El ingreso por servicio social solo significaba que la familia no tenía recursos para costear los gastos de una enfermedad, suspiré saliendo del ascensor y caminando el largo pasillo hasta llegar a uno de los cafetines del hospital.
─ No puedes permitir que un paciente te afecte tanto, no podemos bloquearnos, Ashley. ─ Protestó Noah, sabía que esta invitación era para reprocharme mi comportamiento.
─ ¿Cómo puedo convertirme en un ser que no soy? ─ Me sinceré con él.─ Pero, no puedes dejar que te afecten de tal manera o morirás de un ataque cardiaco o de una depresión. Tienes que ver los niños que presentan algún tipo de cáncer no como personas moribundas, sino como personas que necesitan más atención y cuidados especiales. No puedes bloquearte a la hora de tomar decisiones. Puedes ser pediatra, pero piensa bien si deseas ser oncóloga infantil. ─ expresó y mis lágrimas brotaron, sus palabras eran duras y lo entendía dándole la razón.Noah, es un hombre que le teme a la muerte del ser que ama y yo entendía que hubiese endurecido tanto su corazón. Quizás por eso es tan bueno en su profesión, pero como arrancarse uno un sentimiento cuando ya ha nacido.
─ ¿Crees que sea demasiado tarde para Jonás? ─ Pregunté sin importarme aflorar más mis sentimientos.
─ Doctora, Ashley. Sabe bien que no podemos especular sino tenemos los resultados, ─ mencionó observándome fijamente.─ Noah, por favor. Necesito más al profesional que sospecha de un diagnóstico y lo consulta con sus colegas, que al profesor gruñón, ─ musité y lo observé fijamente sin importar las lágrimas que seguían brotando.─ Necesito a mi novio, ─ susurré. ─ Soy más que tú novio ─ susurró limpiando mi rostro de lágrimas y me sacó del cafetín al que habíamos ingresado y ni siquiera buscamos una mesa, solo estábamos allí en el umbral de la puerta.Regresamos por el pasillo, volvimos al ascensor y llegamos al área de lencería hospitalaria, respiré profundo.
Ese lugar se había vuelto como nuestro refugio, a esta hora nunca hay nadie en esta área, pasamos por los estantes de lencería y seguimos de largo para llegar a la habitación de descanso que tenían las camareras y que siempre utilizaba Noah, en el horario nocturno. Se acomodó en el sofá guiando mi cuerpo hacia su regazo, sentándome en sus piernas y rodeando mi cintura.
─ ¿Qué haré contigo pequeña? ─ Musitó abrazándome con su fuerza.
─ No me gusta verte así, Ashley. ─ mencionó besando mis labios y luego mi rostro y mi frente, sabía que me estaba dando la fortaleza que necesitaba y yo solo acuné mi rostro en su cuello, ni él mismo sabía cuánto lo necesitaba en este momento.─ ¿Crees que si se le amputan la pierna… ─ No lo sé, hay que esperar los estudios y la opinión del cirujano ortopédico que se especializa en tratar el cáncer de hueso. Recuerdo que a sus padres se les sugirió la vez pasada la amputación de la pierna, pero ellos se confiaron pensando en que la extirpación del tumor era suficiente, ─ mencionó interrumpiéndome, respiré profundo. ─ ¿De qué trató la emergencia? ─ Le pregunté tratando de tranquilizar mis pensamientos sobre Jonás, él suspiró.─ Te conozco bien y sé que este caso también te afectará, ─ tomó mi cara levantándola hasta su altura, ─ es un niño de la calle, que no solo se va a enfrentar con su patología, sino con su dependencia a sustancias psicotrópicas y estupefacientes, ─ pronunció y me paralicé con su información, si solo la patología de cáncer era difícil de superar, una dependencia tan fuerte como esa elevaría los índices de dificultad y en un pequeño que estaba solo en el mundo, esto sería un momento muy difícil para ese pequeño. ─ Te vas a enfrentar a una prueba muy fuerte en tus pasantías, así que solo necesito que te vayas fortaleciendo si deseas ingresar a este mundo de la oncología, ─ mencionó observándome muy fuerte y con una seriedad que nunca había visto en su rostro, yo solo asentí entendiendo a que se refería, ya no era una estudiante a quien se le podía quedar una materia y lo solucionaba volviéndola a presentar, ahora sería un médico más, que tenía que decidir para la continuidad de la vida de otros y esos eran mis pacientes.─ Vamos por ese café, que lo necesitaremos esta noche ─ pronunció besando mis labios ligeramente, limpié mi rostro de lágrimas y me levanté de sus piernas.
Recuerdo que desde niña cuando mi tía Ivanna, me llevó por primera vez al área de oncología infantil deseo ser oncóloga y mis sentimientos no me harán papilla mis sueños de salvar la vida de los niños o luchar con ellos hasta donde Dios lo permita. Es la enseñanza de mi tía y estoy segura que también hubiese sido la de mi madre.
─ Vamos mejor por un termo de café para todo el cuerpo médico y de enfermería, ─ le dije extendiendo mi mano para que se levantara del sofá, él sonrió levantándose y abrazándome.
─ Vamos, que deseo que todos se den cuenta que eres mi novia, mi mujer, que eres mía, sobre todo el enfermero que te tenía abrazada, ─ murmuró rodeando mi cintura y guiándome nuevamente hacia el cafetín. ─ ¿Celoso Doctor? ─ Pregunté tratando de animarme con la reacción posesiva de mi novio, los celos significan interés y eso parecía agradarme. ─ Solo cuido lo que tengo, protestó acercándome a su cuerpo. ─ No tienes por qué preocuparte, sabes bien que te amo, ─ le recordé besándolo ligeramente antes de ingresar al ascensor que no estaba tan lleno como hacía unos momentos.Llegamos nuevamente al piso donde estaba uno de los cafetines, este perduraba abierto toda la noche, recorrimos el pasillo e ingresamos al cafetín. Noah, buscó una mesa aunque habían varias vacías, retiró la silla para que me sentara, depositó un beso en mi frente y se retiró al mostrador, hizo el pedido y llegó nuevamente a la mesa.
─ Solicité mantuvieran un termo de café y uno de chocolate para la guardia del piso siete, ─ mencionó tomando mis manos y llevando el dorso hasta sus labios depositando suaves besos. Es difícil o contradictorio observar una personalidad gruñona y otra cariñosa en el mismo hombre y a veces su comportamiento es tan seco y otras veces es hasta casi romántico, es como si fuesen dos hombres en un mismo cuerpo. ─ ¿Ya le comunicaste a Jaime que te irás de viaje? ─ Pregunté ya que lo veía muy poco con el niño.─ Sí, ya hablé con él y con mi padre, ─ mencionó llevando nuevamente el dorso de mi mano a sus labios.─ Mañana en la tarde saldré con Jaime, un rato ─ mencionó levantando su visión para observarme.─ Me preguntaba si nos acompañarías, ─ pronunció mirándome fijamente. ─ ¿No será una tarde de papá e hijo? ─ Pregunté levantando una de mis cejas, entrelazando mis dedos con los suyos.─ Deseo que te integres más con él, ─ pronunció acariciando mi mejilla, solté una risilla llamando su atención. ─ Creo que yo me integro más con él que tú, ─ musité levantando una de mis cejas.─ Me refiero a vernos como pareja, ya yo le adelanté un poco, pero debe acostumbrarse a verte con otros ojos y no como la hermana de la chica que le gusta ─ mencionó y yo fruncí el entrecejo.¿ERES MI TENTACION PROHIBIDA?
En el texto se narra una historia de drama, amor y romance erótico.
Ashley Freetman una chica joven, universitaria, sencilla y enamorada desde que tiene uso de razón de Noah Hanks, él fue su amor de adolescencia y ahora su juventud. Cuando a ella se le presenta la oportunidad de estar con él, no lo piensa dos veces para darle su virginidad.
Noah Hanks, es un hombre quince años mayor que Ashley, el cual pensó que el amor y la felicidad no estaban hechos para su vida, hasta que descubrió que sus sentimientos por la pequeña Ashley, no eran los mismos que tenía desde que la vio nacer y crecer. La pequeña no sólo era una de sus alumnas en la universidad de Harvard y el hospital donde se desempeñaba. La pequeña Ashley, ahora era su tentación prohibida la cual no podía tocar, pero la joven estaba despertando nuevamente al hombre posesivo, dominante y temeroso de perder la felicidad que siente que se le escapaba nuevamente de las manos.
Lo que más teme Noah, es enfrentar a la pequeña Ashley, con su pasado y el motivo que lo llevó a ahogarse en el licor; Pero de lo que no se había dado cuenta Noah, era que ya es tarde para pensarlo, lo que no deseaba comprometer ya lo había dado y era su corazón y su alma, que pendían de un hilo con las decisiones de Ashley.
Dos almas muy diferentes, que se atraen mutuamente. La de él llena de tormentos y la de ella llena de nobleza y un amor que logra derrumbar todos los tormentos de Noah.
Mayores de 21 años, Alto Contenido Erótico y descriptivo;
Formato digital e impreso.Prohibida su copia o adaptaciónReservados todos los derechos a su autora.Cualquier parecido con la realidad es pura coincidenciaISBN: en procesoSin EditarAutora: Helen VivasAshley Freetman.Tomé mis cuadernos, guardándolos apresurada en mi bolso. ─ ¿A qué se debe tanta prisa? ─ Preguntó mi amiga Mariluz.─ Es que seguramente va adelantar la fecha de su cumpleaños ─ se burló mi amigo Alexander y hermano de Mariluz. ─ No querido, para esa fecha faltan todavía algunos meses y primero vienen las fiestas decembrinas y eso es sinónimos de eventos para nosotros ─ le recuerdo a mis dos amigos. ─ ¡Por Dios! no sé porque todo el mundo se antoja a celebrar su boda en Diciembre o sus celebraciones en ese mes ─ murmura Mariluz, recogiendo también sus cuadernos apresurada. ─ Pensé que hoy iríamos de reventón para celebrar que ya culminamos por el momento con la universidad ─ manifestó Alexander, rodeando la espalda de Mariluz y la mía, para salir los tres hacia el estacionamiento de la universidad.─ No puedo, me comprometí con las tias Valerie y Abigail, para ayudarlas en la agencia a organizar los eventos que están pendiente y mañana a primera hora presto colabo
Ashley Freetman.─ Doctora, Ashley. ─ susurra uno de los niños sentándose en la camilla para abrazarme. Acción que se detiene cuando observa a los pocos pasos la cadena de médicos. Igual lo abrazo aunque sé que me ganaré la reprimenda del siglo. ─ A lo que todos se retiren del pasillo yo vuelvo a dejarte tú sorpresita ─ le aseguró al niño y así será, hoy les he traído las ricas gelatinas que sé cuánto le gustan y que mi amigo Mésele, con toda seguridad las tiene escondidas. ─ ¿Cuándo culmine la guardia te marcharás? ─ Pregunta el niño mirándome entristecido.─ No, la doctora Ashley, tiene guardia toda la noche hasta mañana ─ mencionó el doctor Noah, acercándose, el niño sonrió y yo moví su cabello sonriendo.─ Este Guerrero presenta un Neuroblastoma en glándula suprarrenal, está iniciando en el tejido nervioso ─ explica el doctor Noah, a los médicos que están recorriendo el área para recibir la guardia que inicia desde las ocho de la noche hasta las ocho de la mañana, los colaborado
Ashley Freetman.Eran las ocho de la mañana y estábamos haciendo el recorrido para entregar la larga y agotadora guardia de veinticuatro horas. A pesar de haber descansado dos horas me sentía agotada y todavía debía ir a retirar los pedidos que había apartado para los eventos.Después del recorrido entregando la guardia, busqué mis pertenencias y me fui a los baños del personal médico, me duché y lavé mi cabello, para eliminar un poco ese cansancio agotador de mi cuerpo. Sequé mi cabello con una toalla para luego envolverlo y mi cuerpo con otra toalla saliendo de la ducha y vistiéndome con un jeans y una camiseta, unos zapatos deportivos cubrieron mis pies, un brillo labial en mis labios, retiré la toalla de mi cabello apliqué crema de peinar y procedí a desenredar mi cabello.Llego al Star médico a despedirme y la doctora Black, va saliendo, me saluda un poco desanimada y yo lo hago sonriéndole. El doctor Noah, está allí esperándome, le sonrío notando que el ir de compras inf
Ashley Freetman.─ ¡Oh Dios! todo está quedando tan hermoso ─ salta emocionada mi hermana Samantha.─ Necesitamos recrear más nieve ─ les digo a los chicos del colegio.─ Ya creo que pretendes que patinemos aquí ─ se ríe mi hermano Andrew. Los chicos definitivamente no nacieron para la decoración.─ Esa es el área de los dulces ─ le recuerdo a Jaime, cuando noto la intención de vaciar lo que asemejará la nieve en el salón de clases de los chicos. ─ ¡Ah! pensé que aquí también llevaría nieve ─ se ríe Jaime, cuando uno de sus compañeros le lanza una pequeña bolita de nieve. ─ No, tendremos el mundo de la nieve y el mundo de los dulces y ese lugar es para el último ─ murmuré.─ Mejor se van al lado de la maestra a decorar el árbol y las chicas y yo nos encargamos de esta área ─ mencioné guiñándole un ojo. Andrew y Jaime, sonrieron mucho más complacidos.─ ¿Cada cotillón tendrá un cascanueces? ─ Preguntó una de las niñas emocionadas.─ Claro, mañana cuando sea el encendidos de luces cad
Ashley Freetman.El doctor aparca en un lujoso hotel y me sorprende que la convención sea en este lugar. Gracias a Dios me he colocado un atuendo acorde, bueno tambien es porque deseaba estar hermosa para el doctor y puedo decir que estoy acostumbrada a vestirme adecuada para cada evento y al saber que estarían varias eminencias de la oncología debia estar acorde al momento.El doctor Noah, se identifica, revisan el listado creo yo de invitados a la convención, nos conceden el permiso de ingreso y hay un gran parqueadero, pero en la gran entrada hay un valet parking. Observo al doctor y toma la chaqueta de su traje de la parte trasera del auto y se la coloca, sonrío para disimular lo bien que se ve y lo mucho que me gusta y me afecta. El valet parking, abre la puerta y me ayuda a bajar. El doctor lo observa, baja y luego saca las maletas de ambos, entregándole las llaves al valet parking, el cual ingresa al auto y desaparece con este. Un botones aparece tomando las dos pequeñas ma
Noah HanksLevanté la vista y lo primero que observé fue su rostro hermoso de niña tierna. Su teléfono emitió una melodía, ella buscó en su bolso y sacó la caja de anticonceptivos tomando una de las píldoras. Recordé que ese pequeño gesto de ella, una vez fue mi calvario durante semanas. La puerta se abrió llamando mi atención. ─ Buenos días, ─ saludó la Doctora Black. ─ Buenos días, ─ correspondemos los presentes al saludo. ─ ¿Estaremos hoy de guardia doctor? ─ Preguntó la Doctora Black, sonriendo coqueta. Yo solo asentí, sin tomarle mucha consideración, siempre le estoy huyendo a este tipo de mujeres. Mi experiencia con la madre de Jaime, me dejó curado. Se embarazó exigiéndome un compromiso, se lo cumplí, pero ninguno estaba preparado para una vida en pareja. En este momento, salía huyendo de mujeres que se lanzaran y luego exigían. No deseaba comprometerme con nadie.Escuché a la recién llegada dirigirse hablar con otra colega, pero no le presté atención y dirigí nuevamen
Noah HanksSu rico olor a dulce, llenaba mi olfato, moví mi cabeza recibiendo sus besos húmedos por mi cuello. Abrí mis ojos observando sus hermosos verde jade con centellas ocre y dorado, con su cara de niña hermosa sonriéndome. Le correspondí a su sonrisa buscando sus labios, mis manos buscaron debajo de su ropa, sintiendo su suave piel, deteniéndome en sus pechos, deseando saborearla, la desvestí y ella hizo lo mismo conmigo. Con una dulce sonrisa se sentó sobre mis caderas, deslizándose por mi miembro, los dos jadeamos. Ella comenzó a moverse, sus pechos hermosos bailaban para mí, los atrapé sentándome para tomarlos con mi boca, ella gimió cuando los chupé.─ Doctor, ─ siseó, yo los apreté saboreándolos más, sus caderas se movieron más fuerte.─ Doctor, Noah. ─ Volvió a sisear, enredé mis dedos en su cabello rojo fuego. Sonrió, sus verdes jades atigrados se veían excitados y complacidos. Deseaba correrme en su interior, no tenía condón y sentir su piel era... ─ Doctor, s
Noah HanksEl sueño y el cansancio me vencieron. Escuché a lo lejos voces, también que me llamaban, pero el cansancio me tenía vencido y me dejé llevar otra vez por el sueño.El repique de mi teléfono me sobresaltó. Levanté mi brazo tomando el aparato de la mesa de noche y observé la pantalla, era la doctora Black, pero lo que llamó mi atención fue observar la hora.─ ¡Rayos¡ ─ pronuncié levantándome sin atender el teléfono. Me desvestí apresurado e ingresé en la ducha. Eran las veintidós horas, recordé las horas que pasé con Ashley, hoy y no podía seguir negándome cuanto me gustaba. La pequeña, me estaba causando sensaciones que tenía años no sentía y yo, no le era indiferente. Lo sabía desde esa noche. Mi mente se fue a unos meses atrás, a esa noche hace ya casi un año, recordando como me correspondió al beso, no rechazó mis caricias ni cuando saboree sus pechos. Con el recuerdo sentí la dureza de mi miembro y no deseaba bajármela con una ducha fría. Tomé mi erección cerrando