Capítulo 500
Los pasos se detuvieron justo detrás de ella. Noelia se imaginó que la abrazaría por la cintura o le susurraría algo al oído.

—¿Te gusta la vista? —preguntó Álvaro, con su voz habitual, carente de emoción.

El abrazo que Noelia esperaba nunca llegó. Se giró para mirarlo, con una expresión algo tímida:

—Tú escogiste este lugar; para mí, cualquier sitio que eligieras sería hermoso.

Álvaro, con la mirada baja, la contempló con un aire indescifrable:

—¿Y algo más que quieras decir?

La pregunta la tomó por sorpresa. Ella pensó que, en un escenario tan romántico, debería ser él quien tuviera grandes declaraciones para ella, no al revés. Aun así, le sonrió con delicadeza y se atrevió a hablar:

—Alvi, espero con ansias el día en que me convierta en tu esposa. Me hace muy feliz, y prometo amarte, respetarte y cuidarte toda la vida.

Álvaro la escuchó, pero su expresión permaneció inalterable. El cerebro de Noelia trabajaba a toda velocidad. Últimamente no lograba descifrar lo que él pensaba. Sin
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