Capítulo 343
Gabriela sonrió, acariciándole la mejilla con suavidad y respondiendo con seriedad:

—No es cuestión de por qué; solo quiero que tengas tu propia fuerza para defenderte.

No se trataba de vivir a la sombra de nadie: Cintia debía valer por sí misma, capaz de infundir un respeto genuino. Era muy lista y, con su corta edad, ya contaba con un hermano poderoso y los abuelos Rojo como mentores. Gabriela no dudaba del porvenir de Cintia, solo quería que sentara unas bases firmes para ahorrarse disgustos más adelante.

—Tú vas a marcharte, ¿verdad…? —adivinó Cintia, notando un matiz de despedida en sus palabras—. ¿Por qué insistes tanto en irte…?

El gesto de Cintia se entristeció al deducir que Gabriela, en efecto, pensaba marcharse.

Sin embargo, en medio de su abatimiento, de pronto notó algo curioso: justo bajo el cuello alto de la prenda de Gabriela, alcanzó a ver una marca rojiza en la piel, de un color inconfundible.

—¿Tú… anoche con mi hermano…? —Cintia separó los brazos de Gabriela, primer
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