtir las necesidades del piso de Oncología pediátrica.
El doctor levanta su rostro y mueve su cabeza desestresándose un poco. Se nota cansado y creo que igual me veré yo. Montar guardias o colaboraciones de veinticuatro horas es difícil y a esta hora de la madrugada los efectos se notan.
─ Mejor descansemos un rato ─ dice el doctor Noah, llegando hasta mi lado y observándome.
─ Pero es el primer turno ─ musito elevando la mirada hacia él y frunciendo el entrecejo ya que al doctor Noah, le gustaba descansar en el segundo turno de guardía.
─ Lo sé, pero estamos aquí desde esta mañana y a estado muy movido el día, los que ingresaron de guardia en la noche pueden descansar el segundo turno ─ expresa y es cierto, si hay algo que destaca al doctor es que no le gusta dejarse vencer por el cansancio, según él para estar en condiciones si se presenta una emergencia.
Me levanto de la silla para dirigirme a la habitación de descanso, la verdad es que necesito un par de horas. Le sonrío a mis cuasi colegas, estiro mi cuerpo y salgo del área del Star médico, siento los pasos del doctor Noah, detrás de los míos y...
Toma mi brazo deteniendo mi andar al área de descanso.
─ Utiliza el área de lencería ─ propone y yo lo observo, su rostro serio no refleja nada.
─ Allí nadie nos molestará y lograremos descansar un poco ─ musita y es cierto. Asiento y él camina unos pasos y ahora soy yo quien sigue su andar.
Llegamos al área de lencería y el lugar me trae a los recuerdos de hace unos meses atrás, exactamente diez meses antes. Cruzamos los estantes donde todo está acomodado, observo las sábanas y las colchas para vestir las camas hospitalarias y seguimos hacia esa pequeña habitación donde todo sucedió.
Me acomodo en el sofá dejándole a él la cama individual. En mi pecho se siente el golpeteo de mi corazón y siento como la adrenalina va haciendo su función en mi cuerpo y solo desvío la mirada de la cama, tomo mi teléfono para llenar mi mente de otras imágenes y calmar los golpes de sangre que bombean mi pecho con los recuerdos.
Pero nada es fácil cuando el doctor Noah, se acomoda a mi lado. El corazón se me quiere salir del pecho, estamos solos, pero también agotados y esta vez él no está dopado con el alcohol.
Trató de calmar mi respiración, controlar mi cuerpo y cerrar la boca para que mi baba no se salga. Trato de no salivar, pero es imposible cuando tengo mi amor platónico tan cerca de mi cuerpo.
─ Le dejé la camilla doctor ─ susurro con nerviosismo.
─ Nunca permitiría eso, descansa tú en la cama ─ propuso levantando la mirada de la pantalla de mi teléfono y buscando mi mirada.
─ ¡Rayos! ─ menciona bajando nuevamente la mirada al teléfono, yo hago lo mismo y frunzo mi entrecejo observando las imágenes de decoraciones infantiles.
─ ¿Sucede algo? ─ Pregunto con curiosidad.
─ Creo que no, solo que Jaime, me ha encargado unos adornos para decorar su salón estudiantil ─ musitó un poco contrariado, sonreí entendiendo lo complicado que es para el doctor integrarse al arte decorativo y a las fechas decembrinas que inician en dos días.
─ Diciembre está muy cerca y el ambiente de este mes también ─ menciono sonriendo comprensivamente. Él respira profundo y entiendo que no le agrada mucho el ambiente decembrino.
─ No se preocupe, yo puedo ayudarlo mañana cuando salga del hospital debo pasar por unas tiendas retirando los encargos que tengo pendiente para los eventos, si desea puedo comprar algo para Jaime. ─ Ofrezco sonriendo y él me observa y luego baja su mirada a mis labios, volviéndola a subir a mis ojos.
─ Te puedo acompañar y así me dices todo lo que debo comprar ─ propone y yo asiento. Me levanto del sofá y me voy a la camita individual para que él pueda descansar, ambos nos observamos y disimulo tomando mi teléfono y tapando mi rostro, coloco la alarma y no puedo negar que estaba cansada porque a los minutos caí en un sueño profundo.
El ruido de mi teléfono me despierta, giro mi cuerpo ya que no se en que momento me he girado boca abajo en la camita, que no sé ni cómo da para hacer ese giro. Observo la hora en la pantalla de mi teléfono y son las tres y media de la madrugada.
Me acerco hasta el doctor Noah, y notó que está sudando y se mueve incómodo, lo llamo pero parece estar profundamente dormido. Vuelvo a llamarlo, pero no escucha y noto otro movimiento de incomodidad, quizás tiene un mal sueño murmuro observando su frente perlada por el sudor.
Observo su cadera y su alarma de emergencia está normal, así que lo dejo descansar un rato más. Salgo de la pequeña habitación y luego del área de lencería. Tomo mis pertenencias y me dirijo al baño, lavo mis dientes y mi rostro. Recojo mi cabello y me coloco el gorro y el tapabocas completando el traje de seguridad, paso por el área de desinfección y el rociado me cubre, paso por el área caliente de secado instantáneo y luego ingreso al ala para ir pasando de pasillo a pasillo a corroborar cómo siguen los niños, las alarmas de emergencia no han repicado desde hace una hora y eso es buena señal.
Una hora después culmino el recorrido y me consigo al doctor Noah, en el Star médico haciendo el trabajo que yo había dejado pendiente antes de irme a descansar un poco. Me acerco para ayudarlo y el olor a jabón y su cabello mojado me indican que se ha duchado.
Monto la cafetera eléctrica y a los minutos el olor a café nos anima un poco más.
─ Lo ayudo y así usted, va firmando los pedidos a la Dirección General ─ indico entregándole un vaso desechable con café y tomando otro para mí.
Él lo toma elevando su mirada buscando la mía y llevando su vaso de café a sus labios.
─ ¡Por favor! cuando despiertes antes que yo me llamas ─ mencionó sin desviar su mirada de la mía. Su pedido fue utilizando el por favor, pero su tonalidad fue con una orden. Asentí y en silencio me acomodé en la silla que él estaba utilizando antes.
─ ¿Dónde estabas? ─ Preguntó y nuevamente cruzamos miradas.
─ Haciendo un recorrido para ver cómo estaban los niños ─ mencioné y noté su mandíbula relajarse.
Pasé una hora ayudando al doctor con la solicitud en la deficiencia de insumos médicos hospitalarios. La alarma de emergencia repicó y el doctor se levantó de la silla donde estaba detrás del escritorio.
─ Sigue allí yo la cubriré con el núcleo de enfermeros ─ mencionó y su orden sonó firme, pero no podía dejarlo solo, sin embargo, la necesidad de insumos médicos hospitalarios también era importante. Respiré profundo observando su andar cuando salió apresurado del Star médico.
─ ¡Dios! este es el día a día del piso de Oncología infantil. ─ musité llenando el pedido de insumos médicos para cubrir las necesidades del piso.
Ashley Freetman.Eran las ocho de la mañana y estábamos haciendo el recorrido para entregar la larga y agotadora guardia de veinticuatro horas. A pesar de haber descansado dos horas me sentía agotada y todavía debía ir a retirar los pedidos que había apartado para los eventos.Después del recorrido entregando la guardia, busqué mis pertenencias y me fui a los baños del personal médico, me duché y lavé mi cabello, para eliminar un poco ese cansancio agotador de mi cuerpo. Sequé mi cabello con una toalla para luego envolverlo y mi cuerpo con otra toalla saliendo de la ducha y vistiéndome con un jeans y una camiseta, unos zapatos deportivos cubrieron mis pies, un brillo labial en mis labios, retiré la toalla de mi cabello apliqué crema de peinar y procedí a desenredar mi cabello.Llego al Star médico a despedirme y la doctora Black, va saliendo, me saluda un poco desanimada y yo lo hago sonriéndole. El doctor Noah, está allí esperándome, le sonrío notando que el ir de compras inf
Ashley Freetman.─ ¡Oh Dios! todo está quedando tan hermoso ─ salta emocionada mi hermana Samantha.─ Necesitamos recrear más nieve ─ les digo a los chicos del colegio.─ Ya creo que pretendes que patinemos aquí ─ se ríe mi hermano Andrew. Los chicos definitivamente no nacieron para la decoración.─ Esa es el área de los dulces ─ le recuerdo a Jaime, cuando noto la intención de vaciar lo que asemejará la nieve en el salón de clases de los chicos. ─ ¡Ah! pensé que aquí también llevaría nieve ─ se ríe Jaime, cuando uno de sus compañeros le lanza una pequeña bolita de nieve. ─ No, tendremos el mundo de la nieve y el mundo de los dulces y ese lugar es para el último ─ murmuré.─ Mejor se van al lado de la maestra a decorar el árbol y las chicas y yo nos encargamos de esta área ─ mencioné guiñándole un ojo. Andrew y Jaime, sonrieron mucho más complacidos.─ ¿Cada cotillón tendrá un cascanueces? ─ Preguntó una de las niñas emocionadas.─ Claro, mañana cuando sea el encendidos de luces cad
Ashley Freetman.El doctor aparca en un lujoso hotel y me sorprende que la convención sea en este lugar. Gracias a Dios me he colocado un atuendo acorde, bueno tambien es porque deseaba estar hermosa para el doctor y puedo decir que estoy acostumbrada a vestirme adecuada para cada evento y al saber que estarían varias eminencias de la oncología debia estar acorde al momento.El doctor Noah, se identifica, revisan el listado creo yo de invitados a la convención, nos conceden el permiso de ingreso y hay un gran parqueadero, pero en la gran entrada hay un valet parking. Observo al doctor y toma la chaqueta de su traje de la parte trasera del auto y se la coloca, sonrío para disimular lo bien que se ve y lo mucho que me gusta y me afecta. El valet parking, abre la puerta y me ayuda a bajar. El doctor lo observa, baja y luego saca las maletas de ambos, entregándole las llaves al valet parking, el cual ingresa al auto y desaparece con este. Un botones aparece tomando las dos pequeñas ma
Noah HanksLevanté la vista y lo primero que observé fue su rostro hermoso de niña tierna. Su teléfono emitió una melodía, ella buscó en su bolso y sacó la caja de anticonceptivos tomando una de las píldoras. Recordé que ese pequeño gesto de ella, una vez fue mi calvario durante semanas. La puerta se abrió llamando mi atención. ─ Buenos días, ─ saludó la Doctora Black. ─ Buenos días, ─ correspondemos los presentes al saludo. ─ ¿Estaremos hoy de guardia doctor? ─ Preguntó la Doctora Black, sonriendo coqueta. Yo solo asentí, sin tomarle mucha consideración, siempre le estoy huyendo a este tipo de mujeres. Mi experiencia con la madre de Jaime, me dejó curado. Se embarazó exigiéndome un compromiso, se lo cumplí, pero ninguno estaba preparado para una vida en pareja. En este momento, salía huyendo de mujeres que se lanzaran y luego exigían. No deseaba comprometerme con nadie.Escuché a la recién llegada dirigirse hablar con otra colega, pero no le presté atención y dirigí nuevamen
Noah HanksSu rico olor a dulce, llenaba mi olfato, moví mi cabeza recibiendo sus besos húmedos por mi cuello. Abrí mis ojos observando sus hermosos verde jade con centellas ocre y dorado, con su cara de niña hermosa sonriéndome. Le correspondí a su sonrisa buscando sus labios, mis manos buscaron debajo de su ropa, sintiendo su suave piel, deteniéndome en sus pechos, deseando saborearla, la desvestí y ella hizo lo mismo conmigo. Con una dulce sonrisa se sentó sobre mis caderas, deslizándose por mi miembro, los dos jadeamos. Ella comenzó a moverse, sus pechos hermosos bailaban para mí, los atrapé sentándome para tomarlos con mi boca, ella gimió cuando los chupé.─ Doctor, ─ siseó, yo los apreté saboreándolos más, sus caderas se movieron más fuerte.─ Doctor, Noah. ─ Volvió a sisear, enredé mis dedos en su cabello rojo fuego. Sonrió, sus verdes jades atigrados se veían excitados y complacidos. Deseaba correrme en su interior, no tenía condón y sentir su piel era... ─ Doctor, s
Noah HanksEl sueño y el cansancio me vencieron. Escuché a lo lejos voces, también que me llamaban, pero el cansancio me tenía vencido y me dejé llevar otra vez por el sueño.El repique de mi teléfono me sobresaltó. Levanté mi brazo tomando el aparato de la mesa de noche y observé la pantalla, era la doctora Black, pero lo que llamó mi atención fue observar la hora.─ ¡Rayos¡ ─ pronuncié levantándome sin atender el teléfono. Me desvestí apresurado e ingresé en la ducha. Eran las veintidós horas, recordé las horas que pasé con Ashley, hoy y no podía seguir negándome cuanto me gustaba. La pequeña, me estaba causando sensaciones que tenía años no sentía y yo, no le era indiferente. Lo sabía desde esa noche. Mi mente se fue a unos meses atrás, a esa noche hace ya casi un año, recordando como me correspondió al beso, no rechazó mis caricias ni cuando saboree sus pechos. Con el recuerdo sentí la dureza de mi miembro y no deseaba bajármela con una ducha fría. Tomé mi erección cerrando
Ashley Freetman─ No sé que rayos sucedió ─ es en lo único que pienso, recordando la playa dónde me llevó a descansar un poco, ese abrazo y los besos que nos dimos, me ilusionaron y luego nuevamente ese comportamiento seco y alejado como si se hubiese arrepentido, de eso hacen ya dos meses y todavía no lo comprendo.─ Mi amiga Mariluz, llama por teléfono, ya se a marchado con su novio para la boda de su hermana y ser presentada ante su familia, pero ntes de marcharse le ayudó a mis tías a preparar mi cumpleaños. Hablo con ella aproximadamente una hora. El teléfono vuelve a repicar y es Alexander, me confirma que vendrá a mi cumpleaños.─ Te portas bien ─ le pido sonriendo. Alexander, nunca a pisado mi casa, temo que mi padre lo saque apenas lo conozca ya que mi amigo es un poco posesivo, sobretodo desde que me enseñó a besar. Pero bueno, desde que el doctor Noah, me ignora yo he vuelto a unirme más con mis amigos, tanto universitarios cómo en el hospital. Culmino de hablar con Alex
Ashley FreetmanLlegué nuevamente a mi habitación, guardé la libreta de mi madre en uno de los cajones de la cómoda y procedí abrir la ventana de mi habitación como lo hacía todos los días. Observé la ventana que se visualizaba en la casa del frente y que jamás he visto abierta. Procedí enseguida a buscar mi libreta de apuntes en mi librero, creo que mi tía Ivanna, todavía no había acomodado este lugar. Ella, siempre estaba pendiente de estar actualizando mis libros, CD y videos académicos. Fui moviendo algunos libros y libretas hasta que conseguí la que necesitaba. La canción de mi teléfono me hizo saltar sobresaltada de la silla donde me había subido, para revisar en la sección superior del librero. Me bajé antes de partirme el cuello con otro salto igual y me acomodé sobre mi cama, tomé el teléfono y revisé el mensaje WhatsApp que había recibido. Mi corazón latió con fuerza al leer: Profesor Gruñón, era la primera vez que me escribía directamente a mi privado y que su comunicac