Capítulo 378
Esto le trajo a Álvaro un leve recuerdo de aquella vez en que, esperando a Gabriela en el aeropuerto, una joven pareja también parecía haberlo confundido con alguien más.

El nombre de aquel hombre…

Emiliano.

En su memoria se dibujaba la imagen de un joven corriendo hacia él, rebosante de entusiasmo. Emiliano, una persona que sin duda existió. Sin embargo, apenas Álvaro llegó al sur y encargó investigar su rastro, no encontraron nada: como si alguien hubiera borrado todo indicio de que Emiliano hubiera pisado alguna vez Mar de Cristal.

No pasó mucho tiempo hasta que el ferry atracó en el muelle de esta isla, recibiendo a Álvaro con un ambiente muy distinto al de Midred. Había turistas por doquier, puestecitos de comida y artesanías, y un bullicio festivo que contrastaba con su vestimenta oscura y discreta. Él se ajustó la visera de la gorra y se internó entre la gente.

Cerca del muelle, Isabel estaba sentada en el puesto familiar, con las piernas cruzadas y absorta en un videojuego nuev
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